Nava de Arévalo: un vergel en pleno corazón de La Moraña

En pleno corazón de La Moraña, a 46 kilómetros de Ávila capital, se asienta la localidad de Nava de Arévalo, a la que se unen los núcleos urbanos de Magazos, Noharre, Palacios Rubios y Vinaderos. El carácter agrícola forma parte de su ADN, pero estar a la última en innovación en el regadío ha supuesto un antes y un después para la localidad abulense, que se puede considerar un auténtico vergel en la inmensidad de Castilla.

Cebollas, zanahorias, fresas, cereales, patata o remolacha son los cultivos que abundan en la zona y que dependen para su riego del embalase de Las Cogotas.

Y es que no se puede olvidar que el regadío multiplica por seis la productividad agrícola, aumenta hasta en cuatro veces la renta de los agricultores y genera tres veces más empleo por unidad de superficie que el secano.

Con esos datos parece lógico pensar que las iniciativas empresariales que se generan en la localidad tengan que ver con la actividad agrícola, tal y como sucede en la actualidad.

Llama la atención que durante los tres meses que dura campaña de fresas se asienten en la zona entre 600 y 1.000 temporeros procedentes, sobre todo, de Andalucía y países del Este de Europa.

Tal y como sucede en la mayoría de los pueblos de la región, hay un interés real por brindar el mayor número de servicios posibles a los vecinos y, en este caso, los núcleos de población que conforman Nava de Arévalo cuentan con todos los servicios en perfecto estado de revista, como pavimentación de las calles o alumbrado público.

El colegio, el Centro Rural Agrupado los Regajales, se mantiene con 25 alumnos y entre los retos destaca, como no puede ser de otra manera, tratar de que siga siendo de esta manera porque la presencia de niños y jóvenes siempre es una garantía de futuro.

El monumento principal de Nava de Arévalo es la Iglesia dedicada a San Pedro Apóstol, fechada en el siglo XVI. Es de arte mudéjar y llaman la atención sus altares barrocos y su tribuna.

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