Burgohondo: «Nuestro patrimonio ha marcado la historia viva»

Bienvenidos a Burgohondo. Tanto su ubicación como su clima hacen de la localidad un enclave natural singular que, junto al patrimonio cultural, arquitectónico y etnográfico, ofrecen un destino turístico de interior idóneo para el disfrute de unos días de ocio y descanso.

Cabe destacar las actividades relacionadas con la naturaleza y, en especial, con el río Alberche, como por ejemplo piragüismo en los rápidos de Puente Arco o un día en familia en la pradera de Puente Nueva o las rutas de senderismo marcadas por los diferentes parajes naturales. Nuestro patrimonio etnográfico, arquitectónico y cultural han marcado la historia viva de Burgohondo.

De ello podemos destacar la Abadía de Santa María (siglo XI); los antiguos Barrios de la Umbría; la ermita de los Judíos o de la Vera Cruz, actualmente convertida en Oficina de Turismo y que guarda unos frescos en los que se representa las Estampas de la Pasión de Cristo (siglo XVI); la Plaza Mayor Adolfo Suárez, lugar polivalente y núcleo de las principales actividades que además, se convierte en coso taurino durante las fiestas patronales; la ermita de San Roque o las antiguas escuelas, hoy Posada Real. También han influido las diferentes fiestas y tradiciones populares como las fiestas patronales en honor al Santísimo Cristo de la Cruz, la Vaquilla de San Sebastián, los carnavales, la Semana Santa con la interpretación de las Estampas de la Pasión de Cristo, el día de San Antonio o San Roque, la Feria de Ganado de octubre y mayo, la festividad de Nuestra Señora de la Asunción.

No podemos olvidar hablar de gastronomía donde los famosos Melocotones de Burgohondo, cultivados y cuidados por los vecinos, son los embajadores de nuestra tierra. Pero también son otros los productos de cocina tradicional como las patatas revolconas con sus torreznos, las sopas de ajo, los fréjoles mojinos, la caldereta de cordero, chuletones de ternera avileña, jamones, chorizos y salchichones, el mondongo y las magra.