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isabel martín
Ávila
Martes, 14 de mayo 2019, 21:35
Ávila, en concreto la cara norte de la Sierra de Gredos, se convertirá entre el 17 de mayo y el 24 de junio en la «capital mundial del piorno». Es como se denominan a sí mismos los organizadores del Festival del Piorno en Flor de la Sierra de Gredos, que este año alcanza su novena edición.
Basado en la iniciativa de la Asociación Gredos Norte, Asenorg, esta actividad se ha convertido en «un proyecto de todos», explica Teresa Dorn, miembro del grupo de trabajo del Festival del Piorno en Flor – compuesto por 29 personas-. 19 pueblos participan este año en esta iniciativa, apoyada por la Diputación Provincial de Ávila y la Junta de Castilla y León.
Navalperal de Tormes acogerá este año la inauguración del festival el día 17 de mayo, en el Aula de la Naturaleza de la localidad. Justo ese fin de semana tendrá lugar 'Gredos en tapas' en diez establecimientos de la zona, con el bagaje de haber elaborado 9.500 'platos en miniatura' durante la pasada edición.
Entre las actividades previstas durante los días del festival destacan talleres florales que tienen como protagonista el piorno, así como un concurso de decoración de exteriores y fachadas en los pueblos participantes. Concentraciones moteras y de caballos, de youtubers y de tuiteros; certámenes literarios y de pintura; conciertos de música folclórica y de rock; teatro, pero también rutas de observación de la naturaleza y astronómica, forman parte de un programa en el que no faltan muestras del uso tradicional del piorno y el tradicional 'pingar el mayo', que tendrá lugar el día 19 en Navarredonda de Gredos y en Barajas.
El piorno es parte visible del paisaje de la sierra de Gredos desde que se inicia su floración y dura casi dos meses. El porqué de esta larga temporada es que en Gredos coexisten 13 variedades distintas de piorno, cada una con sus ritmos de floración. Una de ellas es autóctona. Además, al florecer de forma escalonada en la montaña, según la altura, el de Gredos es un espectáculo en amarillo y blanco y de olores intensos que dura hasta entrado el verano y que se puede contemplar en unas 60 hectáreas de terreno.
Teresa Dorn cuenta que «es la primera vez que todos los pueblos han colaborado juntos» en esta zona. Pueblos, en algunos casos muy pequeños, que se han implicado en la organización de esta actividad que «ha influido en la ocupación» hotelera de la zona en unos meses, los de mayo y junio, en los que la afluencia turística era baja hasta que se inició la organización del festival. «Hemos tenido que motivar a los propios vecinos», comenta. Pero, a partir de ahí, «se va ampliando el círculo». De hecho, cuentan con 500 voluntarios en toda la zona.
Precisamente una de las ideas novedosas que han surgido este año es la desestacionalización del piorno como recurso natural aplicando este arbusto a diseños de jardinería. Una de las actividades propuestas es un taller donde se trabajará en el diseño de un jardín con el piorno como planta principal de la composición.
Asimismo se está trabajando en el hermanamiento, de cara al próximo año, con un festival del piorno que se organiza en Luxemburgo –solo con una variedad del mismo- y con un festival de flores silvestres que se organiza en Eslovenia.
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