A las once y media de la mañana, media hora antes del inicio del acto de constitución del nuevo Ayuntamiento de Ávila, los aledaños del Auditorio de San Francisco de la capital abulense mostraban más tráfico de lo normal, tanto de vehículos como de personas.
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Trajes, corbatas, vestidos y tacones se dejaban ver bajando de los coches y en los alrededores, llenando poco a poco la iglesia remodelada para acoger eventos municipales. La prensa llevaba ya un rato allí, recogiendo imágenes de los que iban llegando al acto: sectores del mundo político de Ávila, de los distintos sectores sociales, familiares de los que iban a convertirse en concejales por primera vez o ya veteranos.
Veinte minutos antes del inicio, ya han comenzado a verse rostros del panorama político electo en los últimos comicios. Los propuestos para alcalde por los diferentes partidos charlaban animadamente con sus equipos y con todo aquel que se acercaba a saludarlos: Jesús Manuel Sánchez Cabrera (XAV), Sonsoles Sánchez Reyes (PP), Yolanda Vázquez (PSOE) y Carlos López (Cs). Algunos también se han saludado entre ellos, mientras la mayoría de sus familiares tomaban asiento en las butacas reservadas para tal fin.
El acto ha comenzado cuando todos han subido a la tarima para tomar asiento en las tres largas mesas vestidas con el color morado, que además es el color de la bandera abulense, cuyo escudo pendía en la tela que presidía la disposición de los elementos del escenario. Sobre ella, la fotografía del rey Felipe II. Y a ambos lados de la mesa central, los maceros, que en esta ocasión eran dos mujeres ataviadas con el uniforme típico, llamado tabardo, y que portaban el mazo, símbolo del poder.
Frente a este escenario, en las filas de butacas, un auditorio abarrotado de espectadores, que incluso han copado los pasillos, de pie. En la primera fila de asientos se ha podido ver al alcalde saliente, José Luís Rivas, el subdelegado de Gobierno, Arturo Barral, el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández o el presidente de la Diputación de Ávila, Carlos García.
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Los veinticinco concejales que tenían que estar hoy han sido finalmente veinticuatro debido a la ausencia, «justificada», como han explicado, de la socialista Eva Arias.
Tras la jura del cargo de todos los concejales presentes —once de Por Ávila, seis del PP, cinco del PSOE y dos de Ciudadanos—, se ha pasado a la votación secreta en una urna de todos los concejales a los candidatos a alcalde. El número de votos de cada partido ha sido igual al de ediles con los que contaban, por lo que Cabrera ha resultado elegido alcalde de la ciudad con once votos.
Ha sido el momento en el que el Auditorio de San Francisco ha roto en aplausos y el público sentado en la mitad trasera se ha puesto en pie para ovacionar al nuevo alcalde. José Luís Rivas ha subido al escenario para pasar el bastón de mando a Sánchez Cabrera, que entre más aplausos ha levantado el objeto a modo de ofrecimiento a los allí presentes, causando de nuevo el aplauso general, y los «¡viva!» de algunos asistentes.
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