Juan Aragonés / Efe

Los ataques de lobos en Castilla y León ascienden hasta los 1.449 en 2018

«Si no somos capaces de vivir todos, se romperá el equilibrio», asegura José Manuel Soto, representante de UPA-COAG en la comunidad

Paula Velasco

Jueves, 6 de septiembre 2018

La Memoria Anual presentada este jueves en La Mesa del Lobo constata que los ataques de cánidos en Castilla y León en lo que va de año se han incrementado, con especial incidencia en la zona del sur del Duero, donde la especie ... está protegida y no es cinegética. El aumento ha sido de un 72% en los seis primeros meses de 2018. El año pasado, a estas alturas, los porcentajes descendían al 47%, lo que se traduce en un incremento de los 890 ataques a los 1.449, la mayoría de ellos en las provincias de Ávila y Segovia.

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La otra franja se concentra en la zona al norte del Duero, donde sí estaba permitida la caza de este animal, y durante el pasado año los ataques disminuyeron un 16%. No obstante, en este primer semestre de 2018, en esta zona también se han producido variaciones, ya que los ataques se han incrementado un 36%.

En la actualidad, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León mantiene paralizado el permiso de caza del lobo al norte del Duero tras una denuncia interpuesta por la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL), y aunque no es firme, por el momento no está permitido abatir a los cánidos en esa área.

Esta situación provoca que el representante de la Alianza UPA-COAG en Castilla y León, José Manuel Soto, a raíz de la reunión, se encuentre «un poco indignado, porque vemos que al final acabamos teniendo que hacer lo que quieren unos pocos, y eso es ir en contra de la propia especie», ha asegurado. «No entendemos la perseverancia de algunos, que quieren ponernos a todos de rodillas y que hagamos lo que ellos digan».

«El lobo es incompatible con la actividad económica en las zonas rurales»

José Antonio Pino, representante de Asaja

En este sentido, Soto asegura que en algunas zonas del norte del Duero hay «lobos para cazar, para pasear y para visitar, y nunca ha habido conflicto, pero sí queremos paralizar a una parte de la sociedad», dice aludiendo a los cazadores. «Se creará un conflicto y se verá afectado el lobo. O somos capaces de vivir todos, o se romperá el equilibrio», ha asegurado. «Esto no es una dictadura. No podemos seguir lo que digan cuatro».

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Controlar la especie

Por otra parte, el representante de UPA-COAG en la comunidad afirma que la única manera legal de controlar la especie es cazándolo por los cupos establecidos, cupos que por cierto «nunca se cumplen, sino que siempre se quedan reducidos al 50% de lo permitido». De 141 animales autorizados para cazarse el año pasado al norte del Duero, se abatieron 82.

Asimismo, este hecho puede afectar también a otros aspectos de la economía, como la devolución de los permisos de caza. «La temporada empieza en unos días y dura hasta febrero, pero si sigue pasando el tiempo podríamos perder toda la temporada y entramos en otro conflicto, como los permisos de caza vendidos en los pueblos, que quizá tengan que devolver ahora el importe a quien los haya comprado», explica.

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El representante de ASAJA en La Mesa, Joaquín Antonio Pino, ve en esta sentencia también un problema, al que se añade el existente al sur del Duero, donde el aumento de «ataques ha sido de un 350% más que al norte, el triple de daños». Así, Pino asegura que el «lobo es incompatible con la actividad económica en las zonas rurales. No entendemos la actitud de algunos ecologistas, que tanto critican la despoblación y defienden el mundo rural», asegura, pero son estrictos en el tema del lobo. «Lo que se pide al Gobierno, al anterior y al actual, es que apoye a la Junta, a la Consejería de Medio Ambiente en lo que es la interlocución que tienen con Europa, para que se pueda conocer este problema, ya que como región tiene poco peso en la UE y las competencias las tiene el Ministerio de Agricultura».

Soluciones al conflicto

Por su parte, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha expresado a los integrantes de La Mesa «la firme intención de la Junta de Castilla y León de trabajar para que el lobo pueda ser cazado de forma sostenible manteniendo su estado de conservación favorable al norte del Duero, tal y como permiten las normativas europea, estatal y autonómica, dados los beneficios ambientales y económico-sociales para la Comunidad, y manteniendo, no obstante, el estricto respeto a lo dictado por los Tribunales de Justicia».

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Por último, en La Mesa del Lobo también se ha conocido el plan de actuaciones previsto para 2019. Cabe destacra la presentación del programa 'Life Wolf & Livestock. Soluciones para la coexistencia entre el lobo y la ganadería al sur del río Duero en Castilla y León', que pretende explorar todas las vías que aporten soluciones al conflicto, especialmente medidas preventivas que permitan la coexistencia del lobo con la ganadería extensiva».

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