Piden explicaciones a un alcalde de Ávila por gastar 3.700 euros en brandy para un acto público

Según José Ángel Blázquez, concejal socialista en el ayuntamiento del municipio, cada mes acuden a revisar las facturas del consistorio, de las cuales «vamos haciendo nuestras anotaciones porque no nos dejan tomar copias». Según la última información aportada por el PSOE de Piedrahita, los gastos del busto habrían sido de diez mil euros, y de más de mil, la peana donde se asienta. Además, existe un gasto de cerca de tres mil setecientos euros en botellas de brandy Gran Duque de Alba para repartir «no sabemos a quién», más otros gastos de comidas, refrigerios y el desplazamiento del alcalde de A Caniza (Pontevedra), que se sumarían a los que «desconocen», como los surgidos de una placa o de la mano de obra municipal.

Por su parte, el alcalde de Piedrahíta, Federico Martín, ha mandado un comunicado para aclarar que «los gastos corresponden a una partida de detalles protocolarios» y considera que la información de los socialistas es «deshonesta y parcial». Detalla además que la inversión efectuada en botellas se corresponde a la adquisición de un centenar de «obsequios institucionales personalizados para el municipio, contemplados en los presupuestos como gastos de protocolo, que ni se consumieron ni se entregaron en su totalidad con motivo de la inauguración de la escultura», botellas de las que se conservan aún sesenta para entregar paulatinamente. Igualmente, ha asegurado que el viaje abonado desde A Caniza es un «viaje oficial» que no entra en los actos de la inauguración de la escultura.

Martín ha lamentado la «demagogia» del PSOE, que «solo pretende confundir a la ciudanía y desacreditar su gestión al frente del Ayuntamiento» y recuerda que bajo su mandato «la deuda municipal de casi 2,5 millones heredada del gobierno socialista se ha reducido a 500.000 euros en la actualidad»

En cualquier caso, según Blázquez es incomprensible que en un pueblo en el que hay otras prioridades y está abandonado se asuman este tipo de gastos. Prioritario es, por ejemplo, el problema del agua en la localidad. «Se han dedicado a hacer calles sin cambiar lo que va por debajo», asegura, tuberías de más de cincuenta «o sesenta años, por las que baja suciedad, cuando llueve el agua se torna negra y no hay presión en muchas zonas», problemas que se añaden a los que surgen en verano con el aumento de población. Lo mismo ocurre con la depuradora, que «está fatal y cualquier día» deja de funcionar.