Secciones
Servicios
Destacamos
Los científicos españoles han decidido movilizarse para alertar al Gobierno, a los políticos y a los jueces de que se acaba el tiempo para frenar el cambio climático y de que si, de inmediato y con valentía, España no toma medidas mucho más ambiciosas y ... rotundas que las actuales nos encaminamos sin remedio a la catástrofe. La urgencia es total, advierten, «porque estamos muy cerca de los puntos de no retorno».
Más de quinientos expertos e investigadores españoles de primer nivel, entre ellos cuarenta catedráticos universitarios y asesores de la ONU en la lucha contra el calentamiento global, han lanzado el 'Manifiesto científico por la emergencia climática'.
El documento concluye que las acciones hasta ahora comprometidas por los gobiernos central, autonómicos y locales contra la crisis climática son «insuficientes» y que España no cumplirá su parte para frenar el cambio climático salvo que recorte las emisiones de CO2 en al menos un 50% para 2030, lo que supone duplicar el compromiso de país actual. Deja claro que no es un problema de soluciones técnicas (para abordar la necesaria descarbonización acelerada de la economía), que existen ya, sino una pura cuestión de «voluntad política» para hacerlo.
Destacan que las olas de calor, huracanes, inundaciones, pedriscos, sequías y toda clase episodios climáticos extremos que se multiplican cada año en España y el mundo tienen su origen en el aumento en las últimas décadas de tan solo 1,1 grados de la temperatura media sobre la de la etapa preindustrial. «Las medidas políticas acordadas hasta ahora, tanto en la legislación española como en el marco europeo e internacional, son insuficientes, pues solo conseguirían limitar el aumento de temperatura media global hasta 3,2 grados a finales de siglo, lo que tendría consecuencias catastróficas», aseguran.
En línea con los informes de la ONU, se reafirman en que la única oportunidad del mundo, de que los episodios extremos no adquieran mucha más crudeza, es lograr frenar el aumento de temperatura en 1,5 grados (en dos a lo sumo), para lo que es preciso conseguir las cero emisiones de gases de efecto invernadero en 2050, algo que solo se logrará si antes, en 2030, el lanzamiento de CO2 a la atmósfera se reduce en al menos un 50% con respecto a 1990, el porcentaje de reducción al que ya se ha comprometido la UE en su conjunto. De no cumplirse este primer escalón temporal, aclaran, el objetivo del segundo ya será imposible.
Los más de 500 firmantes no ocultan que se han movilizado justo en este momento porque es el adecuado para que expertos y opinión pública presionen en tres direcciones. Antes de final de mes el Ministerio de Transición Ecológica debe remitir a Bruselas una actualización del Plan Nacional de Integrado de Energía y Clima (Pniec) -la hoja de ruta española contra el cambio climático-, que hasta ahora solo contempla un exiguo 23% de reducción de CO2 para 2030. En los próximos días, el Tribunal Supremo deberá votar el fallo sobre la demanda presentada por Greenpeace, Ecologistas en Acción y Oxfam contra el Gobierno español por inacción climática y en la que piden un fallo histórico: que la justicia ordene al Ejecutivo cumplir los acuerdos internacionales y duplicar el recorte de emisiones en esta década. Y el 23 de julio habrá elecciones generales y quieren influir en los votantes para que apuesten solo por partidos que se comprometan con medidas realmente ambiciosas y eficaces para liderar la lucha contra la emergencia climática.
La causa principal del cambio climático, constata el manifiesto, son las emisiones provenientes del uso de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) y es imprescindible conseguir reducciones de emisiones de CO2 «rotundas y rápidas», cambiando por completo el modelo energético «mediante la migración desde fuentes fósiles a fuentes renovables, como fotovoltaica, eólica y geotermia, entre otras». Los expertos destacan que esta emergencia climática, pese al vértigo de los grandes cambios, supone también una oportunidad histórica para que las administraciones contribuyan a «mejorar la sociedad, hacerla más justa y sostenible y mejorar la calidad de vida de todas las personas».
El manifiesto propone como soluciones imprescindibles y urgentes que las administraciones reduzcan la demanda neta de servicios y energía, electrifiquen todos los usos energéticos, apuesten por las energías renovables, reorganicen las políticas urbanas con menos asfalto y más zonas verdes y fomenten sistemas productivos más sostenibles.
Entre los cientos de firmantes hay investigadores y expertos de renombre internacional como Eloy Sanz Pérez (Universidad Rey Juan Carlos), Érika Mata (Instituto Sueco de Investigación Ambiental IVL), Pablo Manzano Baena (Basque Centre for Climate Change - BC3), Francisco Javier Bonet García (Universidad de Córdoba) o Fernando Valladares (CSIC y Universidad Rey Juan Carlos), entre muchos otros.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.