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Adolfo García-Sastre, investigador y catedrático de medicina y microbiología. Rubén Cacho / Ical
García-Sastre: «Hay que prepararse para la siguiente pandemia»

Adolfo García-Sastre, virólogo burgalés en el Mount Sinai en Nueva York

Especial cinco años de la pandemia
García-Sastre: «Hay que prepararse para la siguiente pandemia»

El virólogo burgalés destaca que aunque hemos sido capaces de superar la situación, todavía queda mucho por aprender, sobre todo, de la covid persistente

Viernes, 14 de marzo 2025, 09:55

El investigador burgalés y catedrático de medicina y microbiología, codirector del Global Health&Emerging Pathogens Institute y del Icahan School of Medicine at Mount Sinai en Nueva York fue una de las voces autorizadas a las que se recurrió durante la pandemia de la covid-19 para arrojar luz sobre la situación y el estado de la investigación sobre el coronavirus SARS-CoV-2. En marzo de 2020 advertía en Burgosconecta: «Todos nos infectaremos, aunque sea de forma leve» y volvemos a hablar con él para conocer qué se sabe del virus, en qué punto está la enfermedad, cuánto hemos aprendido y qué errores no debemos cometer en una futura pandemia.

-¿Qué ha enseñado la covid-19 a la comunidad científica?

-Lo primero, es que no estábamos bien preparados para afrontar una pandemia. Trabajo con virus con potencial pandémico desde hace mucho tiempo y se habían hecho planes pandémicos, sobre todo cuando empezó la gripe aviar, pero está claro que no estábamos preparados para afrontar una pandemia. Y, en cambio, sabemos que se pudo hacer algo, que las medidas que se tomaron salvaron vidas, pero también se perdieron vidas porque, al principio, había muchas cosas que no se podían hacer por falta de preparación y recursos, sobre todo.

Otra cosa que me llamó mucho la atención fue la cooperación internacional. Siempre pensé que, en una situación pandémica donde todo el mundo está amenazado por lo mismo, habría mucha más cooperación internacional sobre cómo afrontar la situación e intercambiar datos entre países, pero eso no ocurrió. Los países comenzaron a echarse la culpa entre ellos sobre lo que se estaba haciendo.

-Parecía que, al principio, o así se intentaba mostrar, sí estaba habiendo una cooperación internacional.

-No fue así, se politizó mucho sobre las medidas, sobre si estaban bien o mal cuando no se sabía muy bien cómo responder, pero había que hacerlo de algún modo. Esa desunión que hubo, tanto dentro de los países como internacionalmente, me llamó mucho la atención. No pensé que fuéramos así, pensé que estaríamos más unidos contra un enemigo común. El virus es el mismo para todos y nosotros no somos tan diferentes unos a otros.

«Las divisiones que hubo en la pandemia de la covid-19 siguen existiendo»

-Lo que sí se nos ha advertido es que puede volver a ocurrir. No sé si considera que ahora sí estamos más preparados o seguimos siendo vulnerables porque no hemos aprendido nada a largo plazo.

-Pandemias van a seguir existiendo, eso está claro. Siempre hemos dicho que habrá una nueva pandemia de gripe, pero no sabemos cuándo o cómo será de severa, pero el virus de la gripe ha estado causando pandemias cada 20, 30 o 40 años, no hay razón para pensar que no volverá a ocurrir. Las divisiones que hubo en la pandemia de la covid-19 siguen existiendo, sigue existiendo un vacío legal sobre quién tiene autoridad o no para tomar medidas que sean sociales. Seguimos siendo vulnerables, sobre todo, durante los primeros meses. Si tenemos suerte de que el virus pandémico no es capaz de propagarse muy rápidamente, podremos sobrellevarlo bien hasta que tengamos antivirales o vacunas. Para el virus de la gripe, por ejemplo, existen vacunas, pero no en cantidades suficientes para todo el mundo, al igual que antivirales.

«Seguimos siendo vulnerables, sobre todo, durante los primeros meses»

Pasará un tiempo hasta que tengamos vacunas y antivirales para todos y, durante ese tiempo, la única forma de mitigar las consecuencias es mediante las medidas que se tomaron durante SARS-CoV-2: no tener contacto con la gente, usar mascarilla, evitar espacios cerrados. Eso será muy parecido durante los dos o tres primeros meses.Lo que está dando problemas ahora es el sarampión, si empiezan a escalar los casos más y más y sigue creciendo la gente no vacunada.

-¿Se está notando mucho el aumento de determinadas enfermedades que estaban más controladas por la corriente antivacunas?

-Sí, se nota mucho y cómo mejor se parecía es con estos brotes de sarampión que ocurren en distintos sitios. Ahora mismo, en Estados Unidos, ha habido un brote en Texas entre personas no vacunadas.

-¿Por qué cree que han aumentado esas posiciones o ideologías contrarias a la evidencia científica? Hablamos de antivacunas, terraplanismo, negación del cambio climático. No sé si considera que han aumentado en acólitos o que han encontrado los canales para hacer llegar a más gente.

-Antes de la pandemia esas corrientes ya existían y ha habido corrientes antivacunas durante la pandemia dependiendo de países. En España, por ejemplo, se aceptó y se tomó la vacuna como algo necesario y vimos que eso estuvo bien. Hubo tasas de vacunación muy altas, pero cuando llegamos al final, al punto de si había que vacunar o no a los niños, ahí ya había menos aceptación. La gente consideraba que no era tan problemática la covid para los niños y se tiene la percepción de que la vacuna puede dar lugar a algún problema, que es verdad. Cualquier vacuna puede dar lugar a problemas, pero es cuestión de números. La infección por virus también da lugar a problemas, más y más graves. No suele ocurrir, pero hay niños que enferman por SARS-CoV-2 y desarrollan enfermedad severa y es una proporción mayor que la que da los efectos adversos de la vacuna. Pero hay más ruido dentro de redes sociales sobre los posibles efectos adversos de la vacuna, mucha desinformación, mientras que hay menos circulación de información de los efectos adversos del virus.

«Al menos se apoya verbalmente, pero, por otro lado, no hay suficiente dinero ahora mismo como para poder mantener una muy buena investigación dentro de España»

Si la gente ve que no hay problemas o que el problema es pequeño, no acepta la vacunación. Lo vemos en todo el mundo, en algunos sitios más que en otros dependiendo también del tipo de cultura y de quién promueve la antivacunación: gente con miedo con respecto a los niños, religiosos, quienes piensan que con una vida saludable es suficiente.

-¿Se valora ahora más en España la ciencia? Que una cosa es valorarla y otra dotarla de fondos para hacerla avanzar con calidad.

-Creo que, ahora mismo, todos los partidos están en apoyar verbalmente la ciencia como algo bueno para el país. Los políticos están a favor de apoyar la investigación, otra cosa es cuánto se apoya económicamente. En España se dedica una parte del presupuesto bastante baja a apoyar la investigación en comparación con otros países. Al menos se apoya verbalmente, pero, por otro lado, no hay suficiente dinero ahora mismo como para poder mantener una muy buena investigación dentro de España.

«Siempre va a ser necesario durante una pandemia expandir la capacidad hospitalaria»

Los investigadores que se están formando tienen problemas para encontrar proyectos, para seguir viviendo dentro de la investigación y lo que pasa es que se pierden investigadores. España necesita más dinero para apoyar la investigación y para que el país sea todo lo puntero que puede llegar a ser.

-¿En qué punto estamos actualmente con respecto a la covid-19? ¿Es un virus más dentro del panorama de virus? Ya no hablamos tanto de variantes, pero suponemos que seguirán existiendo ¿son preocupantes?

-Ahora mismo es un virus más, ya no da los problemas que daba antes, pero lLas variantes siguen existiendo y la vacuna es una herramienta buena, sobre todo, para proteger a aquellos que son más vulnerables. Como el virus sigue cambiando, la vacuna tiene que adaptarse a los virus que están circulando. Lo que todavía no está claro es cuándo va a llegar la subida de casos de SARS-CoV-2. Con gripe y virus respiratorio sincicial es claro, causan problemas en invierno y hay vacuna para los dos. Sabemos que hay que vacunarse en otoño para estar protegidos. Pero con SARS-CoV-2 todavía no sabemos qué tipo de patrones adquiere para la transmisión porque, por ejemplo, hay más transmisión todavía en verano que lo esperado para un virus respiratorio y suele haber un pico en verano que no ocurre con gripe.

«Ahora mismo es un virus más, pero las variantes siguen existiendo y la vacuna es una herramienta buena para proteger a los más vulnerables»

Ahora mismo, el pico de SARS-CoV-2 que ha habido en invierno ha sido pequeño en comparación con el pico que hay de gripe, que ha sido más grande que el habitual, pero no es algo sorprendente, hay años con más y menos expansión.

-¿La vacuna contra SARS-CoV-2 se quedará anual al igual que la de la gripe?

-Sí, así será hasta que no aparezcan vacunas mejores, que duren más tiempo. La covid cambia, la igual que la gripe, cada poco. Además, cambia muy rápido, pero los cambios que tiene no son tan grandes como los de la gripe. La gripe, con unos pocos cambios, es capaz de evadir bastante la respuesta vacunal, mientras que la covid necesita bastantes cambios antes de empezar a evadir bien la respuesta vacunal. Aunque SARS-CoV-2 cambia, creo que incluso más rápido que gripe, los cambios son menos impactantes en quitar protección vacunal que los que tiene la gripe. De tal modo que es posible que la vacuna no se necesite actualizar cada año, pero las vacunas que hay ahora no son muy duraderas. Por lo que es posible que se necesite vacunar cada año, incluso si el virus no ha cambiado, por este motivo. Si encontramos una vacuna mejor, que sea más durable, eso sería mucho mejor, habría necesidad de vacunarse, posiblemente, cada cinco años, si encontramos la que aporte durabilidad.

«Si encontramos una vacuna que aporte más durabilidad, nos podríamos vacunar cada cinco años del SAR_CoV-2»

-¿Qué sabemos del covid persistente después de todo este tiempo, de los factores que lo causan y las personas más propensas a desarrollar estos síntomas prolongados?

-Todavía sabemos muy poco. Se ha investigado mucho qué es lo que lo puede causar y no se han encontrado todavía respuestas claras. Es algo difícil. Uno de los problemas para el estudio es que no tenemos un modelo experimental, animal, con patrones que dan lugar a los mismos síntomas a largo plazo que los que ocurren en humanos con covid largo. Con eso se podría estudiar mejor los tratamientos. Aceleraría mucho la investigación, pero como no existen modelos buenos de covid largo, es muy difícil encontrar el mecanismos y cómo la infección ha desarrollado ese síndrome y por qué en lagunas personas sí y en otras no.

El perfil de la gente que lo padece, además, es muy variado y el covid persistente también lo es. Hay personas que tienen más síntomas respiratorios, pero hay otras que les cuesta recordar las cosas, hay síntomas nerviosos, niebla cerebral, cansancio, dolores de cabeza. No todo el mundo presenta los mismos síntomas, aunque sí hay subgrupos con síntomas similares, pero eso complica también más las cosas.

-Lleva trabajando con virus mucho tiempo ¿qué es lo que más le ha sorprendido de SARS-CoV-2?

-Yo había trabajado antes con coronavirus, pero son virus muy especiales comparados con otros. Son virus de RNA, pero los más grandes que existen, modifican muchas proteínas, pero no sabemos por qué necesitan tantas y qué función tiene cada una específicamente. Es un virus bonito de investigar por eso, porque hay muchas cosas que se desconocen de él y es muy diverso. Hay coronavirus humanos, pero también en animales, hay una gran cantidad distinta de coronavirus que causan enfermedades muy distintas entre ellos. Es una familia muy grande y muy interesante, por suerte, en humanos solo tenemos los respiratorios. Los que había antes de que llegase SARS-CoV-2 sí daban problemas, pero no tantos como los que dio SARS-CoV-2.

«Ahora mismo, SARS-CoV-2 se está convirtiendo en un coronavirus más, aunque sigue dando lugar a más enfermedad que el resto»

Ahora mismo, SARS-CoV-2 se está convirtiendo un poco en un coronavirus más. Sigue dando lugar a más enfermedad que el resto de coronavirus, pero está llegando más o menos a ese nivel. Quizá porque el virus ha evolucionado y lo ha hecho para seguir transmitiéndose y no para causar enfermedad.

También porque, como sabíamos, causa menos enfermedad severa en niños y una vez que empieza a extenderse todo el mundo ha estado expuesto y así estás más protegido si te vuelves a infectar, hay un nivel de protección ahí ya. Los niños, por su parte, están menos protegidos porque no tienen la vacuna, pero la enfermedad es menos grave en ellos, por lo que al estar ya expuestos desde pequeños ganan esa protección para la infección de mayores. Así se va logrando mayor protección grupal.

-¿Ha cambiado o está cambiando la forma de tratar la covid?

-Sigue siendo difícil saber cómo tratar exactamente la covid severa. Sabemos de tratamiento que funcionan, pero solo hasta cierto punto, no funcionan para todo el mundo. Se aprendió mucho del tratamiento de enfermedad severa porque, al principio, todo era probar. Ahora se sabe, por lo menos, el tipo de postura en el que poner a las personas, se sabe que, si se usan ciertos inmunosupresores hay personas que responden y tienen menos enfermedad severa, pero todavía nos queda bastante para tratar a todos los que tienen enfermedad severa.

-¿Qué estrategias destacaría como ejemplo a seguir en la gestión de la pandemia?

-La cosa no es que algo se hiciera mal o bien, es que no se sabía qué se podía hacer. Una de las cosas que va a ser siempre necesaria durante una pandemia es tener capacidad para expandir la capacidad hospitalaria. Hay que estar preparados para ello porque es algo que no se puede hacer del día a la noche. Y se sabe también que va a hacer una serie de materiales que se van a necesitar.

«Corremos el riesgo de olvidarnos de que necesitamos ciertos recursos para hacer frente a una pandemia»

También hay que preguntarse cuánto tiempo se va a tardar en hacer una vacuna y si tenemos capacidad para ello. Hay países que tienen capacidad para desarrollar una vacuna y otros que no. Los que no tienen capacidad van a depender de los otros. ¿Existen las condiciones de poder acceder a vacunas en caso de que venga una pandemia? Para eso se necesita una cooperación internacional.

Corremos el riesgo de olvidarnos de estas cosas si, como parece, vemos que no va a ocurrir otra pandemia en breve. Si lo olvidamos, tendremos el mismo problema porque no estaremos preparados para afrontar una pandemia rápidamente.

«Hemos pasado una pandemia. Ha sido duro, siento mucho la gente que falleció, pero hemos logrado superarla y estamos haciendo una vida normal»

Pero hay que destacar que hemos pasado una pandemia. Ha sido duro, siento mucho la gente que ha fallecido debido a la pandemia, pero hemos logrado superarla y ahora mismo estamos haciendo una vida normal de nuevo. De eso se habló mucho: ¿vamos a poder recuperar la vida? Y la normalidad la hemos recuperado, eso es bueno, es decir, hemos sido capaces de pasar por una pandemia y recuperar de nuevo la normalidad. La cosa es intentar estar mejor preparados para cuando llegue otra. Al menos, no tener falta de recursos cuando llegue, recursos que sabemos que son necesarios.

Y estar dispuestos a tener flexibilidad de afrontar, según vaya apareciendo, la nueva información, a no desinformar al público. Ese tipo de información es importante. Cada día aprendíamos una cosa de SARS-CoV-2. Cada virus es distinto y la próxima pandemia puede ser distinta y habrá que cambiar medidas según lo que vayamos aprendiendo. Hay que ser flexibles para eso y comunicarlo de forma correcta y sincera.

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