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El confinamiento decretado hace ahora cinco años supuso una gran sacudida al estilo de vida que en aquel entonces se estilaba. La obligación de quedarse ... en casa por seguridad proporcionó todo el tiempo del mundo, aquel del que antes no se disponía debido a las obligaciones. Paradójicamente, sólo se podía invertir ese tiempo dentro de los muros de una vivienda, lo que reducía drásticamente las posibilidades de cualquier actividad que se quisiese realizar.
Ante esta situación, gran parte de la sociedad comenzó a reorganizar su vida, adaptando aquello que hasta entonces desarrollaban fuera de casa a la situación de encierro, recordando aquella frase de Charles Darwin que señala que «las especies que sobreviven no son las más fuertes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio».
Una de estas actividades que hubo que transformar fue el deporte que, ante la imposibilidad de llevarlo a cabo en gimnasios o en grupo, tuvo que desarrollarse de manera individual. Esta circunstancia aumentó las descargas de aplicaciones relacionadas con el ejercicio autodidacta y el gasto en productos relacionados. Tanto fue así que, en plena pandemia, varias cadenas que comercializan este tipo de elementos sufrieron una rotura de stock debido a la alta demanda de los consumidores. Todo ello, junto al parón repentino sufrido en algunas labores productivas claves en la manufacturación, hacía imposible igualar la oferta con la demanda.
El sector ciclista fue uno de los que más sufrió estos problemas, como atestiguan desde Deportes Manolo, una de las tiendas de bicicletas de Valladolid. Francisco González, trabajador del establecimiento, recuerda la escasez de material en pleno confinamiento. «Para la gente que hacía bici, la única forma de mantenerse en forma era a través de los rodillos, pero había un número limitado de existencias y se acabaron».
Estos rodillos son esenciales para los ciclistas tanto aficionados como profesionales, ya que son la manera más fidedigna de simular el hecho de ir en bicicleta, pero bajo techo. «Habitualmente la gente compra rodillos, pero no podíamos solventar un problema de veinte o treinta rodillos porque tampoco podías pedirlos». Añade que, pasado un tiempo, «con el tema de las piezas se originaba el mismo problema; había desgaste, las fábricas paradas, las piezas no se fabricaban y se produjo un colapso».
A pesar de la gran demanda existente durante el confinamiento, González asegura que el verdadero «boom deportivo» se produjo durante la desescalada. Así lo confirman los datos de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España. Con la desescalada se disparó la venta de bicicletas, superando por primera vez en la historia el millón y medio de unidades comercializadas en un año.
Francisco González
Empleado de Deportes Manolo
«No se podía ir a los gimnasios, entonces te quedaba andar o ir en bici, que te permitía ir un poco más lejos, así que la gente se lanzó a las dos ruedas», rememora. En ese momento volvieron a sufrir otra rotura de stock ya que, según relata, «las fábricas estaban paradas a nivel mundial y se produjo ese desabastecimiento; sólo podíamos vender lo que teníamos, hasta que volvieron a funcionar las cadenas de distribución, de montaje y todo».
El furor por la actividad física no se focalizó sólo en el ámbito de las bicicletas, sino que se extendió a todos los deportes. Cuando comenzó la desescalada y se levantaron paulatinamente las restricciones, mucha gente ya había incluido el deporte en su vida, haciendo de él un pilar básico de su cotidianidad.
Esta inclusión del deporte en la rutina diaria se aprecia en el Anuario de Estadísticas Deportivas realizado por el Gobierno de España, que muestra la evolución nacional de los baremos relacionados con el ejercicio. El incremento en la actividad física se refleja en el apartado del gasto vinculado al deporte de los hogares españoles. En 2019, este desembolso era de 5,8 millones de euros, mientras que en 2022, ya dejada atrás la pandemia, se elevó hasta los 6,1 millones, marcando un récord histórico y demostrando así que el deporte había llegado a las vidas de los españoles para quedarse.
300.000 euros
Más en deporte gastaron las familias en 2022 respecto a el año anterior a la pandemia
Esta inversión se detectó rápidamente por el sector empresarial, que respondió a la demanda social. La creación de sociedades relacionadas con la práctica deportiva se disparó incluso en plena pandemia, creciendo el número de empresas de este sector en 2020 en el 4,1% hasta rebasar las 41.000. En 2021 el porcentaje se resiente mínimamente (-0,4%) pero en 2022 tiene un gran repunte, con una tasa de aumento interanual del 6,5% hasta llegar a más de 43.000 nuevas empresas.
Por norma general, si aumentan las empresas en un sector, inevitablemente aumenta el número de trabajadores asociados a este. Ese fue el caso con el ámbito deportivo. La población activa en este segmento ha ido en incremento, pasando de 222.000 personas asalariadas en 2021 a más de 250.000 en 2024.
Las licencias federativas son otro de los apartados que se deben consultar para poder apreciar con precisión el fervor por la actividad física que ha despertado la pandemia en la población española. Más de 3,8 millones de personas estaban federadas en alguna modalidad deportiva en 2020; tres años más tarde, el número de licencias subió hasta los 4.2 millones.
Entre todos los deportes que experimentaron esta particular explosión, el que más lo hizo fue el pádel puesto que pasó de algo más de 75.000 licencias en 2020 a más de 100.000 en 2023. El reducido número de personas que se necesitan para jugar, la distancia que se mantiene entre ellas y la posibilidad de practicarlo al aire libre convirtieron a este deporte de raqueta en uno de los más seguros de llevar a cabo en plena desescalada.
Hugo Vázquez, profesor y jugador de pádel en el Club de la Raqueta de Valladolid, es el ejemplo perfecto de cómo una pandemia puede dar un giro de 180 grados y generar ilusión por un ámbito en el que nunca podía imaginarla de pequeño. Vázquez fue una de esas personas que, tras el confinamiento, descubrió el pádel como «la excusa para salir de casa», ya que al fútbol, deporte que previamente practicaba, no podía jugar.
Esa excusa, según relata, se fue convirtiendo poco a poco en su afición, hasta que se dio cuenta de que el pádel le gustaba «más de lo normal», que «prefería quedar para jugar que para seguir entrenando al fútbol». Con arrojo y determinación tomó la decisión de intentar profesionalizar más su pasión de la mano de la academia de Gustavo Pratto, «un referente en el pádel». Esa conexión no fue sólo cosa suya sino que, paralelamente, una gran cantidad de amigos suyos comenzaban también a pelotear entre cristales.
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Ante tal flechazo deportivo decidió apostar por esta disciplina «priorizándolo ante todo», tomando «decisiones arriesgadas y soñando con algo que no era un sueño desde niño pero se fue cumpliendo». A raíz de esa decisión, comenzó a competir, pero una lesión importante le imposibilitó continuar dentro de los circuitos. «Decidí que quería aportar mi granito de arena, transmitir lo que estaba aprendiendo y poder llevarlo a otra gente de una manera personal y cercana». Así, comenzó su carrera profesional en el Club La Raqueta con su propia escuela, con más de cien alumnos a los que intenta «enseñar teniendo en cuenta la situación de cada persona, entendiendo sus limitaciones», pero sobre todo con la intención de transmitirles su «locura por este deporte».
Hugo Vázquez
Profesor y jugador
Este club fue, gracias a sus pistas descubiertas, el único de Valladolid en el que se podía practicar este deporte, siendo así el germen local de una actividad en expansión que los niños han recogido con gusto. Hugo Vázquez asegura que a raíz de la pandemia, el nivel de las generaciones más jóvenes en el pádel ha aumentado debido a su precocidad a la hora de iniciarse en este deporte y es con los que procura «tener más implicación». Además, nota que, «igual que antes los padres llevaban a sus hijos al fútbol, poco a poco comienzan a apuntarles a pádel».
Este boom fue analizado por Monitor Deloitte, líder mundial en servicios de consultoría, de la mano de Playtomic, una app tecnológica relacionada con los deportes de raqueta. Los resultados fueron reveladores, cifrando el aumento de clubes de pádel en Europa en un 181%. Además, España se convirtió en 2022 en el país con más pistas construidas de todo el mundo, con un total de 15.300, seguido de Italia con 6.470 y Suecia con 4.200.
En el gasto público también destaca el incremento de inversión en el deporte. Paralelamente al sector privado, las instituciones también deben responder ante las demandas de la población, proporcionando diferentes servicios para cubrir sus requerimientos.
Según el Anuario de Estadísticas Deportivas, publicado por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, desde la Administración General del Estado, el gasto se incrementó, pasando de casi 175.000 euros en 2018 hasta casi rozar los 300.000 en 2022. A nivel autonómico el ascenso se mantiene, cifrando el gasto de 2022 en 436.000 euros, cuando en 2018 era de apenas 347.000. La administración local es la que más invierte en este apartado y a su vez fue la que más aumentó el gasto, pasando de 2,3 millones en 2018 a 2,9 en 2022.
A pesar de que tanto las empresas privadas como el sector público actuaron rápidamente detectando y dando respuesta a las demandas de la sociedad, la gente también realizó inversiones de su propio bolsillo para seguir practicando deporte. Teniendo en cuenta el impacto positivo de la actividad física en la salud mental, una gran cantidad de personas han decidido incluirlo en otras facetas de su vida, incluso en las destinadas a descansar o conocer otros lugares, como pueden ser las vacaciones.
Tras la pandemia, el número de personas que practican deporte durante su periodo de asueto se ha incrementado drásticamente, aprovechando su tiempo libre para seguir apostando por mejorar su condición, tanto física, como mental. En 2020 el número de viajes por parte de los residentes españoles que destinaban sus vacaciones a practicar algún tipo de actividad física se cifraban en 30,6 millones, una cifra afectada por las restricciones de movilidad. Tan sólo un año después, la cifra superó los 42 millones de desplazamientos y el incremento continúa en los años siguientes, alcanzando en 2022 los 48 millones y rompiendo la barrera de los 51,5 en 2023, demostrando así que no se trata de una tendencia y que este modelo vacacional ha llegado para quedarse.
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