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El deporte es básico y los chavales practican diferentes disciplinas cuando por las tardes llegan procedentes de los colegios donde estudian. / ELENA GÓMEZ
PROVINCIA / EDUCACIÓN

El colegio y residencia Inmaculada en Armenteros, un centro con mucho futuro

Jornada de puertas abiertas el sábado para los padres y público en general para dar a conocer su funcionamiento actual

MARIA JESÚS GUTIERREZ

Viernes, 23 de mayo 2014, 20:27

Hablar de Armenteros es hablar del colegio Inmaculada, un centro que a la muerte de su director y fundador casi a los cien años de edad, el padre Juan, quedó como olvidado, ya que tras su fallecimiento se creo «cierto desconcierto general por no saber qué iba a pasar con este proyecto que comenzó hace más de 50 años y por el que han pasado más de 30.000 alumnos de toda España y de todo el mundo», cuenta el actual director, Blas Rodríguez, conocido por ser el párroco de Fuenterroble de Salvatierra y el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago - Vía de la Plata (Acasan).

El desconcierto existente por no saber qué iba a pasar se agravó con la pérdida del concierto que el colegio tenía con la Consejería de Educación, pues era un colegio concertado. Algo que, según cuenta Rodríguez, ocurrió por «no hacer a tiempo los trámites, no se respondió a las condiciones y propuestas exigidas desde la Consejería. Esto llevó a perder el concierto y que la Delegación de Educación y Ciencia, a través de la Dirección Provincial de Salamanca, anunciara públicamente el que colegio como centro educativo se cerraba».

Y esto es lo que precisa y recalca su actual director, «se ha cerrado el colegio pero no el internado». «El centro de Armenteros sigue abierto. Es una puerta a la esperanza para mucha gente necesitada. Y con futuro, porque sigue siendo un medio necesario para la sociedad en la que vivimos y estamos dispuestos a seguir prestando servicio para todo el que lo necesite», recalca Blas Rodríguez. Y es que recuerda que cuando en su momento se dijo que se cerraba, «se entendió que se cerraba todo y hubo una desbandada general».

De hecho en julio de 2013 había 300 alumnos y cuando en septiembre de ese año se retoma la situación con un nuevo equipo directivo se cuenta con un grupo de 75 alumnos de España y de otras nacionalidades como Mali, Guinea, República Dominicana, Honduras, Panamá, entre otros...

Dicho equipo directivo está formado por voluntarios, algunos de ellos profesores que llevaban muchos años en el colegio y otras personas que ahora se encargan de la cocina, el comedor, el mantenimiento y otros servicios y todos trabajan «de forma gratuita». Y al frente, como director, Blas Rodríguez, tras la propuesta que le hizo el obispo. Fue a finales de junio de 2013 cuando Rodríguez es nombrado patrono de la fundación y más tarde, director en septiembre, para comenzar el nuevo curso escolar. Desde ese momento, como no pueden impartir clases, los alumnos tiene que cursar sus estudios en centros públicos de Alba de Tormes y Guijuelo, a los que acuden en transporte escolar, el cual es subvencionado por la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Educación.

El objetivo del equipo directivo es conseguir recuperar el expediente y el concierto con la Junta de Castilla y León, algo que no se ha podido hacer hasta el momento pues «la cuestión económica y administrativa está en proceso de auditoría y no se puede afrontar este tema por no tener las cuentas sobre la mesa», señala Blas Rodríguez. Una vez que se haya resuelto la auditoría, que esperan no tarde mucho aunque son conscientes de que es muy difícil para el próximo curso, esperan recuperar el concierto con Educación para poder impartir desde Primaria hasta segundo de Bachillerato.

Supervivencia

Mientras tanto, el centro va sobreviviendo gracias «a la ayuda del Banco de Alimentos y a que la mano de obra es gratuita», sin olvidar «la colaboración económica de los residentes que pueden, porque hay algunos que no pueden aportar nada por su situación personal».

La Inmaculada está abierta a todas las ayudas, «porque cualquiera, por pequeña que sea, es vital». Por ello, desde el equipo directivo quieren crear un banco de becas de un día, un mes, un trimestre... Son becas para el que quiera colaborar con un día, pague 5 euros, 150 euros en el caso de un mes, 500 euros por el trimestre y 1.500 euros por un año; ya que el coste es de 350 euros al mes con todo incluido para cada niño, pero hay muchos que no llegan a esa cantidad y estas ayudas serán «una forma de colaborar, porque hay mucha gente que quiere hacerlo y no sabe cómo; pues ahora podrá hacerlo con estas becas».

Por otro lado hay que señalar que en este centro los niños reciben acompañamiento en el estudio y también durante todo el tiempo que habitan en la residencia, donde realizan actividades deportivas, lúdicas, culturales, salidas, marchas, trabajos de limpieza y todas las actividades propias de un internado. Pero lo más importante es que cuentan con un «ámbito positivo y adecuado para que los alumnos puedan convivir, compartir, crecer y madurar en los valores imprescindibles como la solidaridad, interculturalidad, respeto y otros valores necesarios para su desarrollo personal en todos los ámbitos de la vida, para que tengan un desarrollo progresivo y equilibrado», ya que hay que tener en cuenta que en este centro hay todo tipo de niños: desde «hijos de familias de bien -funcionarios, médicos, toreros...- hasta algunos con problemas familiares; hay un amplio abanico de realidades sociales». En estos momentos, el 60 por ciento son extranjeros y la mayoría, inmigrantes, pero de cara al curso que viene «los preinscritos, más de 60, son la mayor parte de ámbito nacional».

Las condiciones para ser acogidos son sencillas, «que respeten las normas» porque en la Inmaculada de Armenteros tiene cabida todo el mundo por «encima de razas, religiones o clases sociales». Lo que se pretende es que «sea un hogar abierto, cálido y humano para todos los que aquí vivimos a diario y una prueba de que se está consiguiendo es que los chicos están tan agusto que en algunos casos tenemos dificultados para que en los puentes vayan a sus casas, porque se quieren quedar en Armenteros».

Ventajas

Las ventajas de un centro como el de Armenteros es que se trata de un internado que ofrece una oportunidad única para coger hábito de estudio y formación en hábitos de conducta con «disciplina y unos criterios fundamentales a la hora de saber estar y relacionarte con los demás». Además de encontrarse en un «espacio natural privilegiado totalmente aislado del mundo, donde no queda más remedio que estudiar o practicar deporte». Por ello, como recuerda Blas Rodríguez, «es un espacio extraordinario para las familias que no pueden atender a sus hijos como desean y por ello nos los confían para que los ayudemos, los acompañemos y salgan adelante».

Y en estos tiempos, en los que los internados desaparecen, «Armenteros es la alternativa extraordinaria para los casos que no quieren estudiar y aprovechar el tiempo» porque se les «forma» y se les da «una corresponsabilidad cada vez mayor, que es esencial para aprender, madurar...», ya que los alumnos tendrán que colaborar en las tareas de limpieza, de reparación del centro, de los jardines como «medida pedagógica en todas las actividades, para que se den cuente de que hay que formarse de forma integral».

Y para dar a conocer las instalaciones y todo lo que este centro puede ofrecer se ha organizado para mañana una jornada de puertas abiertas de 12 a 16 horas, en la que se hará un recorrido por el recinto, se explicará cómo ha ido el curso, cuáles son los objetivos de futuro y habrá una comida popular y diversas actividades.

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