Una pasión con identidad propia

La belleza de su entorno natural, sus calles, sus vecinos, su gente; la historia, las tradiciones, las costumbres... y también el deporte forman parte de las señas de identidad de un pueblo. Nava de la Asunción es un pequeño municipio segoviano ( situado a algo más de 40 kilómetros de la capital), de poco más de tres mil habitantes que tiene sus encantos, esos que hacen sentirse orgulloso a sus habitantes, tiene su variedad de actividades deportivas, aunque una sobresale por encima de las demás. El balonmano. Es una de esas cuestiones que ya se asumen como propias, que forman parte de su vida diaria, sobre todo los fines de semana, y que hará que la próxima temporada se codee con equipos de ciudades y localidades mucho mayores en población, que no en ilusión. Más de uno sabrá situarlo en el mapa.

Ese ambiente deportivo se respira, se palpa en el ambiente, desde que se ve la señal de entrada a esta localidad. Un punto de encuentro, como 'Punto de Encuentro' se llama uno de los bares de la localidad en los que se reúnen para compartir impresiones al sorbo de un café. Y se puede comprobar al pasear por sus calles, en sus establecimientos, escuchando las últimas hazañas de un equipo que vio la luz allá por el año 1976 (tiene 38 años) y que ha ido creciendo y madurando con el paso del tiempo, aunque los inicios (como suele pasar) fueran complicados.

Esa es una de las claves; la gestión durante todo este tiempo. Y el trabajo en la cantera. «Nosotros hemos nacido en la cantera de este club y al final es lo que te hace poner unos cimientos sólidos para que la torre no se caiga, y ahora estamos intentado que la misma oportunidad que hemos tenido nosotros, la tengan los que vienen y creo que van a venir chavales con mucho futuro y apretando fuerte», comenta el capitán Carlos Villagrán.

Y tampoco se olvidan de los apoyos de las empresas y los patrocinadores, que también ponen su grano de arena. Se nota cuando salen fuera, «porque somos un pueblo muy pequeño, a nivel de habitantes y recursos, pero tener empresas que colaboran con 50 o 60 euros, hasta Viveros Herol, que es nuestro patrocinador principal, es para estar agradecidos enormemente. Y los que llevan esas empresas son gente que han jugado en el equipo», recuerdan.

El Viveros Herol Balonmano Nava ha entrado a formar parte de esa identidad de la localidad, es algo que sienten como suyo, que sienten que hay que proteger y defender. Es como la Galia de los tebeos de Astérix. ¿Recuerdan la introducción? «En el año 50 antes de Cristo toda la Galia ha sido ocupada por los romanos... ¿Toda? no; una pequeña aldea de irreductibles galos resiste incansable al invasor». La Galia bien podía ser Nava, y los irreductibles galos, los jugadores, directivos, aficionados y simpatizantes del conjunto navero.

Son unos héroes de carne y hueso, que sienten, sufren, padecen, se emocionan, y que simbolizan valores como la solidaridad, el compromiso, el respeto, la deportividad, el compañerismo, la unidad, esfuerzo, superación, humildad... Son jugadores, pero también vecinos (la mayoría de los jugadores son de Nava), personas sencillas, humildes, que viven el día a día de su pueblo y ese sentimiento tan familiar está muy arraigado. Aunque su pensamiento está en el balonmano, cada uno tiene sus quehaceres; sus preocupaciones, sus inquietudes.

Nava tuvo la oportunidad de disfrutar hace unos días del ascenso a División de Honor de Plata. Los bares estaban llenos, las redes sociales echaban humo... No le importó que fuera domingo, que al día siguiente hubiera que volver a los quehaceres cotidianos, a sus trabajos, que allí estaban esperando a que llegara el autocar; cansados, pero con otro estado de ánimo. Al día siguiente eran los protagonistas, el tema de conversación en los bares, en las panaderías, en las tiendas, en los colegios, en las casas... En todos los rincones.

Había que celebrarlo y vivir el presente. Y fue algo increíble. «Había un montón de gente; yo no sé cuántas personas habría, pero la verdad es que yo no me esperaba que iba a ver tanta gente. Era tarde, domingo, viniendo de tan lejos fue todo un orgullo que estuviera tanta gente esperándonos para recibirnos, eso fue lo más grande», recuerda con cariño Carlos Villagrán, que fue nombrado el mejor jugador de la fase de ascenso.

Y se dice bien y pronto. Un ascenso a División de Plata (estará el conjunto navero entre los 32 mejores equipos nacionales), una fase inmaculada (ganó los tres partidos) y todo lo que implica. Mensajes, felicitaciones, el buzón del móvil lleno de mensajes... Ha pasado tiempo, «pero creo que todavía no somos conscientes de lo que hemos hecho; mirando fotos y vídeos, a más de uno se nos pone la piel de gallina», añade Bruno Vírseda. Se acumulan las sensaciones, los recuerdos. «Recuerdo que dije por fin nada más terminar el partido», dice también Villagrán.

El día después

Se han ganado a pulso el respeto y el reconocimiento. Llegaron a tierras gallegas y sin presión, fueron capaces de ir superando a sus rivales. No partían como favoritos, puede que esa baza jugada a su favor, «pero también para eso hemos luchado todos estos años; siempre se nos esfumaba en el último momento y esta vez que no íbamos con intención de llevárnosla, ni con la intención de tener que ganar sí o sí; más bien fuimos con la idea de disfrutarlo y al final lo conseguimos», apunta Alberto García, quien recuerda también cómo fue el día siguiente al ascenso. «Te paran por la calle, te felicitan, te dan la enhorabuena, gente que no ha estado allí, que no ha podido viajar...». «Y te lo dicen de verdad, se les nota en la cara, y a los que han estado allí les hemos visto disfrutar al máximo. Te dan fuerza y allí se dio todo, derrochaban energía, fuerza y felicidad, buen ambiente y se nota», añade Carlos Villagrán. Alguno incluso ya ha preguntado que si iban a vender la plaza. «¿Venderla? Si nos la hemos ganado, es nuestra», comenta Santi Rodríguez.

El camino ha sido largo. Y no solo el de viaje de vuelta de tierras gallegas. Largo y muy duro, desde que empezaron viajando en coches, pagándose sus equipaciones, ayudando en muchas tareas... pero tanto esfuerzo ha merecido la pena. «Ha habido otros momentos tan emotivos como este, y también muchos sinsabores, historias raras, problemas... pero hemos conseguido llegar hasta aquí. No lo esperábamos, no nos lo habíamos planteado en la vida. Jugar en Primera, sí; la Segunda se nos quedaba pequeña; nuestro sitio estaba en la Primera, pero nada más», valora el presidente Quintín Maestro. Sienten que también esta gesta se ha sentido en los pueblos de alrededor, algo menos de repercusión en Segovia capital, porque al no tener un equipo, puede que se sientan menos identificados. En cualquier caso todas las muestras de cariño son bienvenidas y se agradecen.

¿Y el futuro? «Está claro que habrá que hacer números, pero tampoco creo que sean muy diferentes», respondió Maestro. De momento, la Diputación ya ha anunciado que aumenta a 7.000 euros la subvención para premiarles por el ascenso. Hasta ahora era de 4.000 y la institución provincial ha decidido añadir 3.000 más. El Nava es un equipo que vive la realidad, que disfruta del presente. Se ha ganado unos días de descanso. Ya habrá tiempo para planificar lo que está por venir (entrenador, plantilla), en una temporada que se presenta muy atractiva.

Este sábado noche, ya de una forma más cercana, lo celebrarán con los suyos, con su gente, con sus amigos y familiares. Primero, a las 20:30 horas, con un recorrido por las calles en un remolque (que seguro que para ellos será como un autocar descapotable de paseo por La Castellana), para llegar a las 22:30 horas al Ayuntamiento y ser recibidos por la Corporación Municipal. Y la noche continuará a las 24:00 horas con la actuación en directo de 'La Banda del Búho' en la Plaza de la Asunción. Ya el domingo, están invitados a comer en un restaurante de la localidad, 'La cocina de abuela Salus'.

«Es imprescindible que nos acaben el nuevo pabellón»

Jugar en una categoría como la División de Plata implica un esfuerzo mayor. En todos los sentidos. De ahí que una de las cuestiones obligadas sea la del nuevo pabellón. «Es imprescindible que nos acaben el nuevo pabellón; no sé cómo ni de qué manera, pero hay que acabarlo. Así, tal y como está ahora no pinta nada; hay un montón de dinero ahí metido y es que además nos hace mucha falta», dijo Quintín Maestro.

«Creo que nos hemos ganado que todas las instituciones de Segovia y de Castilla y León se vuelquen con ese proyecto y se acabe». «Y es que encima está empezado y verle ahí...; vemos que nos jubilamos y no llegamos a jugar ahí», añaden los jugadores del conjunto navero.

De jugar en el actual, «seguro que nos va a tocar hacer alguna reforma, vestuarios, la cancha, que no sabemos si nos va a valer o no...», comentó Quintín Maestro.

En esa línea se enmarca el acuerdo con el Cuatro Rayas de Valladolid. «No se ha hablado nada y también dependerá de su situación», dijo Quintín Maestro. «Y la verdad es que tampoco es que nos hayamos beneficiado mucho de ese acuerdo en estos años porque nos ha tocado reinventarnos muchas veces», añadió Carlos Villagrán.

El Norte de Castilla regala un póster de la plantilla del ascenso

El Norte de Castilla también quiere felicitar a los héroes del ascenso. Por ello, este domingo regalará en Nava de la Asunción con el ejemplar del diario un póster de la plantilla del Viveros Herol Nava. En él figuran los jugadores y los integrantes del cuerpo técnico que el pasado fin de semana lograron en O Rosal (Pontevedra) la gesta de ascender a División de Honor Plata. Se trata de un logro histórico, ya que el conjunto navero ha conseguido meterse entre los 32 mejores equipos de balonmano de España. Durante esta semana, El Norte ha estado anunciando, a través de carteles en diferentes establecimientos naveros, esta promoción tan especial.