El campeón de Europa de culturismo destapa sus secretos de entrenamiento en La Victoria

Dice que ya de pequeño daba la matraca a sus padres. El futuro clarito con tan solo cinco años. De mayor, profesor de gimnasia. «Y aquí estamos». Cuenta que comenzó a tomárselo en serio con 16 años, cuando empezó a entrenar en la calle, a hacer de los parques su gimnasio, a convertir los columpios en rudimentarios aparatos de musculación. Enganchaba, por ejemplo, las gomas tensoras en esos arcos de los que las niñas pequeñas se cuelgan boca abajo. Se agarraba, un suponer, a las barras del parque para completar sus tablas de ejercicios, hacía 'guantes' con los amigos... «Pero la calle se me quedó muy pronto pequeña», reconoce. No encontraba allí lo que buscaba. «Si tienes ambición por el culturismo...» Y él la tenía. Hasta tal punto que se ha convertido hay que coger aire para recitar del tirón tanto título en campeón absoluto de Europa, subcampeón de Míster Olimpia, campeón absoluto de España, subcampeón de Míster Universo, mejor posador de España. Y todo ello, en 2013.

La calle pequeña y muy pronto el entrenamiento más específico, en gimnasios, primero con levantamiento de pesas. Desde hace unos años, David es su propio mentor, su propio preparador, tiene un equipo de competición, dos tiendas de preparación personal y productos dietético deportivos (una en Parquesol, Mateo Seoane Sobral, y otra en Palencia) y además, desde el 2005, regenta el Victoria Fitness Center, un gimnasio en la calle Neptuno, en un barrio «humilde, obrero, de buena gente» donde David ha encontrado un trato cordial, un saludo cotidiano con los vecinos, muchos de los cuales se acercan por aquí, por su gimnasio, para ponerse en forma.

«Es verdad que cada vez nos cuidamos más, que cada vez le damos más importancia a nuestro aspecto personal», reconoce David, quien recuerda una enseñanza que le transmitió su abuelo: «Invierte en ti». «Y es verdad. Invertir en nosotros mismos es lo único que no nos defrauda. Si trabajamos, vemos los resultados. Nunca falla».

Máster en entrenamiento personalizado, el campeón absoluto de Europa en culturismo, explica que no basta con ir al gimnasio «en bloque, como las ovejas», sino que hay más resultados cuando se trabaja de forma específica, de acuerdo con las necesidades de cada persona. «El objetivo final de la mayoría es perder peso y barriga, conseguir bajos porcentajes de grasa y aumentar la masa muscular. Ellas dicen lo de la grasa y tonificarse. Ellos vienen con la idea de ponerse mazas». Al final, explica David, el truco está en la «constancia». Constancia en el ejercicio cardiovascular, en el muscular y, sobre todo, en la dieta. «El objetivo es esforzarte cada día un poquito más». El mayor enemigo: el desorden. «El desorden te lleva al caos. La sola organización ya es un gran paso hacia el éxito». Explica que uno de sus principios es: «Haz de tu físico un modo de vida saludable». Y asegura que él lo ha conseguido. Un éxito además reconocido en numerosas competiciones. Es el presidente del comité nacional de jueces de culturismo así que sabe cuáles son los principales criterios en los que se fijan los calificadores de los campeonatos. No vale cualquier músculo. «Lo importante es la definición, la simetría, el tamaño». «A la hora de la definición, los jueces nos fijamos en que la piel esté totalmente pegada al músculo, sin retención de agua. Y también es importante el aspecto cardiovascular, que se vean bien las venas». El segundo gran criterio es la simetría, «o sea, que el tren superior sea equivalente al inferior». No vale tener un pecho bien constituido y luego unas canillas. Y como tercer gran criterio de evaluación... el tamaño del músculo. Y eso varía según la categoría (hay más de diez, tanto en masculino como femenino), desde el 'fitness' hasta el culturismo, desde el posado en bañador (para ellos) al bikini (para ellas). Después de los títulos del año pasado ya piensa y se prepara («la suplementación, si haces un sobresfuerzo, es necesaria») para los torneos de este año. Míster Universo en julio, en Nápoles. El campeonato del mundo en octubre, en Roma. Hay que revalidar título. Y allí que se presentará, con el apoyo de los patrocinadores y de la familia. «El año pasado, por ejemplo, le dije a mis padres, oye, que me voy a Nápoles. Cogí la maleta...» Y regresó con título.