Acueducto de Segovia. / A. Tanarro
PATRIMONIO

La Junta da por terminado el Plan Director del Acueducto

Patrimonio está a la espera de fijar la fecha de presentación con el Ayuntamiento, que lo reclama desde hace más de diez años

DAVID ASO

Domingo, 27 de abril 2014, 00:48

La Junta de Castilla y León da por completada la elaboración del Plan Director del Acueducto de Segovia. El director general de Patrimonio, Enrique Sáiz, afirma que el documento «está acabado» desde hace varias semanas y a la espera de acordar la fecha de su presentación con el Ayuntamiento.

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«Supongo que se presentará en breve», avanza Sáiz; y será entonces cuando se explique su contenido con detalle. Por su parte, el Ayuntamiento segoviano, como propietario, es el responsable de las labores de conservación que sean precisas en cada momento, con independencia de cuál sea la fuente de financiación, y siempre bajo la supervisión de Patrimonio, informa Ical. Pese a ejecutarse intervenciones de limpieza y otros trabajos ocasionales, lo cierto es que el monumento bimilenario, que en 2015 cumplirá tres décadas como Patrimonio Mundial, carece de una hoja de ruta para su mantenimiento con el rango de un plan director.

Los técnicos de la Dirección General de Patrimonio se han encargado de su redacción. «El arquitecto segoviano Alberto García Gil ha participado bastante», apunta Sáiz. Asimismo, se ha contado con la colaboración de técnicos de la World Monuments Fund, fundación que ha prestado apoyo a intervenciones en bienes históricos de más de noventa países desde 1965.

Con su puesta en marcha, las actuaciones sobre el Acueducto se atendrán a un programa, un calendario basado «en unos criterios concretos de conservación, unas metodologías y unas pautas», recuerda el director general de Patrimonio. «La idea es que todos los años haya un mantenimiento y, por tanto, unas pequeñas inversiones» que no se dejan totalmente cerradas y variarán según el tipo de servicios que deban contratarse en cada momento.

Un calendario base

Sáiz subraya que el plan director no es un proyecto técnico, sino de gestión. Su principal cometido es definir «un desarrollo de actuaciones a lo largo del tiempo: se implementa y, en función del dinero que haya, se puede hacer una función u otra». «Hoy en día los planes directores se temporalizan menos», son más flexibles a la hora de marcar inversiones por fases porque la disponibilidad económica no siempre es previsible ni futurible, aunque sí se recomiendan acciones por años, matiza el responsable regional.

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En las próximas semanas, por ejemplo, regresarán los andamios al Acueducto para desmontar parte del canal de plomo, reparar las filtraciones que sufre y aplicar un tratamiento contra las palomas que introduce ovillos de nailon entre las piedras de las zonas afectadas. El fin del plan director es implementar dispositivos y una atención continua.

Entre las recomendaciones que recoge el documento destaca la instalación de un sistema de monitorización que garantice el seguimiento con el control permanente de determinados puntos del monumento. En líneas generales, se propone «un sistema de gestión y conservación, pues periódicamente deberá revisarse el estado material de la piedra, las junturas, la canaleta se van dando una serie de pautas y criterios, y luego unas recomendaciones, es casi como una oficina de gestión».

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Evitar dramas urbanísticos

Pero Sáiz valora «aspectos más allá de los estrictamente materiales». A su juicio «no se trata sólo de la propia construcción, sino de cómo se ve el Acueducto en la ciudad y la ciudad desde el Acueducto».

En concreto, el primer apartado del plan establece una serie de criterios para preservar «la silueta urbanística de la ciudad». O lo que es lo mismo, la armonía de la obra de ingeniería civil romana más importante de la península con su entorno. Se pretende «que no vuelvan a ocurrir cosas que han traído muchos problemas, como hace más de veinte años con la paralización de las famosas obras del hotel de Inprogarsa». Para Sáiz, aquello sucedió por no contar con un marco urbanístico que previniera conflictos de semejante calibre. El plan director debe contribuir a ello, y el Ayuntamiento lo anhela desde hace tiempo.

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