Vecinos rehabilitando los olmos de la escarpada de Las Calzadas en Castrodeza./ Laura Negro
VALLADOLID

El Monte Gólgota de Castrodeza

El alcalde acondiciona una zona verde junto a la iglesia y la convierte en un Monte Calvario para la celebración de la Semana Santa.

LAURA NEGRO

Lunes, 21 de abril 2014, 13:50

José Antonio González Gerbolés es un gran artista en muchos ámbitos de su vida. Sus múltiples talentos abarcan desde la talla de madera al montaje de espectaculares belenes, como el de la Plaza Mayor de Valladolid, o la realización de impresionantes alfombras florales, como la que cada año dedica a la patrona la Virgen de San Lorenzo. Otra de sus facetas destacadas es la de alcalde, en la que, gracias a sus ideas y su buen hacer, ha conseguido ganarse el respeto y admiración de los vecinos de su pueblo, Castrodeza

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Y es que todo aquello que José Antonio hace, lo hace con pasión, siempre mirando el bien común antes que el interés personal. Él es un artista estirando el escaso presupuesto de su Ayuntamiento y consiguiendo hacer actividades en su pueblo para mantener activa a la población. Y es que, como él asegura, «con dinero es muy fácil hacer las cosas, lo difícil es hacerlas sin dinero, con imaginación y que lleguen al corazón de la gente». Así, este abnegado alcalde, gracias a su tiempo, esfuerzo e inagotables ideas, siempre consigue celebrar eventos en la localidad con muy bajo presupuesto pero con gran repercusión social.

La última idea de José Antonio fue tratar de embellecer su pueblo. Para ello, no dudó en movilizar a los vecinos y conseguir que éstos colaborasen en la mejora del entorno del municipio. El objetivo era recuperar como zona verde un descampado frente a la iglesia de Santa María, conocido como Las Calzadas, y que estaba lleno de maleza y muy estropeado.

Muchas zarzas, broza y ramas tuvieron que ser eliminadas de este espacio. Llegó el turno de limpiar unos viejos olmos secos, que casualmente eran catorce, como las estaciones del vía crucis que recuerdan la condena y el camino de Jesús hacia el monte Calvario para ser crucificado y después sepultado. «Fue entonces cuando se me ocurrió la idea. Decidí que teníamos que acondicionar aquellos catorce árboles secos y convertirlos en catorce cruces, a modo de Calvario», explica González Gerbolés.

Se puso manos a la obra, y ahora en la falda de la iglesia parroquial, luce un impresionante calvario, en el que cada cruz representa una estación del vía crucis. «Al acondicionar este lugar hemos conseguido un doble objetivo: por un lado, hemos fomentado el trabajo colectivo mejorando el entorno, de esta forma, nos encontraremos mucho más a gusto en un pueblo limpio. Además servirá para acercar la Semana Santa a todos los castrodezanos, especialmente a los jóvenes», anotó el edil.

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De esta manera, la escarpada de Las Calzadas, desde la cual hay una bonita vista de la iglesia parroquial, se ha convertido en el Monte Gólgota, donde el pasado Viernes Santo a las 12 horas, se ofició un solemne viacrucis, en el que participaron la mayor parte de los vecinos y un gran número de curiosos.

La mayor sorpresa ha venido en la culminación de las procesiones de la Semana Santa Castrodezana, cuando este amanecer los catorce troncos secos convertidos en cruces han brotado de nuevo como símbolo de la alegría por la resurrección de Cristo. Para ello, González Gerbolés, ha tenido que madrugar y tener todo listo para que a las 12 horas los troncos estuvieran llenos de flores, esperando la procesión del encuentro del Señor con su madre. «La Semana Santa en el medio rural, y especialmente en pueblecitos tan pequeños como Castrodeza, se siente más de verdad. No es una Semana Santa turística sino de sentimiento, recogimiento y tradición. Pequeñas obras como ésta que hemos preparado, son las que demuestran estos sentimientos», concluye este alcalde orgulloso de su pueblo y de sus vecinos.

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