Dos emprendedoras llevan el auge de la repostería creativa a Montemayor

Un barril de vino, un tocadiscos, una claqueta de cine, el tronco de un árbol, un libro o la camiseta del Real Valladolid. Aunque pueda parecer que se trata de un negocio dedicado a una amplia variedad de artículos, lo que dos mujeres emprendedoras de Montemayor de Pililla, Mari Carmen Martín García y Mónica Gómez Gutiérrez, han decidido abrir recientemente es un establecimiento especializado en repostería creativa (Dulce Rincón Cupcakes ) y la lista de productos citados hace referencia al sinfín de creaciones que elaboran con fondant.Auténticas maravillas que, eso sí, llevan toda una mañana de trabajo y dedicación hasta tener lista esa sabrosa tarta.

Esta aventura empresarial a la que se han lanzado estas dos vecinas con gran valentía en plena crisis económica, comienza con mucha ilusión y bastantes proyectos e ideas a llevar a cabo. «Es una manera de crearte tu propio empleo como empuje para seguir viviendo». Así definen ambas autónomas del medio rural el desarrollo de una idea que surgió de una manera tan sencilla y peculiar como que cada vez que quedaban y se sentaban en el mismo banco de una ciudad tenían enfrente una tienda de estas características que les llamaba la atención. Entonces empezaron a indagar en el tema y decidieron que había que aprovechar una iniciativa que está en auge en la actualidad y formarse ampliamente en ello ya que su experiencia profesional estaba centrada hasta entonces en la peluquería (Mónica) y en la pintura y decoración artesanal (Mari Carmen).

En Montemayor el establecimiento ha creado una gran expectación ya que es algo «totalmente innovador y diferente, sorprende por las formas, sabores y colores, y gusta bastante sobre todo al público infantil y femenino». A la elaboración de tartas personalizadas con distintos motivos que pida la clientela bélicos, infantiles, gimnasia rítmica o de chuches y gominolas, así como galletas decoradas, se une la preparación de cupcakes de todos los tipos y tamaños, cakepops (chupachups de bizcocho y chocolate decorados), tartas de repostería tradicional y un servicio de tahona (cafetería e infusiones) en un sitio cómodo, agradable y acogedor.

La inversión ha sido más elevada de lo esperado, «pero ya que se hace hay que hacerlo bien y en condiciones», dice Mónica. La formación es continua, pues están inmersas en un sector en el que tienen que estar al día, renovándose constantemente ya que nunca se deja de aprender. Para ello cuentan con la ayuda de Internet y de Lourdes Sapiña Gil que ya lleva dos años formándose tanto en Inglaterra (Squires Kitchen) como Madrid (títulos de PME) y que les ofrece cursos personalizados en repostería creativa y todo lo relacionado con el modelado de flores, tartas personalizadas con fondant, decoración de bizcochos, cupcakes y cakepops, de galletas con distintas temáticas, glasa real y fondant y toda la temática pastelera con distintas cremas de origen anglosajón (butter cream, frosting, swiss merengue butter cream).

Entre las iniciativas de Mónica y Mari Carmen está el desarrollar cursos de elaboración y decoración de galletas y cupcakes dirigidos a niños, adultos y mayores tanto en Montemayor como en los pueblos de alrededor. «Sabemos que hay bastante curiosidad en aprender estas cosas. También queremos dar servicio de terraza, preparar helados y batidos naturales, granizados, brochetas de frutas bañadas en chocolate y preparar cosas para los visitantes que vienen de paso a la casa rural el fin de semana. De momento los encargos están quedando muy ricos por dentro y por fuera y los clientes están contentos», afirman.

Otra de las ofertas que quieren poner en práctica es la celebración de eventos y cumpleaños en el establecimiento que incluyan cursos de galletas, merienda y un detalle para el cumpleañero, y el resto de niños invitados se llevarán a casa las dulces creaciones que elaboren.

Son conscientes de que en un pueblo pequeño el futuro pasa por ampliar vías de comercio a restaurantes, hoteles y la búsqueda de potenciales clientes abriendo la venta por Internet. Días antes de la apertura hicieron una cata gratuita para darse a conocer, a la que invitaron a una experta en análisis sensorial, y hubo una gran aceptación. «La gente quedó impresionada por la espectacular decoración y transformación del local, los sabores han gustado mucho y la respuesta ha sido muy buena, acabamos muy contentas», finalizan Mónica y Mari Carmen, que no descartan algún día hacer una tarta especial de la tradicional plaza de toros empalizada que acoge los festejos en Montemayor porque el secreto está en que «el fondant, una vez que está seco, se puede pintar al óleo con pinturas comestibles».