LUIS ANTONIO CURIEL
Lunes, 24 de marzo 2014, 14:27
La VII Jornada de la Matanza del Cerdo en Baños de Cerrato se vivió ayer con un animado programa festivo. La degustación de pastas y orujo sirvió para empezar el día, animada por los pasacalles de los Dulzaineros de Venta de Baños. Numerosos vecinos y visitantes se acercaron a la localidad cerrateña para disfrutar de la gastronomía palentina, la cultura y el arte de la basílica de San Juan de Baños.
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El acto central fue el rito de la matanza y la degustación de la sopa de chichurro. Decenas de voluntarios colaboraron en la matanza, recogida de la sangre, chamuscado y limpieza del cerdo.
La mondonguera, Asunción Torres, recogió la sangre, y los voluntarios de la fiesta procedieron a elaborar las morcillas. Mientras tanto, varios hombres chamuscaron el cerdo con paja, como manda la tradición, y lo limpiaron, al tiempo que numerosos asistentes degustaron sopa de chichurro. El Grupo Municipal de Danzas ofreció varias jotas que hicieron las delicias de los asistentes.
La fiesta de la matanza tuvo también un respaldo importante por la tarde, con la merienda popular, en la que se repartieron más de quinientos bocadillos de lomo, panceta, chorizo y morcilla. Un acto que estuvo amenizado por la orquesta Maravilla. Los más pequeños también disfrutaron con los hinchables.
La VII Jornada de la Matanza finalizó con el sorteo del cerdo. Además, los asistentes disfrutaron del arte y la historia de la Basílica de San Juan de Baños, que permaneció abierta durante toda la jornada y que contó con varias visitas guiadas que se realizaron de manera gratuita.
La feria también congregó a numerosos productores palentinos que ofrecieron sus productos alimentarios y de artesanía. Embutidos, quesos, dulces, mieles, hortalizas, legumbres, conservas y otros productos de artesanía permitieron a vecinos y visitantes disfrutar de una animada jornada festiva en la que el cerdo fue protagonista.
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Mondonguera
En esta ocasión, Asunción Torres fue la mondonguera de la fiesta. Su función consiste en recoger la sangre, que ayer se hizo en un barreño de barro, como es tradicional, para luego hacer las morcillas. Es un rito que esta vecina aprendió de sus padres y que espera que otros jóvenes de la localidad también lo aprendan. «Este año ha sido muy especial, pues he sido la mondonguera de la fiesta. Es algo que siempre he visto hacer en casa y que he hecho muchas veces, pero hacerlo delante de tanta gente te pone un poco nerviosa», declaró Asunción Torres. La mondonguera de esta jornada reconoció que «ha salido muy bien y estoy muy emocionada».
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