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Juan Carlos Delgado, 'El Pera' junto a los jóvenes en el Colegio Mayor Tomás Luis de Victoria. / Almeida
EDUCACIÓN

'El Pera': «Todos merecemos la oportunidad de educarnos y buscar un camino»

El popular exdelincuente explica su peculiar experiencia a los jóvenes en el Colegio Mayor Tomás Luis de Victoria

I. L. S.

Jueves, 20 de marzo 2014, 12:51

La de Juan Carlos Delgado es una vida de película. No en vano las experiencias del popular El Pera desde su inmersión en la delincuencia cuando solo era un chaval, hasta su trabajo actual como especialista de cine, monitor de conducción y educador de calle la labor que más satisfacción le produce, pasando por su lucha por salir de un mundo que no le conducía a ninguna parte, ha sido llevada al cine con éxito

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-¿Cuál es el objetivo de su encuentro con los jóvenes en el Colegio Mayor Tomas Luis de Victoria. Qué mensaje les va a lanzar?

-Para mí es muy importante que una institución tan destacada como esta y en una ciudad como Salamanca quiera contar con mi testimonio. Este tipo de encuentros los hago muy a menudo, en colegios, internados, en centros como este Es una forma de aportar mi granito de arena explicando mi experiencia, porque yo creo que todos tenemos algo que contar, al margen de que en mi caso, por la particularidad de quién fui, quién soy y dónde estoy ahora, llame mucho la atención. Básicamente les voy a contar mi vida. Quién era El Pera y quién es Juan Carlos a día de hoy.

-¿Qué espera de esta juventud?

-Ellos son el futuro. Dentro de poco serán buenos médicos, abogados, jueces, empresariosY me gustaría que escuchasen a una persona de la calle que no tuvo una vida fácil y lo recuerden cuando desarrollen su labor a otros niveles.

-¿Cuándo te diste cuenta de que tenías que cambiar el rumbo?

-Es una pregunta difícil de responder. No hay un día concreto. Lo que hay es una serie de vivencias, la mayoría desagradables, que te hacen reflexionar, como la pérdida de amigos por diversos motivos, el sufrimiento de tus padres Yo tuve la suerte de encontrarme con el tío Alberto y la Ciudad de los Muchachos y ahí empecé a dar ese giro.

-¿Y cuál es su objetivo ahora?

-Yo intento ayudar a los chavales, a los que están en problemas como estuve yo y a los que no, para que no olviden que hay otras situaciones. No me cuesta nada devolver algo de lo que he recibido.

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-¿Consideras que la educación y la formación son fundamentales para evitar situaciones como la tuya?

-Eso es evidente. Pero también es cierto que ahora la juventud, aunque está un poco desesperada por la crisis y la falta de salidas, tiene que darse cuenta de que se puede, de que hay que luchar. Y los padres juegan un papel fundamental. Tienen que estar encima de sus hijos. Vamos todos muy deprisa y muchas veces los hijos solo ven a sus padres los fines de semana. La labor de formación no solo es de los colegios. Los padres deben jugar un papel muy importante.

-¿En tu época, las cosas eran muy diferentes?

-Era mucho más difícil. Ahora los chavales tienen mucha más información, muchos más medios, para saber los pros y los contras de muchas cosas. Quizás son menos respetuosos, más pasotas no sé, pero saben perfectamente las consecuencias de cometer un delito y que la formación es el mejor camino.

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-¿Cómo le fue a usted con el colegio?

-Yo no soy el mejor ejemplo. Yo iba muy poquito. Cuando llegué a la Ciudad de los Muchachos, con unos trece años, me lo tomé más en serio y ahora me arrepiento de no haber estudiado más, porque hay cosas que me cuestan más esfuerzo por no haberme formado más. Por suerte ahora los Servicios Sociales están muy encima y si un padre no anima y lleva a su hijo al colegio, deben intervenir e incluso quitarle la tutela. Los jóvenes deben tener siempre su oportunidad, y esa se consigue formándose.

-¿Y cómo lleva su vida ahora?

-Yo me siento un afortunado. Hoy en día hago lo que me gusta. Soy especialista de cine y disfruto dentro de la legalidad. Me llena también la labor de instructor de conducción para el Ministerio del Interior. Me desfogo en los circuitos como piloto. Me divierto como colaborador de televisión. Pero sobre todo, la actividad que más satisfacción me aporta es la de educador de calle.

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-¿Es una responsabilidad?

-Claro, y lo asumo, pese a que no me considero una persona especial por mucho que hayan hecho una película y hayan escrito libros sobre mi vida. Yo siempre he dicho que dos niños conflictivos hace mucho más ruido que mil chavales normales, y lo que yo quiero es ayudar a que esos dos chicos digamos 'malos', se mezclen cuanto antes con la mayoría de buenos.

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