Los pacientes, reticentes a la vacuna de la alergia pese a que cura el 76% de los casos

Mala primavera la que llega para los alérgicos al polen , especialmente a las gramíneas en Valladolid. Mala por segundo año consecutivo: La pasada, de 2013, se alcanzaron máximos diarios de concentración de polen, que no se registraban desde el año 2007. Sin embargo, finalmente no resultó tan complicada como las sociedades científicas habían previsto para los pacientes por la intermitencia de los 'días pico'. Este año, se prevé también una estación de alto riesgo para los pacientes alérgicos; ya que el número de granos por metro cúbico de aire previstos es muy similar al del año anterior: 5.600 frente a 5.400, según explica la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica Clínica (SEAIC).

«Las lluvias registradas, la concentración de la humedad y las temperaturas moderadas anuncian una fuerte polinización», explica la presidenta de la Sociedad de Alergología de Castilla y León, Alicia Armentia, especialista y jefe de sección del Río Hortega.

Sin embargo, la doctora Armentia es mucho más positiva en su análisis de la situación. «A la primavera no hay que temerla, hay que entenderla e informarse. Los tratamientos han evolucionado una barbaridad. Hay inmunoterapia en comprimidos, el gotas sublinguales, monoterapias rápidas que son muy efectivas... ahora ponemos tratamientos muy individualizados, se hacen pruebas cutáneas, in vitro, terapia molecular... que nos dicen que alérgeno en concreto, que partícula afecta a cada paciente y nos permite hacer terapia a la carta», explica. «La eficacia actual de las vacunas es altísima», explica la presidenta de la sociedad científica castellano y leonesa. «Del 76% en los casos de alérgicos al polen, del 88% a los ácaros y de entre el 95% y el 99%, en el caso de los hongos. Y ello hablando de curación total en unos tres años; porque en los demás casos hace efecto pero menos», puntualiza. Pese a ello, los pacientes tienden más a recurrir al tratamiento de los síntomas que a las terapias de inmunización, fundamentalmente porque piensan que son caras; pero la seguridad social les cubre el 48% del precio de la vacuna, que sí es cara, de más de 200 euros; pero pagando entre 60 y 100 euros, el paciente se inmuniza y solo el inhalador de un mes ya le costaría 50 euros».

La inmunoterapia abarata costes, también al sistema. Y la doctora Armentia lo avala con claros datos. Explica que, cada año, se vacuna a más de 14.000 pacientes; lo que supone un gasto para Castilla y León de algo más de tres millones de euros. Ya solo los tratamientos contra las crisis de obstrucción de las vías respiratorias superan dicha cantidad; pero es que además se gasta en antihistamínicos, antialérgicos, glucocorticoides... y un largo etcétera que supone un presupuesto mucho mayor que la vacuna.

Según este análisis, durante 2012 solo 115 pacientes de los 6.612 que consumieron fármacos para tratar los síntomas de la alergia estaban vacunados. La inmensa mayoría, 6.495 de los alérgicos que usaron medicación para tratar los síntomas, no había recibido inmunoterapia. Es decir, más del 98% de los pacientes que se vacunan no tienen que tomar fármacos para paliar sus rinitis, sus crisis de asma o sus daños oculares. Sale rentable al paciente y al sistema y, pese a ello, está infrautilizado.