Elena García Quevedo: «Los abuelos nos dan claves para estos tiempos oscuros»

Abuelos y abuelas guardan en su saber claves trascendentales para transitar por la vida cotidiana en los actuales tiempos convulsos. De conversaciones con ellos Elena García Quevedo (Nava de Roa, Burgos, 1970) ha extraído conocimiento y voces que ha reunido en 'La voz de los sabios' (Luciérnaga Nova). Por este libro de entrevistas desfilan nombres conocidos como José Luis Sampedro o Piedad Isla (ambos ya fallecidos) junto a otros de existencia más anónima. La autora presentado en la librería La Leona de Valladolid su obra en un acto con proyección de fotografías de Piedad Isla, música y tertulia.

¿Cómo se le ocurrió escribir un libro dando voz a los mayores?

Hice viajes por las provincias en busca de abuelos y abuelas que pudieran hablarme de la memoria del sitio. Llegaba a un pueblo en el autobús y preguntaba quién era el sabio de la comunidad y me iba allí. Muchos me invitaban a su casa y hablando con ellos vi que en su interior guardaban la certeza de que todo su saber se iba a perder.

Por el libro desfilan José Luis Sampedro, Piedad Isla (ambos ya fallecidos), la maestra zen Ana María Schlüter, Tadeo Casañas, conocido como 'El sabio de El Hierro'... ¿Qué tienen en común?

El amor por la tierra. Todos los entrevistados incidían en lo mismo: ser cada vez más lo que somos. Otros hablan de sacar tu don y todos han sido reconocidos en sus comunidades de origen como gente sabia.

¿Qué claves ha extraído de las conversaciones con ellos?

He escrito el libro pensando en la utilidad que le puede dar al lector en estos tiempos. Ellos nos dan claves para estos tiempos oscuros. Cada uno de los abuelos te enseña algo por su vida o por los saberes que han acumulado y el trabajo que están haciendo. Agustín, un abuelo navarro al que las instituciones arrasaron el huerto, sigue enseñando cosas prácticas sobre agricultura, a él acude la gente a preguntarle cómo hacer una bodega.

¿Qué herramientas proponen los entrevistados para transitar por el mundo?

Cuidar la tierra, empezar por lo más pequeño. Esto no se cuenta en los institutos pero es importante para aprender, con las piedras del pasado construrir nuestro presente y futuro, no desechar nada de lo que tenemos. El amor que nutre es otra idea, el amor a todo, a lo que haces, a tu pareja, a tus amigos... Muchos entrevistados lamentan cómo estamos depredando la tierra.

¿Cómo es la relación del mundo contemporáneo con la memoria?

Siento que parte del precio del mundo urbano ha sido esa memoria. La memoria no es tanto lo que hicimos ayer como el hilo que va pasando de padres a hijos, el ADN original, el que se sucede de generación en generación hasta la época de mis abuelos frente al fuego, aquello que se contaba cuando en invierno hacía frío y pasaban las horas haciendo ganchillo o contándose lo que pasó en la fuente. Ahí se va construyendo la identidad, pero eso desde hace cincuenta, sesenta años, ha desaparecido, esa transmisión oral que tiene la memoria del origen, de la identidad y de la familia, es la sabiduría. Frente a esto, el protagonismo de la televisión, la prisa, la falta de tiempo, el consumo absoluto de todo. Ellos tienen claro que el consumo nos consume.