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VALLADOLID

De salón de señorías a espacio para bodas

El castillo de Fuensaldaña concierta cuatro matrimonios civiles para este año, tras el acuerdo de la Diputación de utilizar la vieja sede de las Cortes

J. MORENO

Martes, 4 de marzo 2014, 12:49

¿Le gustaría dar el sí matrimonial durante una ceremonia en la que los invitados lo pudieran escuchar dentro de un castillo del siglo XV? Pues ahora ya es posible hacerlo en la provincia de Valladolid, sin ser Grande de España, ni tener enchufe institucional, tras el acuerdo adoptado por la Diputación que permite estos enlaces nupciales en la vieja fortaleza de Fuensaldaña, que hasta el año 2007 fue sede de las Cortes regionales. Una reforma acordada el pasado año permite que los matrimonios civiles se puedan celebrar en el mismo municipio por funcionarios públicos en sedes distintas a las de los ayuntamientos. Y eso es lo que ha comenzado a hacer el Consistorio de Fuensaldaña, que desde el año pasado ha autorizado a sus concejales a realizar los casamientos fuera de la casa de la villa.

Y nada mejor que en una residencia señorial de la familia Vivero, cuya construcción se inició en el año 1451 por encargo de Alonso Pérez de Vivero, Contador Mayor del Rey Juan II. Según explica Carlos García, alcalde de este municipio, «el cambio de la ley nos ha permitido no solo dar respuesta a la petición de algunas de las parejas que nos preguntaban cuando venían al pueblo si se podía casar allí, sino dar le una utilización al castillo cuya actividad quedó mermada tras la marcha de las Cortes».

Para poder consumar este deseo, la Diputación ha fijado un precio por el alquiler del Salón de Plenos o del Salón Rojo. Son 250 euros (IVA incluido) por utilizarlos los sábados de 11 a 12 horas. Por este importe se pone a disposición de los novios un equipo musical y de proyección por si quieren utilizarlos para recordar aquellos momentos de la pareja.

A estos precios, los contrayentes tienen que sumar 30 euros de tasa que cobra el Ayuntamiento si son vecinos empadronados. O 100 euros para los que no lo son.

En plena crisis de casamientos y de ceremonias para evitar gastos, algunas parejas que vienen de fuera de la provincia sueñan al ver la majestuosa torre del homenaje, de 34 metros de altura, con formalizar su sacra unión en este edificio civil.

Por el momento, solo ha sido una pareja, que no eran vecinos del municipio, la que se ha casado dentro de estas paredes. Cerca de cien invitados tomaron posesión temporalmente de esta fortaleza.

Por Internet

Pero parece que el interés ha ido en aumento ya que, según explica Paz Peinador, responsable de la Diputación, «para este año tenemos otras cuatro ceremonias concertadas ya, para los meses de marzo, mayo, agosto y septiembre».

Estela Duque fue la concejal que celebró por delegación del alcalde la primera boda de Nicol con Enrique, nombre señorial donde los haya. Aseguran quienes estuvieron que no se escucharon los ecos de las voces de sus señorías, ni de los consejeros y altos cargos de la Junta que por esas salas comparecieron.

«Esta pareja se enteró a través de internet que podían casarse aquí, en el Salón Rojo. Y vinieron desde Madrid con más de cien personas», explica Paz, que añade que para el próximo 29 de marzo hay prevista la primera de este año 2014 en la que los organizadores del evento proyectarán unas diapositivas.

«Se les facilitan los medios para hagan lo que quieran», dice la responsable del castillo, que recuerda que los invitados quedan encantados tras la visita guiada en la que se explica donde estaba el patio de armas (que fue habilitado como Hemiciclo en el año 1985) y el paisaje que se ve de los Montes Torozos después de subir las cinco plantas de la Torre del Homenaje.

Sin embargo, los novios y acompañantes de la primera boda prefirieron después de los 45 minutos que duró su ceremonia realizar el banquete fuera del pueblo, lo que para el regidor constituye una circunstancia que hay que cambiar. «El objetivo no solo es que se pueda casar uno donde quiera, sino que lo que pretende el Consistorio es dar a conocer el castillo, y que ello tenga una repercusión para el municipio desde el punto de vista de la hostelería», insiste el regidor Carlos García, que recuerda que una parte del edificio se utiliza ahora como Oficina de Turismo Municipal y como centro itinerante de la Diputación para exposiciones y actividades culturales. Según el alcalde, la atracción turística de Fuensaldaña son sus bodegas, y potenciarlo ahora permitiría impulsar su economía local herida por la marcha de los 84 procuradores de las Cortes y sus empleados públicos.

Pero esta iniciativa no ha sido la única. Hace cinco años se barajó la posibilidad de utilizar el viejo edificio para una Posada Real. Se estudiaron proyectos y ofertas por parte de la Diputación, pero no salió adelante ninguna porque la estructura del edificio solo permitía instalar 14 habitaciones.

Una de las posibles soluciones planteaba construir un edificio anexo, pero la crisis económica y las dudas de rentabilidad hostelera, para una inversión que superaba los tres millones de euros, acabaron con ella.

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