Europac prestará servicios en las factorías de sus clientes a través de su filial Integra

Los centros especiales de empleo (CEE) en los que desempeñan un trabajo las personas con discapacidad arrastran cierta imagen de lugares poco productivos, con plantillas de escasa cualificación y donde se desarrollan labores propias de la mano de obra intensiva, no del todo ajenas a las actividades de beneficencia. Este prejuicio se convierte en algo completamente alejado de la realidad cuando se visita el CEE creado por la papelera palentina Europac en su factoría de Dueñas.

Hace año y medio que veía la luz Europac Integra, la filial del grupo que persigue la inserción sociolaboral de personas con discapacidad ofreciéndoles la posibilidad de desarrollar una actividad productiva. Concebida como una división más con la 'misión' de aportar resultados económicos al grupo, Europac Integra está a punto de dar un salto cualitativo. Contará con sus propias instalaciones y maquinaria dentro del complejo industrial de la compañía, multiplicará por tres su plantilla (ahora formada por siete empleados) y se propone prestar a sus clientes un servicio productivo que puede desarrollar tanto en las instalaciones propias de la compañía, como en las de los clientes.

«Nuestro centro especial de empleo se enmarca dentro de la modalidad de las instituciones con ánimo de lucro porque entendemos que un proyecto de estas características debe ser rentable y capaz de aportar valor al resto del grupo para poder crecer», explica Luis Serrano, director de Europac Integra.

«La plantilla realiza un trabajo productivo y remunerado que no es muy diferente de cualquier otro: tienen su programación, su orden de pedidos diarios y su método de trabajo para entregas 'just in time'. Cuentan con su propio sistema de control de calidad y el servicio que prestan cumple sin ninguna reserva las demandas de un mercado competitivo», añade. Los siete trabajadores del CEE son discapacitados físicos, psíquicos o sensoriales. Unos son técnicos de grado medio y otros han recibido formación específica a cargo de la compañía.

Enclavamientos laborales

La Lismi, la ley de integración social del minusválido, establece que las empresas (públicas y privadas) con una plantilla superior a 50 personas están obligadas a contratar a un número de trabajadores con discapacidad no inferior al 2%. Pese a lo que dice la norma, en la actualidad son muy pocas las empresas que lo cumplen, de modo que el Gobierno introdujo una serie de 'facilidades'. Entre ellas están la opción de comprar bienes a un CEE, la formalización de un contrato con uno de estos para la prestación de servicios ajenos y accesorios a la actividad normal de la empresa, o la posibilidad de acogerse a lo que se denomina 'enclavamientos laborales', que son los contratos entre una empresa del mercado ordinario y un centro especial de empleo para la realización de obras o servicios que guarden relación directa con la actividad normal y por la cual un grupo de trabajadores discapacitados del CEE se desplazan temporalmente al centro de trabajo de la empresa.

«Es otra manera de buscar sinergias con nuestros clientes de embalaje para desarrollar proyectos conjuntos que aporten valor a ambos», señala el director de Europac Integra.

En la factoría de Dueñas, de momento 'mezclados' con el resto de empleados pero pronto con su propio espacio, Pedro Otero trabaja codo con codo, a la vez que supervisa el trabajo de Víctor Antolín. Tiene 54 años, sufre una minusvalía sensorial y llegó a Europac Integra después de ser despedido de la vecina factoría de Chocolates Trapa, donde pasó 37 años, tras la suspensión de pago y el expediente de regulación de empleo.

«Lento, pero sostenido»

«Apenas estuve siete meses en el paro confiesa, reconociéndose afortunado y llegué aquí gracias a la bolsa de empleo del Ayuntamiento de Dueñas». Entre otras labores, Otero y Antolín se encargan del retractilado de embalajes para Telepizza. Recogen las planchas de cartón que aún son solo eso, pero que se convertirán en cajas (pequeñas, medianas o grandes, como las pizzas), las colocan en la máquina que se encarga de limpiarlas para que sean aptas para un producto alimenticio y a continuación las hacen pasar por la máquina que las envuelve en plástico en paquetes de cincuenta. «Nos encargamos de 45.000 cajas por turno detalla y no es lo único que hacemos, ya que también realizamos controles de calidad con inspecciones aleatorias, etcétera. Aunque es un trabajo manual, tiene la ventaja de que es variado».

Según coinciden en señalar tanto Pedro Otero como Víctor Antolín, puede que tarden más o menos en aprender la labor que tienen que desempeñar dependiendo de su complejidad, como le sucede a cualquiera, pero una vez asimilado una persona con discapacidad es capaz de trabajar en las mismas condiciones que una sin ella. «Y a quienes sufren un mayor porcentaje de minusvalía, o sufren una discapacidad psíquica, les hace subir la autoestima», señalan.

Europac invertirá este año 175.000 euros para habilitar unas instalaciones propias para su filial Integra y contratará a quince personas más, lo que da una idea del progreso «lento por la crisis, pero sostenido» de su CEE.

«Estamos en un proceso continuo de búsqueda de clientes con los que establecer alianzas que hagan posible que el proyecto Integra sea sostenible, con puestos de trabajo de carácter estable e, incluso, con capacidad de insertar luego a estos empleados en las divisiones convencionales de papel y cartón», explica Luis Serrano. A medio plazo, la compañía tiene planes para que allí donde cuenta con una planta productiva, haya una división de Europac Integra.

En cuatro países

La papelera cuenta en la actualidad con más de treinta instalaciones industriales en España además de en Dueñas, en Alcolea de Cinca (Huesca), en Torrelavit (Barcelona), Madrid y Valladolid; en Francia una fábrica de papel reciclado y cuatro de plancha de cartón ondulado y cajas, Portugal tres centros de gestión integral de residuos, explotaciones forestales, una fábrica de papel kraftliner y cinco instalaciones para la producción de plancha de cartón y cajas y Marruecos donde tiene un centro dedicado al montaje de cajas 'heavy duty' y actualmente está construyendo una nueva fábrica integrada de cartón ondulado en una inversión que asciende a 30 millones de euros, ambas en Tánger.

«Nuestros trabajadores llegarán a ser proveedores de piezas de automoción»

Cuando las personas con discapacidad se integran en el mercado laboral no como mano de obra para desempeñar trabajos manuales, sino como trabajadores formados, competentes y competitivos, las barreras van cayendo una a una y logros nunca vistos aguardan a la vuelta de cada esquina. Un ejemplo: el director de Europac Integra se ha propuesto conseguir algo que convertiría a su plantilla de siete trabajadores en pioneros en España y, quizá, también a mayor escala. «Estamos trabajando en un proyecto que haría de nuestro centro especial de empleo proveedor de un pieza para un fabricante del sector de la automoción, uno de los más exigentes y avanzados que existen desde un punto de vista tecnológico». Según explica Luis Serrano, los automóviles llevan entre la chapa y la tapicería una pieza fabricada con un cartón especial, de unas determinadas características, que es la que impide que se produzcan vibraciones cuando el coche está en marcha. «Ser competitivos es quizá nuestra mayor prioridad porque en la industria no es posible salir adelante si no eres capaz de superar a tus competidores».

El año pasado fue el primer ejercicio completo para Europac Integra. Serrano comenta que no tuvieron pérdidas, «lo que solo puede calificarse de gran éxito, dadas las circunstancias», opina. «La división ha aportado valor a otros servicios, como los de embalaje, y también nos ha permitido acceder a proyectos que Europac solo no habría podido», añade el directivo, que destaca la buena relación que mantienen con otras empresas del entorno que también están especialmente involucradas con la integración labora de discapacitados, como el Grupo Siro, o el Grupo Norte.