Borrar
José Ramón González. / HENAR SASTRE
ENTREVISTA A JOSÉ RAMÓN GONZÁLEZ

«En el último lustro crece el interés por el aforismo y aparece la crítica política»

El autor de 'Pensar por lo breve. Aforística española de entresiglos' habla este miércoles en el Aula de Cultura sobre 'Pequeñas verdades como puños'

V. M. NIÑO

Martes, 28 de enero 2014, 20:39

Tarde de gimnasia mental la que propone José Ramón González mañana. Hablará y leerá aforismos de escritores españoles de los últimos 25 años y como buen profesor incitará al público del Aula de Cultura a pensar con los que pensaron. Lectura rápida de digestión lenta, de los aforismos a la máxima, de la sentencia a la greguería, conforman un género en auge.

'Pequeñas verdades como puños', ¿ese es el efecto que busca un aforismo?

Es un género que aspira a ser contundente, a manifestarse como una evidencia a veces son verdades subjetivas, que se hacen evidentes al escritor y las manifiesta de forma concisa, con una gran densidad de significado. Muchas veces están vinculadas a su propia biografía. Recientemente se ha relacionado el auge del aforismo con la comunicación rápida y escueta que proporcionan las nuevas tecnologías, pero no creo que vaya tanto por ahí como por lo que señaló Mainer: la creciente valoración de lo subjetivo, de la «reprivatización de la literatura». Se trataría de una verdad subjetiva que se hace pública.

¿Cabe la ficción?

En el libro planteo el aforismo como algo del ámbito íntimo del autor que quiere transmitir a los demás, algo que aspira a ser una verdad compartida. También hay aforismos que juegan con la ficción, por ejemplo 'Dados blancos', de Alfonso Pexegueiro, es una novela con texto aforísticos, dentro de un marco de ficción. Hay escritores como Juan Varo, quien dice que su libro 'Desaforado' puede leerse también como una novela.

¿Qué relación mantiene el aforismo con la poesía?

Hay un punto tangencial a la poesía y al aforismo, y es que ambos se mueven en el territorio de las 'iluminaciones', o de la 'desautomatización' para buscar ángulos distintos desde los que ver. En ese sentido, pensamiento aforístico y poético forman parte del mismo fenómeno. Hay aforismos que ofrecen una verdad intelectual, una percepción nueva de un fenómeno, también puede ser sensorial, o una observación sobre la conducta humana, lo que le acerca a la máxima. Hay aforismos próximos a la greguería, al humor, a la sorpresa, y en su forma menor es la ocurrencia.

¿Hay alguna característica común entre los aforistas españoles?

No hay nada común a todos ellos. Lo que sí hay son grupos: los que tienden a la sorpresa, al juego verbal, los que prefieren las consideraciones sobre la conducta se acercarían a los moralistas, los que son metafísicos...

Muchos de ellos son conocidos por sus novelas, ensayos o poemarios. ¿Cómo compatibilizan su escritura larga con la aforística?

Hay de todo, hay aforistas puros que se están volcados en el aforismo como expresión artística propia. Los hay poetas, como Jordi Doce. Otros incluyen en sus diarios y anotaciones los aforismos, como parte de su disciplina subjetiva. Algunos han establecido un sistema filosófico a partir del aforismo, es el caso de Ortiz-Osés quien desarrolla un pensamiento desde la expresión aforística. En cualquier caso creo que hay dos formas de pensamiento, el argumentativo al que estamos acostumbrados, que admite ampliaciones, y el aforístico, que es más por ráfagas, por intuición, y que es cerrado, es autónomo. El aforismo es un texto literal, si se cambia algo en él se convierte en otra cosa.

¿Cuáles son sus preferencias?

Prefiero los aforismos breves, los que tienen la capacidad de desvelar realidades nuevas y sorprender al lector. En esa línea me gusta Ramón Eder, Fernando Menéndez, Jordi Doce, José Luis Gallero, Juan Baro, Luis Valdesuerio...

¿Qué huellas pesan en los españoles: los moralistas franceses, los krausistas, los surrealistas?

La tradición española es más corta. Entre los antiguos salta el nombre de Gracián, y en el siglo XX, Juan Ramón Jiménez, Bergamín. Sobre los que escriben hoy pesan los moralistas franceses, los alemanes del XIX, Schopenhauer y Nietzsche, quizá Wilde. También Valery.

¿Qué público tienen?

El aforismo, como la poesía, tiene un público muy minoritario. Hablamos de tiradas en torno a 500 ejemplares en editoriales pequeñas. Pero se produce una especie de efecto llamada. Ahora hay editoriales como la propia Trea que ha abierto su colección de aforismos o Cuadernos del Vigía y La Veleta que la tienen desde su inicio. Desde hace ocho años los 'aforistas' se multiplican y quizá por el descontento, desde hace menos, hay aforismos de crítica política.

Se interesó por el cuento, luego por el aforismo ¿lo siguiente?

Lo próximo son las crónicas de guerra que dejaron los escritores españoles por los diarios.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla «En el último lustro crece el interés por el aforismo y aparece la crítica política»

«En el último lustro crece el interés por el aforismo y aparece la crítica política»