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El forense Aitor Curiel, durante la autopsia al General Prim. / El Norte
«El General Prim falleció por la infección de sus heridas de bala, y hubiera muerto igual»
POLÉMICA HISTÓRICA

«El General Prim falleció por la infección de sus heridas de bala, y hubiera muerto igual»

El forense Aitor Curiel, que participó en la polémica autopsia, considera «improbable» la tesis del estrangulamiento

J. S.

Domingo, 26 de enero 2014, 13:12

La polémica suscitada en los últimos meses a raíz de los resultados contradictorios obtenidos por dos equipos forenses sobre las causas de la muerte del General Juan Prim y Prats (1814-1870), a raíz de sendas autopsias y análisis de sus restos con motivo de la celebración de los doscientos años de su nacimiento, continúa abierta. Nadie duda de que el entonces presidente del Gobierno y ministro de la Guerra fue tiroteado a trabucazos el 27 de diciembre de 1870 en la madrileña calle del Turco. Pero las causas reales de su muerte, fechada oficialmente tres días después, sigue sin esclarecerse del todo. Y ahí es donde surge la controversia a raíz de un primer informe, que defendía que el político falleció estrangulado, y de un segundo, que avala la tesis tradicional de que perdió la vida fruto de la infección sufrida por los tres impactos de bala recibidos.

El forense y criminólogo vallisoletano Aitor Curiel, que participó en el primer examen forense de los restos conservados en Reus la ciudad natal del general Prim, defiende justo la tesis contraria, es decir, la del 'shock séptico'. «El informe que se realizó a raíz del examen realizado por aquella primera comisión de veinte expertos de la Universidad Camilo José Cela no contaba con el aval de la mayoría de los que participamos, ya que entendíamos que las marcas del supuesto estrangulamiento halladas en el cuello son perfectamente compatibles con las ropas que llevaba», defiende el especialista, quien califica de «improbable» esta tesis.

Seminario en mayo

Así que él, al igual que un segundo estudio forense de la Universidad Complutense, considera que es mucho más plausible que «el general Prim falleciera por la infección de sus heridas de bala en una época en la que no existían medios para desinfectarlas» y añade que, además, «con esas lesiones hubiera muerto igual». Pero la controversia científica, a su juicio, es buena, aunque el experto considera que «es necesario realizar un estudio más sosegado del cuerpo para cerrar este caso».

La figura de Prim, además del análisis del asesinato de Kennedy, será la protagonista de un nuevo seminario organizado por la Sociedad Española de Criminología (SECCIF), que tendrá lugar en mayo en la capital.

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