Una sentencia obliga a clausurar una báscula en Casasola de Arión por su excesivo ruido

Han tardado tres años, pero por fin han conseguido su propósito: poder dormir. Y es que si la contaminación acústica es insoportable durante el día, por la noche puede convertirse en una auténtica tortura. Ese fue el motivo por el que los propietarios de la vivienda situada en la calle José Vidal de Casasola de Arión, situada enfrente de una báscula de pesaje en desuso, decidieron denunciar a su propietaria, la Junta Agraria Local, y al Ayuntamiento de la localidad.

En realidad, fue el pasado 11 de septiembre de 2012 cuando el Juzgado Contencioso Administrativo número 2 dictó una sentencia favorable a los demandantes exigiendo la adopción de las medidas necesarias para evitar la transmisión de ruidos al domicilio de los recurrentes por encima de los niveles permitidos en la ley del ruido de Castilla y León, tanto en el ambiente exterior como en el interior de la vivienda y abrió la puerta a la incoación de un expediente sancionador. La sentencia fue pionera en España, ya que las básculas de pesaje suelen ser hidráulicas y no están situadas en los términos municipales, como es el caso de una segunda que posee Casasola. El juez resolvió, sin embargo, no indemnizar a los recurrentes, que solicitaban 60.000 euros de compensación por la contaminación acústica sufrida.

«La báscula explica Agustín Bocos, fundador de Juristas contra el Ruido, experto en derecho ambiental, y letrado de los vecinos no solo no se aisló adecuadamente, sino que siguió utilizándose por los vehículos como rotonda de acceso a otra vía y provocando un ruido insoportable, en especial cuando se trataba de camiones».

De hecho, el procurador presentó en mayo de 2013 el primer escrito interesando la ejecución forzosa de la sentencia y requiriendo al Consistorio que actuara de forma subsidiaria. Aunque unos días después el Ayuntamiento dictó un decreto instando a la junta agropecuaria a adoptar las medidas necesarias para evitar ruidos y solicitando la colaboración de la Guardia Civil, lo cierto es que la señal instalada por la propietaria de la báscula no consiguió evitar el tránsito de vehículos.

El último auto, y por ahora definitivo, llegó en septiembre y ordenaba al Ayuntamiento de Casasola de Arión «administración responsable tanto del control de ruidos como el tránsito de vehículos rodados», en palabras del abogado de la acusación a proceder a la clausura de la báscula «hasta que se efectúen las comprobaciones necesarias de su perfecto estado y la ausencia absoluta de ruidos», y le condenaba a pagar 150 euros en costas.

El alcalde, Luis María Palencia, ha asumido el fallo, rodeado el recinto con vallas de obra, instado a la junta agropecuaria a que decida si repara la báscula «es de dimensiones muy reducidas y apenas se utiliza desde hace una década. Me consta que están estudiándolo», apostilla y ha vuelto a solicitar la colaboración de la Guardia Civil para vigilar las infracciones de tráfico. «El Ayuntamiento poco más puede hacer. No tenemos medios para sancionar a vehículos que transitan por una propiedad privada», añade el regidor, quien advierte que esta no es la única denuncia, «ni mucho menos», que los mismos vecinos interponen contra los agricultores del municipio.