Los padres agredidos portan collarín tras la paliza. / G. V.
VALLADOLID

Cuatro alumnos del San Viator dejan de ir a clase tras una pelea entre padres

Los problemas entre escolares habrían motivado la agresión de unos a otros, según consta en las denuncias

F. M.

Miércoles, 4 de diciembre 2013, 11:06

Cuatro escolares del colegio San Viator, hijos de dos familias diferentes, llevan tres días sin acudir a clase por decisión de los padres, después de que éstos fueran agredidos a las puertas del centro por los progenitores de otra alumna compañera de estudios de dos de los menores, y otras tres personas, al parecer familiares. Los otros dos estudiantes ausentes de las aulas son hermanos de los anteriores, que se encuentran en otro curso, pero que por miedo de las familias han decidido no llevarles al centro.

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Así consta al menos en sendas denuncias interpuestas por los primeros en la Comisaría de Policía de Las Delicias, tras acudir al centro de salud y el hospital, respectivamente, para presentar los correspondientes partes médicos.

Los hechos denunciados se produjeron el pasado 27 de noviembre, aunque el día anterior ya se había producido una primera agresión. Según narra una de las víctimas, el día 26, cuando procedía a recoger a su hijo, y en el interior del recinto, la madre de la otra niña se ha dirigido a ella dando lugar a un enfrentamiento que llegó a las manos, y que hizo que algunos padres presentes tuvieran que separarlas. Uno de ellos es precisamente el segundo denunciante.

Tras el suceso, la víctima, acompañada de otros padres, subió al despacho de la dirección para explicar los problemas que existen con la alumna que supuestamente es el origen de la pelea, y lo que acababa de suceder en el recinto del centro. Pero, la fuerte agresión se desencadenó el día 27, pasadas las 14:00 horas, y fue necesaria la intervención de la Policía. Hasta cinco coches patrulla acudieron a las puertas del centro educativo donde tomaron la filiación de los agresores.

Los denunciantes, M. A. D. y L. L. A. , progenitores de los estudiantes que no asisten a clase fueron «abordados, acorralados y agredidos», cuando se dirigían al colegio a recoger a sus hijos, por los padres de la niña en cuestión y otros tres familiares. Y allí se desencadenó la 'batalla'. El primero relata que no hizo más que separar el día anterior a las dos madres, y hace constar en la denuncia el temor a que esta situación vuelva a repetirse, por lo que decide no llevar a su hija al colegio en espera de que la cosa se calme. Por ello, y dado que otro hijo de su pareja sentimental también va a al mismo centro, han optado porque ninguno de los dos acuda a clase. No obstante, L. L. A. fue quien recibió el mayor número de golpes por todo el cuerpo, y también, según la denuncia, del perro que llevaban los agresores al que, al parecer azuzaron, contra su persona. Afirma que ha sido amenazada de muerte y hasta que no se solucione el incidente no mandará a su hijo al colegio (también ha decidido no enviar a la otra hija), «porque está aterrado».

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'Chiquilladas'

Lo que algunos han calificado como una cosa de 'chiquillos' se ha convertido en un auténtico problema dado que los niños no están asistiendo a clase y podría pedírseles responsabilidades a los padres, que ayer lograron hablar con la inspectora de Educación correspondiente (ha resultado infructuoso poder hablar con ella) para exponerle el problema y buscar una solución. La inspección tiene previsto reunirse hoy con la dirección del centro.

El director pedagógico del San Viator, Pedro Luis Angulo, calificó de muy grave lo ocurrido y reconoció que los padres le comunicaron que no llevarán a sus hijos a clase, «porque dicen que están amenazados de muerte». Reconoce que con la niña, origen al parecer de la agresión, han existido problemas en el colegio, pero que se han solucionado en el ámbito del centro, y que de cualquier forma «no son tan graves como para alterar la convivencia». No obstante, cree que se trata de un «problema entre familias», que las relaciones entre ellas «se han deteriorado» y que «ahora ponen la excusa de los hijos».

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Asimismo, asegura que aunque no presenció los hechos ocurridos, le consta que algunos de los agresores eran ajenos al centro, y que si los menores deciden regresar a clase, «el centro responde de su custodia». Lo que pase fuera, dice, es algo que se les escapa.

Traslado de centro

Los padres que han presentado la denuncia lograron ayer hablar con la inspectora de Educación y al término de la reunión manifestaron que se les han planteado dos alternativas: o sacar a sus hijos del colegio San Viator, concretamente a tres de ellos, y escolarizarles en el Santa María Micaela; o bien, como ratificó posteriormente el director pedagógico del San Viator, que sigan en el mismo centro, «donde su integridad está garantizada», pero que lleven y recojan a sus hijos unos minutos antes de la hora oficial para no coincidir con los otros padres en el colegio.

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«Es terrible tener que llegar a esta situación, que nosotros y nuestros hijos seamos los agredidos y nos tengamos que ir del colegio, o tener que entrar o salir a escondidas», dice una de las víctimas, quien asegura que no se trata de un hecho aislado en el San Viator.

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