FERNANDO DE LA CALLE
Sábado, 27 de julio 2013, 22:58
En una mañana más desapacible de lo esperado para un 27 de julio, ya que además de amanecer el cielo cubierto llegó a llover de forma intermitente, se celebró el primer encierro por el campo de la historia de Navas de Oro. Un encierro que empezó de forma accidental, cuando dos de las reses que estaban pasando del camión de transporte a los toriles se escaparon de forma accidental, lanzándose de inmediato los cohetes para advertir del inicio del encierro.
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«Ha sido todo muy rápido, la gente se ha metido corriendo en coches y los dos toros escapados se han ido por direcciones diferentes, uno se ha metido un poco en un pinar y el otro se ha ido más campo a través, pero ambos acompañados y controlados en todo momento por los caballistas», explicó la alcaldesa, Carmen Pinela.
Para la regidora, la labor de los casi doscientos caballistas fue fundamental para evitar que los toros no se metieran en los campos de girasoles o cebada.
Pese a todo, tan solo un toro logró terminar el recorrido, y a los otros dos hubo que sedarlos para trasladarlos en palas de tractores hasta la plaza de toros, donde se celebró después una capea popular.
En el transcurso del festejo se produjo algún incidente más, cuando un jinete cayó al suelo para evitar la embestida de un toro. En el quiebro, el caballo llegó a caer sobre uno de los quads que seguían el recorrido, sin que su conductor sufriera más que unos leves rasguños. Tras huir, el caballo desbocado sin jinete pudo ser detenido en las proximidades del casco urbano.
Justo cuando parte de las reses hicieron su entrada en el pueblo, una de las vallas de protección cedió por el peso de la gente. «Tendremos que ver que ha pasado, pero en principio parece que se ha subido más de la gente que podía subirse y ha cedido, afortunadamente sin ningún percance personal y pudiéndose cerrar luego», explicó Pinela.
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Mucho público
La iniciativa del Ayuntamiento de organizar este festejo en honor a Santiago apóstol consiguió llevar a Navas de Oro a numeroso público que durante todo el día llenaron los bares de la localidad, donde se sirvió el típico almuerzo del segador. La jornada dejó un buen sabor de boca entre los miembros de la organización y los numerosos visitantes. «Ha estado muy bien, con un terreno muy bonito y con el empeño de todos para que no pasara nada. Nos ha gustado mucho y nos han dado las gracias por acompañarlos», comentó el presidente de la asociación de caballistas de Nava de la Asunción.
La buena experiencia parece asegurar un nuevo encierro campero para el próximo año. «Por mí sí, si la gente quiere y están dispuestos, yo adelante. Además, hemos recibido felicitaciones porque les ha gustado, han podido disfrutar del toro, de unas vistas impresionantes, amplias tierras y con perspectivas diferentes», señaló Carmen Pinela.
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