CÉSAR CEINOS
Lunes, 22 de julio 2013, 12:16
Año 938. El Califato musulman de Córdoba, bajo el mandato de Abderramán III, dominaba gran parte de la península ibérica. Los reinos cristianos no pasaban por sus mejores momentos. El emir de Zaragoza pidió ayuda a los leoneses para derrotar al califa cordobés, y los cristianos se la dieron, pero perdieron. Fue entonces cuando Abderramán III castigó a sus oponentes. A los de Monzón les obligó a pagar parias, pero estos se negaron, porque la cosecha fue mala y se quedarían sin grano para el año siguiente y morirían de hambre. Ofrecieron el pago al año siguiente, pero desde el Califato de Córdoba no se quedaron satisfechos con la oferta y ordenaron la destrucción y muerte de los que se habian negado a pagar las parias. El pueblo de Monzón, sin armas convencionales, tuvo que responder con nabos, que provocaron el repliegue de los musulmanes. Así lo cuentan en Monzón y esto es lo que conmemoraron ayer los monzoneses, que reunió a centenares de personas en el puente sobre el río Carrión participando con nabos en la batalla.
Publicidad
Previamente, en la plaza Mayor, el ejercito cristiano de Monzón eligió a sus caballeros y su paladín. Los reyes no faltaron a la imposición de armas a los jefes de su bando. Cuatro de ellos se eligieron por sus méritos, el quinto mediante leva, aunque contó con la regia autorización. Este fue, por petición popular el máximo responsable de las tropas al que vistieron con las ropas dignas de tal distinción, es decir, con el gamesón, la cota de mella, la vesta y el yelmo. Inmediatamente después se dirigieron, parte a pie y parte a caballo-, hacia el río, donde después de no llegar a ningún acuerdo entre musulmanes y cristianos, comenzó la batalla nabal.
En la recreación contemporánea de la contienda, esta cuenta con un 'tercer ejercito', es decir, el público, que indiscriminadamente comenzó a tirar nabos a los soldados de ambos bandos, dando así por concluida la lucha. En total, según fuentes de la organización, la cantidad de tubérculos lanzados en la batalla ascendió a unos 400 kilos, que se repartieron entre los asistentes.
Tras la batalla, en la plaza Mayor tuvo lugar el yantar popular, con degustación de panceta y la entrega de premios, dando así cierre a la XIII Fiesta Medieval de la Condal de los Ansúrez, que ha dado este fin de semana un ambiente de medievo a la localidad monzonesa. En este año, además de la conmemoración de la expulsión de los musulmanes con nabos, también se ha recordado la boda de la Reina Urraca I de León y Castilla y Alfonso I 'El Batallador' de Aragón, que tuvo lugar en el castillo de Monzón en octubre de 1109 y fue apadrinado por Pedro Ánsurez, fundador de Valladolid.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.