El destinatario de los disparos que mataron al taxista de Salamanca no identifica a su agresor
Asegura que era «drogadicto perdido» en la época en la que se registró el tiroteo
F. GÓMEZ
Martes, 2 de julio 2013, 22:07
La segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Salamanca contra José Manuel G.B. como presunto autor de la muerte del taxista salmantino Ángel Sánchez ocurrida en abril del 2010 deparó la esperada comparecencia de Roberto G.A. quien viajaba en el taxi en el momento del tiroteo y a quien supuestamente iban dirigidos los disparos.
Su declaración ante el tribunal no permitió sin embargo aclarar en ningún extremo los hechos, ya que Roberto afirmó que por el tiempo en el que se produjeron los hechos era «drogadicto perdido», lo que le impide tener recuerdos nítidos de ese episodio.
No obstante, el pasajero del taxi protagonizó el momento de mayor tensión cuando tras declarar «que le disparen a ustedes, a ver si se acuerdan de algo», no tuvo reparo en asegurar ante la insistencia de la abogada de la familia del taxista asesinado sobre quién había sido el autor de la muerte: «ha sido usted».
Tras este enfrentamiento, Roberto G.A., que comparecía en calidad de testigo, solicitó incluso permiso para abandonar la sala, asegurando no sentirse «cómodo» con las preguntas que estaba planteando la acusación particular.
Por lo demás, la declaración estuvo llena de contradicciones y marcada por el nerviosismo del joven, quien reconoció haber efectuado la llamada para solicitar aquella noche el servicio de taxi solo cuando escuchó su voz en la grabación reproducida en el juicio. Por otra parte, aseguró que en el momento de los hechos no conocía al acusado, aunque ahora sabe que «es amigo de mi familia».
En cuanto al proceso que se sigue contra la suegra de José Manuel G.B como presunta encubridora de los hechos, varios familiares ofrecieron en la sala la misma versión, asegurando que la mujer fue localizada en Fuentesaúco con el Audi TT desde el que supuestamente fueron efectuados los disparos por parte de su yerno, ya que «había ido a controlar a varios familiares que estaban de borrachera».
Los testigos negaron tener conocimiento de que, tal y como sostiene la fiscalía, la verdadera intención de la acusada fuera deshacerse del vehículo y tampoco mostraron sorpresa por el hecho de que en el momento de ser localizada al volante la mujer fuera con bata y zapatillas de estar en casa.
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