La última ecoterraza abierta se reinventa como sede para practicar idiomas
El dueño de La Taberna Celta cede el espacio tres días a la semana para conversar en diferentes lenguas
CARMEN DURÁNTEZ
Lunes, 10 de junio 2013, 15:20
Cuando a Adelaida se le pregunta por el idioma que practica, contesta con desparpajo: «'English'». «De jovencilla lo estudié, pero luego lo vas dejando y ahora me gusta recordarlo y practicar», explica. Al momento, su compañera de mesa, Eugenia, inicia una conversación sobre el último libro que ha leído. 'In English', claro. Desde enero, ambas acuden semanalmente a la única ecoterraza que, al menos de momento, tiene futuro en Valladolid, la de la Taberna Celta. Su propietario, César Díaz, decidió hace unos meses ceder de martes a jueves de 19:00 a 23:00 horas, este espacio para que todo aquel que lo desee pueda acudir a practicar idiomas. El funcionamiento es sencillo: tan solo hay que acercarse a este local (calle Magallanes) y esperar a que lleguen otros conversadores. El único requisito es que el castellano y el pudor se queden en la puerta. La ecoterraza es un espacio para hablar en otras lenguas. «Funciona bien entre semana por la mañana y a mediodía por los menús, pero por las tardes tenía suficiente espacio en el local, así que pensé en dejar esta zona para alguna actividad y se me vino a la cabeza la gente que quiere juntarse para hablar inglés, francés... ya que es un sitio completamente separado del local, no es como si te metes en el comedor y sientes el murmullo del bar», explica César.
Dicho y hecho. César reconoce que es un proceso «lento», pero aún así, la iniciativa ya tiene sus fieles. Carlos es uno de ellos. Como Eugenia, es alumno de la Escuela de Idiomas y comenzó a acudir a este 'tándem' para «preparar sus exámenes orales». Ahora no deja pasar la ocasión de compartir una tarde de inglés. «Algo muy bueno de aquí es que son bienvenidas las correcciones, así que aprendemos mucho más», explica. Pero, ¿de qué se habla en torno a estas mesas plurilingües? Adelaida lo tiene claro: «De la vida misma». «Van surgiendo los temas: de cine, de libros, de actualidad», explica Carlos. Y se notan resultados: «He descubierto que entiendo libros que leía con dificultad al principio», comenta Teo, que tras vivir en Londres hace unos cuantos años utiliza esta experiencia para divertirse y refrescar su inglés.
Ampliación de horarios
Poco a poco, la iniciativa va ganando adeptos, porque «en Valladolid hay pocas posibilidades de tener contacto con personas que hablan inglés», afirma Carlos. Una opinión que comparte otra asistente, Susana, que conocía estas actividades por sus visitas internacionales. «Es normal fuera de España que la gente se reúna a hablar idiomas, ves la banderita que identifica la lengua que quieres practicar y te sientas en la mesa correspondiente», señala. Estos encuentros semanales hasta ahora se llevan a cabo únicamente para charlar. «Tengo una pantalla gigante y zona wifi para exposiciones. También se puede jugar a las cartas o a algún juego típico en otro idioma, o hacer una comida inglesa, o alemana para traerla y degustarla aquí», dice César.
Tras la buena acogida, se ha ampliado el horario en verano. En julio, agosto y septiembre se sumarán los domingos y, en lugar de a las 19:00, se podrá comenzar a las 17:00, una hora que vendrá muy bien a Eugenia para tomar su «té con leche, una costumbre inglesa de verdad».
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