El Ayuntamiento intentará trasladar los restos de Juan de Juni al Panteón de los Ilustres

Valladolid está abocado al abandono si las instituciones no lo remedian. Ayer partían hacia Salamanca las once monjas dominicas que hasta 2009 habitaron en el monasterio de la calle Santo Domingo de Guzmán obligadas a dejar la que fue su casa por la imposibilidad de mantener una abadía que alberga tesoros, aunque parte de ellos hayan sido ya trasladados a San Pablo para evitar su deterioro. El Ayuntamiento de Valladolid está dispuesto, al menos, a recuperar los restos del imaginero Juan de Juni, enterrados en la iglesia del convento, y trasladarlos al Panteón de los Ilustres del cementerio de El Carmen.

La concejala de Cultura, Mercedes Cantalapiedra, explicó ayer que desde la institución municipal se tratará de gestionar este traslado para permitir que los restos del ilustre escultor, que falleció en Valladolid el 10 de abril de 1577, puedan reposar en el cementerio municipal junto a otros ilustres de la capital.

El escultor que junto a Alonso Berruguete formó la gran escuela de la escultura castellana, con una gran y extensa obra realizada en los más de treinta años que permaneció en Valladolid está enterrado bajo la tarima de la iglesia del convento de Santa Catalina, debajo de un escudo situado junto al púlpito, según se recoge en el libro de enterramiento del templo.

Sin embargo, Juan de Juni no podría yacer solo. Al parecer, junto a su tumba se encontrarían las de dos de sus tres esposas y la de una hija, por lo que las tareas de identificación serían laboriosas si finalmente el Ayuntamiento opta por llevar a cabo la exhumación.

La Congregación romana de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica encargó al arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, la supresión del monasterio de Santa Catalina de Siena. Ello conllevaba la fusión de su comunidad con la de Nuestra Señora de la Consolación de Salamanca, popularmente conocido como las Dueñas, situadas en frente del gran convento de frailes dominicos de San Esteban. La ejecución de este decreto la efectuó el arzobispo el 25 de marzo de 2013 y ayer mismo salieron las once religiosas desde Valladolid hasta Salamanca.

Estas monjas contemplativas salieron en 2009 de su monasterio, situado en la histórica calle de Santo Domingo de Guzmán, por motivos de conservación del edificio. Desde entonces, gran parte de la comunidad ha vivido en el monasterio de dominicas del Corpus Christi, en el Prado de la Magdalena.

Valladolid pierde una histórica institución religiosa a causa, no tanto de la reducción del número de sus monjas, sino por considerar que la viabilidad del monasterio que habitaban no era la adecuada. Existieron distintos proyectos de vender la parte histórica del mismo y construir uno nuevo en parte de la huerta. Igualmente, el Ayuntamiento de Valladolid apuntó la posibilidad de que se ubicase en el mismo un parador. Sin embargo, las circunstancias económicas han detenido todos los proyectos, pasando el tiempo y produciéndose un progresivo deterioro del edificio, con un claustro renacentista de gran valor artístico.

Las monjas, hasta ahora vallisoletanas, han considerado conveniente que buena parte del valioso patrimonio artístico del monasterio de Santa Catalina no saliese de Valladolid y ha sido depositados en el convento de San Pablo, a custodia de los frailes dominicos. Aún así, en el templo de Santa Catalina se conserva una sillería coral y el retablo mayor con distintos sepulcros de los patronos y benefactores del monasterio.