Dos ONG trasladan a la iglesia de la Paz de la plaza de España sus centros de atención a jóvenes
Las fundaciones Juan Soñador y Aldaba, especializadas en labores de inclusión social y laboral, se suman allí a la Red Íncola
J. SANZ
Sábado, 27 de abril 2013, 14:59
La llegada de dos fundaciones especializadas en labores de inclusión social y laboral de los jóvenes a las dependencias del edificio que rodea a la capilla de la iglesia de la Paz, en la plaza de España, convirtieron ayer este espacio en uno de los mayores centros solidarios de la capital al sumarse los recién llegados (Juan Soñador y Aldaba-Proyecto Hombre) a la Red Íncola, que ya trabajaba allí en la atención al colectivo inmigrante.
Los nuevos inquilinos de parte de las dependencias de la orden de los Capuchinos, cuyas oficinas tienen entradas independientes a uno y otro lado de la iglesia ambas en el número 12 de la plaza de España, no solo comparten espacio en la primera planta del inmueble sino finalidad, ya que se trata de dos organizaciones sin ánimo de lucro con una amplia tradición en la capital (Juan Soñador se fundó en Pajarillos en 2001 y Proyecto Hombre llegó a La Rondilla en los ochenta) en la atención de jóvenes en situación de riesgo a todos los niveles, desde el económico hasta el social pasando también por las drogodependencias.
Las instalaciones, que fueron inauguradas ayer de forma oficial, vienen a ampliar la oferta solidaria de sendas fundaciones, que mantienen en paralelo sus sedes tradicionales en el número 1 de la calle Pajarillos (Juan Soñador) y en el número 15 de la calle Linares (Aldaba-Proyecto Hombre). Los primeros llevarán a la plaza de España su Servicio Integrado de Empleo (SIE), sus aulas de intervención educativa y psicológica con menores y familias y su servicio de hostelería Tierra Viva. La Fundación Aldaba, por su parte, separa su labor terapéutica con drogodependientes (se mantiene en La Rondilla) de la preventiva para ofrecer en su nueva sede las actividades de su Proyecto Joven (destinado a jóvenes de entre 12 y 20 años y familias en situaciones de riesgo) y de formación de mediadores sociales (profesores, policías...).
La llegada de las dos fundaciones, ambas con raíces religiosas, se produce gracias a la cesión de esta parte del inmueble en desuso realizada por la orden de los Capuchinos a raíz de su salida parcial de la ciudad.
Voluntarios y prevención
«La administración puede llegar hasta donde puede llegar y a veces es más fácil llegar a los problemas a través de la labor de voluntarios como los de estas dos fundaciones, cuya labor preventiva con los jóvenes solo podemos agradecer», señaló el alcalde, Francisco Javier León de la Riva, en el acto de inauguración de un centro que, según destacó el presidente de la Fundación Aldaba, Antonio García, «se ha convertido en un espacio de integración de la acción social abierto a la ciudad al sumarse nuestra labor a la de la Red Íncola». Por su parte, el responsable de la Fundación Juan Soñador, José Rodríguez, reconoció que «ninguno estamos conformes con la realidad que vivimos, pero si todos colaboramos podemos cambiarla».
Y por eso el comisionado para la Droga y secretario general de la Consejería de Familia, Eduardo Cabanillas, recordó que «de lo que pueda enderezar ahora la labor de estas dos fundaciones en una población como la joven va a depender buena parte de su futuro». También el subdelegado del Gobierno, José Antonio Martínez Bermejo, animó a estas entidades a «seguir trabajando con la ayuda de las administraciones para erradicar los problemas sociales en un momento tan terrible».
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