J. SANZ
Viernes, 1 de marzo 2013, 10:39
El líder histórico del clan de los Monchines, la familia que dominó la venta de droga en el antiguo poblado de La Esperanza durante los años noventa, murió ayer de madrugada en su casa del bajo del número 40 de la calle Cigüeña, en pleno corazón de Pajarillos, fruto de una grave enfermedad, que le mantenía postrado en la cama casi desde que recuperó la libertad hace apenas un año después de cumplir solo seis de los más de quince años de prisión a los que fue condenado por narcotráfico, blanqueo de dinero y atentado a la autoridad.
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Miguel Romero Larralde, 'Monchín' apelativo que dio nombre a todo el clan, tenía 48 años y fue la cara visible de la familia y el blanco habitual de las protestas de los vecinos de Pajarillos desde que se mudó a su domicilio de la calle Cigüeña a finales de los años noventa procedente del desaparecido gueto de La Esperanza hoy reconvertido en una urbanización. Y allí precisamente, en la iglesia evangélica Filaldelfia, construida sobre los terrenos del antiguo poblado, en los que vivió de joven y en los que dominó la venta de estupefaciente del mayor supermercado de la droga del noroeste de España así lo definió la Policía, fue velado ayer su cuerpo por decenas de familiares y allegados del clan.
Muy cerca del 'culto', en las 110 viviendas que acogieron a finales de los años setenta a decenas de familias procedentes de las graveras de San Isidro, se coció el caldo de cultivo que explotó su familia desde comienzos de la década de los noventa. Ellos siempre lo negaron, y atribuyeron sus pingües beneficios a la venta de coche y a su suerte con la lotería, pero los agentes que les investigaron durante años dejaron claro en los dos grandes juicios contra el clan que eran los que controlaban la venta de cocaína y heroína.
Y durante años salieron impunes de los distintos registros a sus viviendas del poblado. Hasta que cometieron el error de construir unos fastuosos chalés al borde de la carretera de Madrid, en el kilómetro 173, en el término de La Pedraja de Portillo, y en una urbanización que también se llamaba La Esperanza. Y el 27 de julio de 1998 llegó la primera gran redada contra el clan. No encontraron droga en sus casas, pero sí valoraron su fortuna en más de seis millones de euros. Aquella operación se saldó con la primera condena a doce monchines, incluido su líder, Miguel, a tres años y tres meses cada uno por blanquear dinero procedente del narcotráfico en 2005.
La notificación de aquella sentencia del Tribunal Supremo provocó la espantada de los doce 'monchines' de sus casas. La mayoría se entregaron o fueron arrestados en los meses siguientes, como el propio Monchín, que fue detenido en un pueblecito de Asturias el 2 de noviembre de 2005. A partir de ahí ingresó por vez primera en la cárcel.
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Beneficios penitenciarios
Entre medias fue condenado a otro año por agredir a un policía durante una protesta vecinal, en la que los manifestantes arrancaron la reja de la ventana de su casa el 27 de junio de 2003, y ya en julio de 2007 llegó la mayor condena en bloque a los cinco cabecillas de los Romero Larralde, esta vez por narcotráfico, fruto de la segunda redada contra el clan llevaba a cabo en el 2000. Los agentes, y la propia sentencia, dejaron claro que Miguel era el líder del grupo, y por eso le impusieron la friolera de 11 años más de prisión.
Pero un cambio legislativo hizo que viera reducida su condena a a apenas seis años los que cumplió y en enero de 2012 regresó a su domicilio de la calle Cigüeña, en el que murió ayer, en libertad condicional.
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