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Un policía de paisano observa la tapa de alcantarilla que utilizaron los ladrones para romper la luna del bar Garden. / R. Otazo
Dos negocios de una familia sufren tres robos este mes junto al Hospital Río Hortega
SUCESOS | valladolid

Dos negocios de una familia sufren tres robos este mes junto al Hospital Río Hortega

Los ladrones desvalijaron el bar que regenta la hija una semana después de asaltar el quiosco de la madre

J. SANZ

Jueves, 21 de febrero 2013, 12:22

Las propietarias del quiosco y del bar, madre e hija, que abrieron sus puertas hace apenas cinco años en la urbanización Jardín de Canterac, situada entre el paseo de Juan Carlos I y la ronda este, para intentar aprovechar el tirón de la inauguración del nuevo hospital Río Hortega, suman en este tiempo la friolera de siete robos en sus negocios. Tres de ellos, los últimos, han tenido lugar en lo que va de mes.

«Te sientes impotente porque te pasas el día trabajando para que luego lleguen estos individuos y te lo destrocen todo», lamentaba ayer María del Carmen a las puertas de su bar (Garden) de la calle Pífano mientras recogía los restos de los cristales del interior del local. Los ladrones habían reventado la luna durante la madrugada anterior a golpe, y es literal, de tapa de alcantarilla. Luego accedieron al establecimiento y destrozaron, también literalmente, las dos máquinas tragaperras para conseguir la recaudación.

De poco sirvió que saltara la alarma a las 4:45 horas y que la centralita avisara enseguida al 091-092. «Ni los vecinos que viven encima oyeron nada, a pesar de que el cristalero dice que tuvieron que armar un escándalo terrible con los porrazos, ni las patrullas llegaron a tiempo», lamentaba la víctima mientras su clientela abrieron, pese a todo, a primera hora de la mañana se mezclaba con los agentes de la Policía Científica que inspeccionaban el local en busca de huellas y con los operarios que retiraban la luna rota.

Pero la hostelera ya está acostumbrada a este panorama después de sufrir cinco asaltos, incluido uno a mano armada, desde que abrió su negocio. «Es el tercero en un año y, encima, se ha producido en el mismo mes en el que hemos tenido otros dos en el quiosco», resume.

Más seguridad por las noches

María del Carmen, al igual que su madre la quiosquera, considera que «falta más presencia policial por las noches» en un barrio de reciente construcción como es el suyo y en el que «a partir de las diez y media se quedan las calles desiertas». La reclamación también la comparten los clientes de sus dos negocios.

La propietaria del bar Garden reconoce que después de sufrir un asalto cada seis meses ya ni duerme vive justo enfrente: «Es un sinvivir porque en noches como esta por la de ayer te asomas una y otra vez y, al final, te encuentras por la mañana con que te han vuelto a robar».

Su madre, María del Carmen Olmedo, que regenta el quiosco Meryan, situado a la vuelta de la esquina, corrobora sus palabras: «Da mucha rabia que nos esté pasando esto porque nosotros vivimos de nuestros negocios y a este ritmo no acumulamos más que pérdidas».

Su local fue asaltado por segunda vez este mes el martes de la semana pasada después de un primer intento frustrado. Los autores «pusieron patas arriba el quiosco» y se llevaron «un montón de paquetes de chicle, tabaco o chocolatinas, pero solo de las marcas más caras».

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