Secciones
Servicios
Destacamos
M. J. PASCUAL
Viernes, 11 de enero 2013, 19:57
El juez de paz de Tordesillas se quedó solo en la defensa de la utilidad de su función, pero fue el único que arrancó por dos dos veces el aplauso del auditorio. El Ciclo de Justicia de El Norte de Castilla llevó a la Universidad Miguel de Cervantes el debate sobre la optimización de recursos en la Justicia y todos los ponentes, a excepción de Jesús López Garañeda, concluyeron que la Justicia de Paz no tiene cabida en estos tiempos en que se precisa una especialización y profesionalización de los jueces, y en los que cada euro cuenta. El magistrado y presidente de la Sala Segunda de la Audiencia de Valladolid, Francisco Salinero, fue concluyente: cada año el Estado invierte en la Justicia de Paz de Castilla y León dos millones de euros, recursos públicos que vendrían muy bien para la creación de otros órganos jurisdiccionales. También vendrían muy bien los funcionarios judiciales destinados a las agrupaciones de Paz como refuerzo en los saturados juzgados de la capital, aseveró el ponente en su intervención de apertura.
Centralización de servicios
El magistrado César Gil-Margareto fue menos radical en su postura pero reivindicó que si se suprimen los jueces de paz, los recursos se destinen a la Administración de Justicia. «No puede haber supresión a cambio de nada», indicó. También Fernando Santamaría considera que los jueces de paz van a están sentenciados con la nueva Ley de Planta que cocina el Ministerio de Justicia y la 'privatización' de los servicios de los registros civiles, ya que la supresión de partidos judiciales que se baraja conllevará también la extinción de los jueces legos. Para el secretario del Juzgado Penal 2 de León, Juan Enrique Gutiérrez, las nuevas oficinas judiciales son idóneas para asumir las escasas funciones de los juzgados de paz «si se les dota de recursos suficientes» y abogó porque las subvenciones que van a los hombres buenos se dirijan a reforzar las oficinas centralizadas. Jesús López Garañeda, 'el hombre bueno' de Tordesillas durante cuatro mandatos municipales consecutivos, se revolvió y espetó a sus compañeros de mesa: «La gente de los pueblos prefiere el sentido común de los jueces legos como yo porque es más práctico, recurrente y sencillo, y porque la justicia profesional es cara, larga, molesta, incómoda y llena de obstáculos y triquiñuelas».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.