La mejor tapa de España es del Baby Beef Rubaiyat de Madrid, que ya ganó en 2008

Aunque con distinto cocinero, el restaurante de Madrid Baby Beff Rubaiyat ha vuelto a ganar el campeonato de España de tapas. En esta ocasión ha sido el cocinero brasileño Neilton Marcelino de Olivera, con su tapa 'Pan, queso y vino', pero en 2008 fue Carlos Valenti por su tapa 'Codorniz y chocolate'. El pincho ganador de este año se puede degustar por 1,80 euros en el restaurante vallisoletano Los Zagales. El jurado ha elegido como pinchos subcampeones 'Meji-blanco 2012', de Pepe Ron, del restaurante Blanco (Cangas de Narcea, Asturias), que estará en la barra vallisoletana de La Francachela, y 'Paella dulce paella', del restaurante Goxodenda, de Fuenterrabía (Guipúzcoa), que se encuentra a la barra del Zamora.

El VIII Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid también ha premiado, con los siguientes accésit, a Manuel Astorga Muñoz, del restaurante La Perla de Castilla (Valladolid), con 'Pastelillo Divino', accésit 'Twizzy Tapa KM. 0', una nueva modalidad patrocinada por Renault; a Pedro Martino González, del restaurante Naguar (Oviedo, Asturias), con 'Caldereta del Cantábrico', accésit al mejor concepto de tapa; a Álvaro Rodríguez, de Cafetería Gol (Las Rozas, Madrid), con la tapa 'Manda Huevos', accésit a la tapa más vanguardista; y a Javier Brichetto, del restaurante Le Pain Quotidien (Madrid) por su 'Cocido en dos bocados'.

El jurado, presidido por Albert Adriá, considera que la tapa, 'Pan, queso y vino' tiene todos los elementos necesarios para ser valorada como la mejor tapa de España 2012: «Creatividad, puesta en escena, elegancia, equilibrio en sus ingredientes, comer en dos bocados y con los dedos, concepto de tapa e ingredientes muy reconocibles que lo pueden convertir en un clásico.»

El ganador, el brasileño Neilton Marcelino de Olivera, visiblemente asustado por la expectación que despertó entre los medios de comunicación, explicó los ingredientes de este pincho aparentemente sencillo de pan de queso, Torta del Casar y uva macerada en vino tinto. El cocinero, que se lleva el único premio metálico de 6.000 euros, aseguró que lo que ha intentado es fusionar las dos culturas, la brasileña de sus país con la española.

Antes de anunciar los premios del concurso, el presidente del jurado, Albert Adrià, felicitó a los participantes y a la ciudad porque, «nos hemos sentido muy arropados» y anunció que «volveremos». Por la mañana, en la Cúpula del Milenio, justo una vez que el jurado había probado las 65 tapas (un cocinero madrileño tuvo que regresar ayer a su casa por motivos familiares y no puedo participar), Adrià aseguraba que había encontrado «un poco de todo, pero todo hecho con la misma ilusión y con buenas ideas». Desde su punto de vista, había una decena entre las 65 tapas con «un nivel extraordinario» por lo que el jurado iba a tener que afinar muchos su veredicto.

El cocinero vallisoletano Jesús Ramiro, del restaurante Ramiro's, del CCM, el único cocinero que ha participado como jurado en las ocho ediciones del concurso nacional, señaló que el nivel estaba muy a la par al del año anterior, y se quedaba con cinco tapas. Esos sí, también destacaba la ilusión que han puesto los cocineros en sus creaciones en miniatura.

Mikel Santa María, del Grupo Bokado, para quien lo importante es el sabor, como para el resto del jurado, señaló que se han visto dos claras tendencias, una la de los cocineros que elaboran platos y la otra, la de que aquellos que realizan tapas para la barra. Además, añadió que «se han visto tapas más acertadas y otras más arriesgadas» y se mostró sorprendido por el hecho de que haya habido más pinchos de carne que de pescado, quizás motivado por la crisis y porque exige una menor inmediatez a la hora de sus elaboración. En cualquier caso, afirmó que «la calidad ha sido alta».

Para el cuarto miembro del jurado que ha probado las 65 tapas, el chef Javier Muñoz-Calero, propietario y jefe de cocina del restaurante mas Chic en Madrid, ha habido «mucha presentación y mucha técnica» cuando, en su opinión, «se tienen que concentrar más en el sabor, que es fundamental, y en el coste de cada plato, porque muchos de iban de precio». Quiso subrayar que «la organización ha sido espectacular y excelente, al igual que la gente de Valladolid».

Durante la entrega de premios, que se celebró en la Cúpula del Milenio, el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, recordó que «la tapa es nuestra tarjeta de visita en el extranjero» y valoró «el amor, la paciencia y el arte» que han puesto los 65 participantes. El alcalde quiso agradecer la colaboración de los patrocinadores y de los miembros del jurado, así como la labor de coordinación de los cocineros vallisoletanos José Luis Gil, Ramón Gutiérrez, Tasio Gutiérrez y José María de la Calle, que se han encargado de que todos funcionase como un reloj durante las sesiones del certamen. León de la Riva emplazó a todo a una nueva cita en otoño de 2013.

Este certamen es el único que acoge a participantes de todas las comunidades autónomas españolas, de ahí su trascendencia para verificar lo que se cuece en la modalidad culinaria más arraigada en nuestra cultura gastronómica y su progreso vanguardista, la tapa o pincho.