Recreación de la nave provisional que acogerá a los industriales del Val. / EL NORTE
VALLADOLID

Los puestos del Mercado del Val se mudarán a una nave en la plaza de Poniente después de Reyes

El Ayuntamiento desmontará la fuente de Jorge Guillén y derribará la caseta del librero Pepe Relieve

J. A.

Miércoles, 17 de octubre 2012, 16:38

El Ayuntamiento de Valladolid acaba de adjudicar a la empresa Inmeva las obras de la nave provisional a la que se mudarán los treinta industriales del Mercado del Val durante los dos años que durarán los trabajos de rehabilitación de la histórica plaza de abastos. El proyecto, con un coste 350.145 euros sin IVA (el presupuesto base de licitación era de 392.451), contempla la construcción de unas instalaciones de 700 metros cuadrados en el corazón de los jardines de Poniente. La nave será de chapa galvanizada y cristal y en apenas dos meses estará levantada, según confirmó ayer la concejala de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra.

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En este momento se tramita la licencia de obras con Urbanismo con el objetivo de que a principios de noviembre comiencen los trabajos en la nueva ubicación. Lo primero será abordar el desmontaje de la fuente central, dedicada al poeta Jorge Guillén, y el derribo de la caseta que, desde 1996, alberga la librería de Pepe Relieve.

El plan de traslado establece que después de la festividad de los Reyes Magos los comerciantes del Val estrenen este nuevo mercado. La nave, que contará con todos los servicios necesarios para que comerciantes y clientes se encuentren en las mejores condiciones, está pensada para que los tenderos hagan una traslado fácil, es decir con unas fachadas de escaparate y unas dimensiones de cada local que permitan colocar mostradores, cámaras y demás enseres sin tener que hacer excesivas adaptaciones con respecto a los puestos que ahora explotan en el Mercado del Val.

Felipe González, portavoz de los industriales, se mostró ayer «encantado» con esta noticia, que supone el arranque definitivo de un proyecto que esperaban «desde hace mucho tiempo». La ubicación en Poniente es, a juicio de los tenderos, la mejor, porque se mantiene en el polo de los clientes habituales, hay dos aparcamientos en rotación muy cerca, paradas de autobús que conectan con toda la ciudad y una dársena de taxis.

Preparando el pliego

Cantalapiedra avanzó que en este momento el Consorcio del Mercado del Val ultima el proyecto de reforma del mercado histórico, con un coste previsto de 14 millones de euros, para sacar el pliego del concurso. Los planos contemplan tres sótanos los dos de abajo para 130 plazas de aparcamiento y el más alto para un supermercado, la planta de venta al detalle y otros espacio bajo la cubierta del edificio que, a modo de balconada, se reservará para negocios de hostelería.

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La estancia principal cambiará su diseño por completo. Los cincuenta puestos se alejan de las paredes y se sitúan en la parte central en 'islas' de cuatro en cuatro. Está previsto que a los mostradores clásicos se sumen establecimientos de 'delicatessen', comida preparada o vinotecas. En el centro de la planta de calle también se habilitará un espacio para catas y otros eventos gastronómicos.

La concejala, quien aseguró que muchos operadores han mostrado su interés en el supermercado y en la gestión del aparcamiento, subrayó que van a ser especialmente cuidadoso con la tramitación urbanística y las excavaciones arqueológicas. El Ayuntamiento no quiere contratiempos una vez comiencen las obras de rehabilitación porque está en juego la economía de muchas familias.

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Pepe Relieve tendrá puesto en el mercado provisional

A sus 84 años Pepe Relieve, una institución en el mundo cultural de Valladolid, afronta su segunda mudanza. La primera se produjo en 1996, cuando desde la calle Cánovas, donde regentó su librería durante 45 años, se trasladó a Poniente. Ahora, el inminente derribo del pequeño edificio le obliga a tomar una decisión. «Aquí estaba bien porque tengo mi almacén, mi cuarto de baño y mi llave, pero qué le vamos a hacer. Iré al puesto en el nuevo mercado, porque los libros son mi medicina, me moriré librero y en casa no me voy a quedar», explica Relieve, al que el Ayuntamiento también le había ofrecido espacio en la Casa de Zorrilla y en la Casa Revilla.

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