El colombiano Diego Ochoa inscribe su nombre en el palmarés de la ronda

De Vicente López Carril a Diego Ochoa. Cincuenta años separan las victorias de uno y otro en la clasificación general de una Vuelta Ciclista a Segovia que medio siglo después continúa siendo sinónimo de espectáculo y de pasión por el ciclismo amateur. El colombiano Diego Ochoa ha sido el último corredor en inscribir su nombre en el palmarés de la ronda. Un lugar en el que ya estaban ilustres de la bicicleta como Carlos Melero o Pedro Delgado, entre otros, y por el que han pasado también con gloria otros como José Antonio González Linares, José Luis López Cerrón, Peio Ruiz Cabestany, Koldo Gil u Óscar Freire.

La Vuelta a Segovia conserva intacto su prestigio como escaparate de las promesas más firmes del pelotón nacional. Su última edición ha vuelto a ser un ejemplo de ello con la presencia de un gran grupo de corredores hambrientos de carreteras y éxitos. Tres etapas y tres líderes es el saldo de la ronda después de otros tantos días de competición al máximo nivel. Llegaba la última etapa con todo por decidir y el veredicto final lo iba a firmar un recorrido de 124 kilómetros muy exigente. La carrera no defraudó a nadie, más bien enamoró.

Ofreció un bellísimo espectáculo a todos los amantes de este deporte. Aunque las temperaturas fueron bastante más amables que en las dos etapas precedentes y el viento dio una tregua, el pelotón de la Vuelta a Segovia se tuvo que enfrentar a una batalla enconada, sin apenas respiro. Desde el primer kilónmetro, cada equipo jugó sus cartas. Unos con la mirada fija en la clasificación general, otros deseosos de apuntarse la victoria en la etapa, y todos con ganas de dejarse ver en una etapa que tuvo constantes movimientos.

En la parte delantera y atrás, todos los corredores comparecieron con una actitud muy ambiciosa y dispuestos a plantear desafíos a sus rivales. Fueron varios los que intentaron formar la escapada buena durante la primera mitad de la etapa, pero las hostilidades se desataron definitivamente cuando Arturo Mora lanzó un órdago por el triunfo en la clasificación general en la primera de las cinco vueltas que los ciclistas dieron al circuito de la Piedad. El corredor del equipo Diputación de León desafió a Unai Iparragirre, que llegaba líder y tuvo que poner a trabajar a los suyos para que no decir adiós a sus expectativas de triunfo.

Sin embargo, la carrera manejó varios actores secundarios que terminaron por resultar decisivos. Al sonido de la campana que indicaba la última vuelta marchaban en cabeza Mario González, Antonio Alarcón, Cristian Cañada y Arturo Mora, que era el principal interesado en que la fuga prosperase. Este no pudo aguantar, sin embargo, el ataque de Mario González y además fue devorado por la tremenda marcheta que pusieron Ángel Vallejo y Vicente García. Estos se llevaron consigo al colombiano Diego Ochoa y le entregaron la victoria en la clasificación general en bandeja de plata.

Estos tres corredores cruzaron la línea de meta con treinta segundos de retraso respecto del ganador de la etapa, Mario González, pero les metieron a Unai Iparraguirre y a Arturo Mora dieciséis y dieciocho segundos respectivamente. La Vuelta a Segovia recibió, de esta forma, en su olimpo a un colombiano, Diego Ochoa, que dio una gran alegría a su director, Vicente Belda.

La organización pide un relevo

El director de la Vuelta a Segovia, José Carlos Valero, se mostró feliz por el desarrollo de la ronda. «Ha sido una Vuelta muy dura y competida. Han llegado seis corredores a la última etapa con opciones de victoria y todos han luchado», comentó Valero. «Hemos tenido unos medios que nos sitúan a la altura de una carrera de profesionales», añadió. El director de la ronda también habló sobre el futuro de esta cita: «Ninguno queremos que esto se muera, pero llevo años insistiendo que tiene que haber un relevo y que entre gente joven».