Antonio Sanz anuncia un nuevo complejo enológico en Rueda

A sus 65 años no puede parar y tiene energía para rato. El enólogo y bodeguero Antonio Sanz de Rueda recibió el pasado viernes un gran homenaje por parte de todo el sector español del vino. Pero si alguien pensaba que esta celebración era una despedida está muy equivocado, porque el bodeguero ya tiene en marcha un nuevo proyecto enológico en su tierra natal. Aunque en el año 2008 vendió Bodegas de Crianza Castilla La Vieja, Sanz mantuvo un compromiso laboral con los nuevos propietarios de los vinos Palacio de Bornos hasta julio de 2011, momento en el que llegó la edad de la jubilación, que no el descanso. «Es una sensación muy mala esa de jubilarse», asegura.

Para alguien que durante toda su vida las vacaciones han sido viajes por todo el mundo para conocer los viñedos y la forma de elaboración de otras comarcas vitivinícolas, ponerse delante de un televisor o echar la partida no tiene ningún sentido. Eso sí, está dispuesto a seguir disfrutando con su mujer, Tita, sus tres hijos, Richard, Marco y Alejandra, y sus cuatro nietos. «Ahora puedo hacer cosas para las que antes no he tenido tiempo», señala, antes de explicar que su prioridad es trasladar a los demás todos los conocimientos adquiridos durante su larga trayectoria.

Variedades de uvas blancas

En primer lugar, este inquieto enólogo se ha lanzado a plantar algunas de las principales variedades de uva blanca con el fin de comprobar su adaptación a los cantos rodados y otros suelos de la comarca de Rueda. También elaborará vinos blancos y espumosos, pero no en el marco de la Denominación de Origen Rueda, quizás dentro de los conocidos como Vinos de Pago.

Los que circulen habitualmente por la A-6 a su paso por Rueda habrán podido observar una enorme cuba a la entrada sur de la autovía, pesa 40 toneladas y mide 15 metros de altura. Una especie de monolito dedicado al vino que quiere llamar la atención del viajero para que identifique este pequeño pueblo vallisoletano con el vino y las bodegas. El complejo empresarial se complementa con un restaurante de cocina castellana para que aquellos que visiten estas tierras y las bodegas conozcan el arte culinario de asar un lechazo o un tostón, por empleo, y el resto de exquisitos productos agroalimentarios.

En su cabeza tiene la idea, todavía no concretada, de facilitar que el público conozca los mejores vinos del mundo porque, desde su punto de vista, «es fundamental probar lo que se hace fuera para poder valorar», explica Antonio Sanz, para quien no basta con decir que «somos los mejores». Ya está en conversaciones con los mejores importadores para traer a Valladolid los mejores vinos que vayan saliendo al mercado, de manera que los puedan probar los clientes.

En cualquier caso, el pasado viernes, cerca de 150 amigos y familiares le dieron una sorpresa que se llevaba preparando desde hace dos años en secreto, según explicó su hija, Alejandra Sanz. Bodegueros de la talla de Benjamín Pérez Pascuas (Viña Pedrosa) o Luis Sanz Busto (Dehesa de los Canónigos). El primer distribuidor de sus vinos en Londres hace 30 años, un salmantino que viajó a Rueda para agradecerle, además, que una vez le sacó de un apuro en una gasolinera. El catalán Toni Falgueras, de la vinoteca El Celler de Gelida.

Todos ellos acudieron a Bodegas Menade, de su hijo Richard Sanz, para rendirle homenaje y dedicarle un libro con firmas tan significativas como las de Carlos Falcó, la periodista Isabel Mijares, el experto de Rioja Manuel Ruiz Hernández o su amigo Mariano García. «No me lo esperaba, me quedé bloqueado», admite.