Erasmus rugbístico

Todavía recientes las celebraciones por el tercer título de Liga conseguido por el VRAC Quesos Entrepinares y el club vallisoletano tiene que hacer frente a las primeras bajas en la plantilla. La primera, la del joven pilier Alberto Blanco Alonso (Valladolid, 1990), que dejará el club la próxima temporada. Ha tenido la fortuna de conseguir una beca que le permitirá, además, jugar al rugby en Burdeos. En principio, jugará en el equipo sub 23 del Union Bordeaux Bègles, el equipo filial que se denomina 'espoirs' (esperanzas), y podrá entrenar con la primera plantilla de un equipo que milita en la máxima categoría del rugby galo, el Top 14 Orange. Sin duda, una oportunidad a la que Alberto no podía decir que no. Quería estudiar y ver de cerca un rugby de primerísimo nivel.

El interés del conjunto bordolés por el delantero quesero no es nuevo. Su hermano Paco, también jugador del Quesos, ya estuvo allí la temporada 2010-11. Les habló a la gente del club de que tenía un hermano con posibilidades y la entidad gala contactó con el menor de los hermanos Blanco para ver si quería ir a Burdeos con su hermano. Pero ya era tarde para organizar un plan de estudios allí, por lo que quedó en que hablarían más adelante.

El pasado mes de febrero, el Union Bordeaux Bègles volvió a la carga. Era el momento de aceptar. Alberto Blanco estudia administración y dirección de empresas en la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC), pero se encontró que no había acuerdo entre su centro y la universidad bordolesa. Hubo que remover Roma con Santiago. Ayudado por su hermano, el club de Burdeos y la UEMC, Alberto lo consiguió. Al final, había un acuerdo entre los dos centros para que el joven pilier disfrutase de una beca de un año que le permitiese estudiar a la vez que disfrutar del deporte del oval.

El jugador del VRAC Quesos Entrepinares tiene claro lo que busca en Francia. «Voy a jugar con el equipo sub 23 y a entrenar con la plantilla del Top 14. Estaré bajo la supervisión de Regis Sonnes, seleccionador español, que se ocupará de entrenar a los delanteros del equipo de Burdeos». Quizá, este vallisoletano de 21 años así tenga la opción de debutar con la selección absoluta, algo muy caro ahora para los jugadores que juegan en clubes españoles.

Sueña con la posibilidad de debutar en el Top 14, pero sabe que es algo muy complicado, casi imposible. Los sueños, sueños son. «La esperanza es lo último que se pierde», dice con una buena dosis de optimismo. No hay muchos 'treses' como él y sabe que esa es una baza que debe jugar si tiene la posibilidad de ello.

De primera mano

En España, viene a entrenar unas veinte horas semanales entre gimnasio y sesiones con el resto del plantel quesero. «En Burdeos no lo sé, todavía no me han dado el 'plannig'», suelta entre risas. «Creo que serán algunas más de las que entreno aquí».

La experiencia de su hermano Paco en el mismo club y en la misma ciudad le han servido para conocer de primera mano qué se va a encontrar allí. «Me ha dicho que lo aproveche, que lo voy a pasar muy bien, que se trata de una experiencia única y que le doy mucha envidia», comenta con una amplia sonrisa en su rostro.

El primer problema con el que se va a encontrar Alberto Blanco es el idioma. «He ido a un cursillo de francés para mejorar. Tengo que practicar mucho. En un mes espero defenderme con cierta soltura. Los primeros días estaré un poco perdido, pero seguro que me suelto rápido, aunque no tengo el don para los idiomas», afirma.

Su marcha, con la posible baja de algún otro integrante de la primera línea, será sin duda complicada de resolver para Miguelón. «Creo que vuelve Calle y mi hermano sigue seguro. Me imagino que el club tendrá que reforzarse en esas posiciones», concluye.