Los caracoles de la Santa Espina viajan hasta el centro de la capital

Que no hay frontera infranqueable entre la cocina tradicional y los platos más innovadores vuelve a quedar patente esta semana en los encuentros gastronómicos organizados por el Rincón del Labrador, de la Santa Espina, y el restaurante Corinto Chill Out, de la capital vallisoletana.

El cocinero Fernando Martín y su familia están especializados en platos tradicionales como los caracoles y las últimas lluvias han permitido contar, por tercer año consecutivo, con este exquisito manjar en pleno centro de Valladolid. Los encuentros gastronómicos terminan hoy porque el equipo de El Rincón del Labrador no puede permitirse abandonar las cocinas de la Santa Espina muchos días, pero los caracoles llenarían hasta la bandera el restaurante Corinto toda la semana, a tenor del éxito cosechado para este lunes y martes. Ayer, por ejemplo, se contaba entre los comensales con la consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, Silvia Clemente.

«Esta es una oportunidad para darnos a conocer en el centro de Valladolid», destaca Fernando Martín, para señalar que sus guisos han terminado en las mesas del moderno Corinto gracias a la amistad que le une con la familia Moro, precisamente socia de este establecimiento hostelero. Por su parte, la modelo y empresaria Estefanía Luyk, encargada y socia de este local, considera que «es bueno traer a un restaurante de cocina de autor e internacional como es Corinto los platos tradicionales con productos de la tierra del Rincón del Labrador». Este es el sugerente menú: revuelto de morcilla de Cigales, con piñones de Pedrajas y pasas; puerros de la huerta y cecina de León; alubias con níscalos y caracoles de la Santa Espina; y varios postres caseros para elegir. Todo ello regado por los tintos de Emilio Moro y Cepa 21 y el verdejo Carramimbre de Bodegas Pingón.