La población de cigüeñas en Palencia se estabiliza, con una ligera tendencia al descenso

La población de cigüeñas en Palencia parece encontrarse en una fase de estabilización, incluso es posible que en un plazo breve comience a descender ligeramente, según el análisis que hace al respecto el experto naturalista Fernando Jubete sobre el futuro inmediato de una especie querida y odiada a la vez. La cigüeña es el símbolo de la maternidad, con todo lo que ello implica de gozo y alegría, pero también es la causante del deterioro de numerosas torres de iglesias y edificios históricos de la provincia de Palencia donde han anidado.

Su figura estilizada y su elegante vuelo no restan temor al daño que provocan, por lo se mantiene la tendencia a retirarlas de las iglesias. Ahora se están realizado estas labores en la parroquia de la Asunción de Dueñas, y queda muy lejana ya la operación, en el año 2000, de destrucción de los nidos de la catedral palentina, aunque nueve años después el de la torre estaba nuevamente ocupado y ha habido un intento de construcción de uno nuevo, según recuerda Fernando Jubete, delegado en Palencia de la Fundación Global Nature.

Una evolución paralela

Los censos de cigüeñas se elaboran cada cinco años. El último es de 2009, y para su trabajo de campo y redacción la organización naturalista contó con el apoyo económico de la Diputación. La población palentina de cigüeñas ha seguido una evolución paralela a la del resto de la península ibérica, que ha vivido una recuperación espectacular tras haber atravesado una situación crítica en la década de los años ochenta del siglo pasado. La población actual de cigüeñas se sitúa en las 984 parejas reproductoras, según Global Nature.

El incremento de parejas no se ha producido por igual en todas las comarcas de la provincia, que tiene 8.052 kilómetros cuadrados. Es mayor en Tierra de Campos, las riberas del Carrión, el páramo de la Cueza, Carrión y la Montaña Palentina, especialmente en Fuentes Carrionas, La Pernía y Campoo, aunque continúa su reducida presencia en amplias zonas de la Valdavia, el Boedo, la Ojeda, las lomas del Ucieza o el Cerrarto.

Los resultados del censo permitieron localizar 1.133 nidos, de los que 984 estaban ocupados y 149 vacíos, lo que supone una densidad de población de 12,25 parejas cada cien kilómetros cuadrados, la más alta conocida en la provincia de Palencia.

324 ubicaciones distintas

Global Nature ha localizado nidos en 324 ubicaciones distintas. Las construcciones humanas constituyen la más utilizada por las cigüeñas blancas para la ubicación de sus nidos, soportando el 54,81% de los mismos, porcentaje que asciende al 70,87% si se incluyen soportes como los tendidos eléctricos o postes. El 29,13% de los nidos se ubican en árboles, único soporte natural utilizado por la especie en la provincia de Palencia.

Estos datos son muy similares a los obtenidos en el censo de 1999. Sin embargo, contrasta ligeramente con los resultados de todo el país, en los que se obtiene un porcentaje mayor de ubicación de nidos en árboles (un 44,49 %), mientras que aparece el sustrato rocoso como otro de los soportes naturales utilizados por las cigüeñas para la nidificación. Dentro de los árboles, las especies más utilizadas son los chopos (50%), seguido de los robles (27,88%), los fresnos y los olmos (7,27% en ambos casos).

El 24,42% de la población nidificante se localiza en colonias de más de 20 nidos ocupados, localizados en siete localidades distintas, concentradas en Becerril de Campos (87 nidos), Castromocho (45 nidos), Mantinos (42 nidos), Barrio de Santa María (34 nidos), Calzada de los Molinos (33 nidos), Villanueva de la Torre (21 nidos) y Villamuriel de Cerrato (21 nidos). En estas localidades palentinas, todas las parejas se encontraban localizadas en una única colonia, salvo en el caso de Calzada de los Molinos, en la que se localizan cuatro colonias distintas, aunque relativamente cercanas, siempre según los datos del último censo. El siguiente se elaborará dentro de dos años.

Fernando Jubete afirma que en la provincia de Palencia hay dos especies de cigüeñas. La blanca ciconia ciconia, que es la habitual en este territorio, y la negra ciconia nigra, que en Palencia solamente puede verse durante los periodos de migración, en especial durante el postnupcial, durante los meses de agosto y septiembre.

El delegado de Global Nature en Palencia mantiene que los basureros parecen ser la principal causa que está detrás del incremento del número de parejas reproductoras. «Son una fuente de alimento predecible, de fácil acceso y prácticamente inagotable. Indudablemente, la clausura de los vertederos supondrá un freno al crecimiento de la población que tenderá necesariamente a autorregularse, como de hecho ya parece estar pasando».

Para este supuesto, los animales buscan alternativas. «Es de suponer que sí, pero no se puede dar una respuesta categórica. Las cigüeñas tienen otras zonas de invernada muy favorables, como las Marismas del Guadalquivir, donde miles de aves blancas invernan y se evitan el largo y peligroso viaje al continente africano gracias a la presencia del cangrejo rojo, una fuente de alimento también muy abundante», concluye Fernando Jubete.