La familia Noriega, con áreas de servicio en Osorno y Villaherreros, abrirá otra en Santillana
La empresa factura 30 millones al año y ha invertido siete en sus últimos proyectos
RICARDO S. RICO
Sábado, 28 de enero 2012, 20:10
Abrieron hace 24 años el hostal Los Chopos, en el punto kilométrico 59 de la Nacional 611, a la altura de Osorno, y allí siguen hoy en día ofreciendo hospedaje, restauración y gasolina. El padre, Timoteo Noriega, comerciaba con cereales que vendía a las fábricas de harina, pero quería diversificar el negocio y se fijó en la hostelería como nicho. Tuvo olfato Timoteo. «Cuando mi hermano Luis Miguel y yo terminamos de estudiar, él se metió con los cereales y yo con la hostelería», apunta Jorge Noriega, gerente de las dos áreas de servicio que esta empresa familiar posee en Osorno y Villaherreros y a la que, en primavera, se sumará otra en Santillana de Campos.
«El hostal Los Chopos triunfó mucho, había mucho tráfico por la ruta de transporte a Santander y por los turistas que iban a la playa en el verano. Estábamos nosotros y también había en Herrera y Alar, pero nosotros éramos los primeros en la ruta», recuerda Jorge Noriega, que es gerente de esa área y de otra que la empresa familiar abrió en el año 2009 en el kilómetro 99 de la autovía A-231, en Villaherreros, que ofrece también servicio de hotel, restaurante y repostaje. Y antes de verano abrirán otra área de servicio (de momento no tiene nombre) en el kilómetro 51 de la autovía A-67, en el municipio de Santillana de Campos. Además de estas tres áreas de servicio, esta empresa familiar regenta el hostal El Navío, situado en el kilómetro 57 de la N-611, a la altura de Osorno, donde ofrece los servicios de cafetería y hostal desde siempre, pues se abrió cinco años más tarde que Los Chopos.
«Mi padre es un hombre activo al que no le puedes dar una huerta. Hizo también unas construcciones en Santander, tuvo una granja de cerdos, traía cangrejos de Sevilla... Ahora está jubilado y disfruta con mi madre, María Luisa», apostilla Jorge Noriega, que hace hincapié en cómo los mejores años para el negocio familiar han sido «los de la construcción de autovías, porque se movía mucha gente por trabajo». «Años malos no es que haya habido, pero El Navío y Los Chopos sí han bajado, porque no es lo mismo que cuando no había autovía, aunque en Villaherreros hemos crecido un 9% en 2011 respecto al año anterior. No hemos despedido a ninguno de los empleados y seguimos ganando un durillo», señala Jorge Noriega, que cifra en 60 los trabajadores de la empresa tiene ahora mismo, a los que habrá que sumar los más de 22 que se contratarán cuando abran el área de servicio de Santillana de Campos.
«Entre Villaherreros y Santillana de Campos la empresa ha invertido siete millones de euros, cuatro en la primera y tres en esta última», detalla Jorge Noriega, que habla de una facturación de 30 millones de euros al año entre la empresa de cereales de la familia y el negocio de hostelería.
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