ICAL
Jueves, 16 de junio 2011, 19:44
Los pediatras advirtieron hoy de los riesgos de las dietas sin control entre los niños y de los peligros de la obesidad, como lo demuestra el hecho de que España es el país europeo con un mayor índice de obesidad (12%) y sobrepeso (25%) en jóvenes y adolescentes, lo que está haciendo que patologías hasta ahora típicas de adultos comiencen a aparecer en los jóvenes. Son el caso de la diabetes tipo 2, el aumento de triglicéridos y disminución del colesterol HDL, así como la hipertensión arterial.
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Así lo expusieron los profesionales que participan en el Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) que se celebra en Valladolid hasta el próximo sábado.
Las razones principales de este incremento, según el doctor Jaime Dalmau, coordinador del Comité de Nutrición de la AEP, se encuentran en el cada vez más elevado nivel de sedentarismo, la alta ingesta de calorías procedentes de grasas y proteínas y el bajo consumo de frutas y verduras.
Pero más allá de los factores ambientales, se está investigando si la predisposición genética puede influir en el desarrollo de la obesidad, puesto que los países del norte de Europa presentan una rutina de ejercicio y dieta semejante a la española, así como unos programas preventivos similares, pero sus porcentajes de niños obesos son ligeramente inferiores, apuntó.
A juicio del doctor Dalmau, la obesidad constituye una enfermedad crónica, que una vez instaurada, resulta difícil de controlar sin la adopción de medidas concretas. Por ello, desde el Comité de Nutrición de la AEP se insiste en la detección precoz y en la importancia del seguimiento del niño-adolescente. No obstante, esta tarea no siempre es factible ya que el principal escollo está en el limitado tiempo de consulta por paciente. El control adecuado del niño con sobrepeso u obesidad requiere aumentar el número de visitas, algo que ni es viable actualmente ni está contemplado en los programas de salud más allá de los dos años. La mayoría de las comunidades autónomas disminuye el número de visitas a partir de los tres años para el control del niño sano, por lo que es más difícil detectar precozmente el sobrepeso, apuntó.
Por este motivo, el entorno escolar y familiar debe asumir un papel prioritario aunque, según los pediatras, son precisamente estos dos núcleos los que más han influido en las actuales conductas alimentarias de los menores. La mayor parte de los problemas de sobrepeso en los niños procede de unos malos hábitos alimentarios que inculcan los padres, aseguró el doctor Antonio Jurado, presidente del Comité organizador del Congreso. Y es que a veces el estrés y las prisas llevan a los padres a recurrir a la comida rápida y a la bollería industrial como parte de la dieta diaria de sus hijos, lo que poco a poco tiende a convertirse en una rutina alimenticia de la que es complicado salir. Para Jurado, los padres deben ser los primeros en instaurar unos hábitos saludables, cambiando el tradicional bocadillo, en ocasiones hiperprotéico e hipercalórico, por una pieza de fruta o un producto lácteo.
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En ocasiones, tan sólo con un pequeño cambio se pueden lograr resultados óptimos. Eliminar el picoteo no nutricional (bollería, chucherías, frutos secos, etcétera) y aumentar el ejercicio físico son los primeros pasos para prevenir la obesidad, subrayó el doctor Dalmau.
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