La Liga en pañales de 1984

En septiembre de 1984 se convocó y llevó a cabo la última huelga de futbolistas de Primera, Segunda División y Segunda B, coincidiendo con la segunda y tercera jornada de competición liguera de la campaña 84-85. El 9 de septiembre, Atlético de Madrid, Athletic, Barcelona, Español, Murcia, Sevilla, Real Madrid, Betis, Osasuna, Valladolid, Sporting, Racing de Santander, Elche, Hércules, Málaga, Valencia, Zaragoza y Real Sociedad secundaban los requerimientos de la AFE y sus jugadores cesaban su actividad laboral en interés del cumplimiento de sus peticiones. A la sazón, el cobro de deudas, la modificación de las normas sobre las licencias federativas y la participación de los jugadores en las negociaciones sobre los ya incipientes y jugosos derechos de televisión.

Así la segunda jornada se disputó aunque de una manera un tanto descafeinada. Suspendidos por la Federación Española los encuentros en la liga de juveniles, los equipos se integraron a las órdenes de los entrenadores 'oficiales' con futbolistas en su mayoría juveniles o de filiales de la categoría promesas o aficionados. Pero los partidos se celebraron.

«Paso a la juventud» o «La Liga en pañales» fueron algunos de los titulares que se utilizaron para definir un fin de semana en la que el público asistió, pero mucho menos, a los estadios, y en los que la misma recaudación de la quiniela se vio bastante afectada de forma negativa. Poco más de 5.000 espectadores de media en los campos de Primera y algún suceso vandálico a reseñar. Fue el ocurrido en estadio herculino del Rico Pérez. La noche antes del encuentro unos desalmados entraron en el campo y literalmente partieron las porterías en dos. Los empleados del club que descubrieron por la mañana el desaguisado tuvieron la diligencia de arreglárselas para sustituirlas por otras nuevas y que así pudiera celebrarse el derbi alicantino entre el Hércules y el Elche.

Por lo demás y salvo algunos esquiroles o 'marrones' que así se denominaron a los futbolistas que decidieron no apoyar la huelga y sí jugar el partido aunque en el once apareciese con un nombre distinto al utilizado de forma cotidiana (eso sucedió por ejemplo en el Málaga), los equipos se alinearon con futbolistas en edades juveniles o jóvenes del filial sin ficha profesional.

El Real Valladolid que se enfrentaba al Racing de Santander formó de salida con Sala; Juan Carlos, Medina, Fano, Cuaresma; Pacios, Torrecilla, Patri, Peña, López y Calleja. En las sustituciones entraron Espinilla y Fernando, precisamente el autor del único gol que se anotó en el partido y que dio el triunfo a los blanquivioletas.

De todos, alguno conocido que luego engrosaría las filas del primer equipo e incluso llegaría a cotas más altas, sólo dos pertenecían a la primera plantilla entonces: el portero Sala y Manolo Peña. Ambos, lo mismo que en las filas contrarias le sucedía al meta Liaño y a Álvaro, no pudieron secundar la huelga ya que en ese momento se encontraban alistados en el servicio militar y, por lo tanto, no tenían reconocido este derecho mientras durara su pertenencia a filas.

El gol de Fernando de remate de cabeza a centro de Patri y un Racing que se empleó de forma muy brusca con la anuencia del colegiado Borrás del Barrio fue lo único destacado de este encuentro. Curiosamente, dos equipos de canteras muy reconocidas como la Real Sociedad y el Athletic de Bilbao cayeron en sus respectivos compromisos dejando algo tocados los fundamentos del potencial del fútbol vasco.

La huelga continuó una semana después y el 16 de septiembre ni siquiera pudieron disputarse los encuentros al prohibir Magistratura de Trabajo la alineación de los jugadores juveniles en una competición profesional. El 18 de septiembre concluyó la huelga, una vez los clubes aceptaron las peticiones del sindicato de futbolistas, por entonces dirigido por Juan José Iriarte, predecesor en el sillón de la AFE de Gerardo González Movilla.