Una joven estanquera coloca unas cajetillas de tabaco en las estanterías de un establecimiento situado en la capital segoviana. :: ANTONIO DE TORRE
Ley sobre el tabaco

De fumadores a 'liantes': la opción para no dejar el vicio

El tabaco de liar y la picadura de pipa disparan sus ventas en Segovia ante la crisis y las restricciones legales

CÉSAR BLANCO

Miércoles, 27 de enero 2010, 11:14

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La carrera de obstáculos que han de sortear los fumadores tiene atajos a los que ha recurrido una gran parte de la legión de adictos que no consiguen hacer acopio de la fuerza de voluntad necesaria para apagar definitivamente el último cigarro. Con la entrada en vigor de la ley antitabaco, en enero del 2006, el mercado prácticamente ni se inmutó en lo que se refiere a ventas en la provincia. El humo continuó formando parte de la vida cotidiana pese a las primeras prohibiciones promovidas por aquel entonces por el Gobierno.

Los números y las estadísticas del Ministerio de Economía y Hacienda están ahí para dar testimonio de que las restricciones apenas tuvieron repercusión en el registro de las unidades vendidas. De hecho, y a modo ilustrativo, en Segovia se vendieron 14.444.886 cajetillas durante el primer ejercicio de la nueva legislación antitabaco, la que impuso el Estado con la etiqueta de la prevención. Pues bien, esa cantidad supuso un levísimo incremento del 0,5%.

Pese a lo imperceptible de la subida, puede deducirse que, al menos comercialmente, la norma pinchó y las ventas crecieron en todas y cada una de las modalidades que contempla el Comisionado del Mercado para Tabacos. Además de subir el despacho de paquetes de 20 cigarrillos (opción mayoritaria), los fumadores también demandaron y compraron más puros, más latas y bolsas de tabaco de liar y más picadura para el consumo en pipa.

Pero lo que la legislación no logró lo ha conseguido la crisis. Cuando se trata de rascarse el bolsillo, los ciudadanos buscan artimañas y alternativas. En el caso del tabaco, en los últimos dos años se ha apreciado un descenso en la adquisición de cajetillas. En Segovia, en el último curso se vendieron cerca de un millón menos.

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Más barato y laborioso

Las constantes subidas experimentadas en el precio del clásico paquete han derivado el consumo hacia otros caminos. De nuevo, los números ponen del relieve ese cambio de tendencia.

Los fumadores han pasado del ritual de sacar el 'pitillo' de la cajetilla a liarse el cigarro de manera más artesanal y, supuestamente, más barata, pero no menos nociva, señalan los expertos. Cada vez es más frecuente la laboriosa estampa de esparcir las virutas del tabaco sobre el papelillo, colocar con cuidado el filtro y enrollar la mercancía, prensarla con los dedos, lamer la pega y... ¡voilà!, ya está el cigarrillo listo.

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Obviamente el proceso es más trabajado, requiere más tiempo y paciencia que coger el 'pitillo' del paquete y encenderlo. Es la excusa de quienes han optado por esta alternativa para combatir el encarecimiento del tabaco sin despojarse del humeante y letal hábito. Dicen que fuman menos y que les sale más barato. Desde luego, las estadísticas publicadas por el organismo dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda exhiben una formidable evolución en el despacho de tabaco para liar y de la picadura para fumar en pipa.

Esta apreciación se concreta en los datos del Comisionado. A falta de conocer los guarismos del último mes del 2009, el año pasado se vendieron en la provincia alrededor de 148.900 bolsas o latas de tabaco para liar. Las estimaciones se fundamentan a partir de la contabilización de estuches de 50 gramos de peso de media. Esto supuso la comercialización de 7.440 kilos a través de este formato. Un año antes, a lo largo de todo el 2008, los fumadores segovianos adquirieron 56.840 paquetes en esta modalidad. Por lo tanto, la expedición de tabaco para liar se ha disparado el 162% en tan sólo un año. Si se enfoca el retrovisor hacia épocas más pretéritas, el aumento aún es más notable. Hace cinco años, justo uno antes de entrar en vigor la legislación sobre la prevención del tabaquismo, los estancos de Segovia vendieron 39.581 paquetes de tabaco para liar, prácticamente cuatro veces menos que las ventas registradas en el 2009.

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Más entre las clases bajas

El vertiginoso incremento del mercado de este producto está íntimamente relacionado con la crisis económica. Las rentas más bajas, las más castigadas por las adversidades financieras, son las que han buscado y forzado el cambio de tendencia que empieza a atisbarse. Suelen ser los jubilados, estudiantes y ciudadanos de billetera maltrecha los que han optado por este tipo consumo sin dejar de inhalar y exhalar los humos. Son los 'liantes'.

La picadura para pipa es otra de las alternativas supuestamente baratas por las que han apostado los fumadores que no han querido, o no han podido, abandonar la nociva adicción. El año de la puesta en marcha de la nueva legislación antitabaco se observó un ligero descenso en las ventas. Sin embargo, cuando la economía ha obligado a apretarse el cinturón, los adictos a la nicotina han resucitado este mercado minoritario. Hasta noviembre del año pasado se habían despachado en Segovia más de 11.200 estuches de picadura, el 28% más que las ventas que se registraron en el mismo periodo del 2008.

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El Gobierno ya tomó nota en verano del vertiginoso aumento del consumo del tabaco de liare y decidió aumentar sus impuestos.

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