Diario de una niña zurda
Niña y zurda. Y autora de un diario íntimo al que vamos a asomarnos -con el gran respeto que merecen los niños- semana tras semana
RAMÓN GARCÍA
Domingo, 10 de enero 2010, 02:22
Tengo nueve años y medio, casi diez, y soy zurda. O sea, que hoy empiezo a escribir este Diario Íntimo con la mano izquierda. Lo mismo que Nadal. Bueno, no sé si Nadal escribe un diario, pero sí que maneja la raqueta con la zurda. ¡Y anda cómo la maneja!
En este Diario que hoy comienzo, el 10 de enero del 2010, voy a contar las cosas que me pasen por dentro y por fuera. Las que me pasen a mí y las que pasen a mi alrededor, ¿vale?
En mi casa nunca me han regañado por hacer las cosas con la mano izquierda, ni mi papá ni mi mamá, pero el que menos de todos mi papá, que se llama Alfredo. Al revés: mi papá está muy orgulloso de tener una hija zurda. Mi mamá me ha contado que se llevó un alegrón morrocotudo cuando descubrieron, aún bebé, mi zurdera. Dijo que era una «confirmación genética» -así mismo, dijo mi papá- de su ideología de izquierdas de toda la vida. Había indagado entre sus antepasados para encontrar algún zurdo y no había dado con ninguno. Mamá le dijo que ese dato no suele constar en ningún documento oficial y eso tranquilizó un poco a mi papá. «Será por eso, porque estoy seguro de que haberlos los ha habido. ¡Y más de uno!»
Y ahora su niña le salía zurda, ¡menuda suerte para él! Cuando yo era un bebé y salíamos los tres de paseo, mi papá, mi mamá y yo, y la gente que nos paraba decía: «¡Huy, qué niña tan preciosa!», mi papá siempre añadía inmediatamente: «Y es zurda».
Es decir: que lo que para otros niños, sobre todo los de antes, era un defecto, y creo que morrocotudo, para mí ha sido una virtud y una ventaja desde que nací. O sea: que estoy orgullosa de ser zurda. Y más cuando mi papá no hace más que recordarme que Beethoven fue zurdo, y Picasso, y también Einstein, y Woody Allen, y Julia Roberts, aunque lo de Julia Roberts no lo dice mi papá cuando mi mamá está delante, sólo cuando estamos él y yo solos. También Bart Simpson es zurdo, pero eso a mi papá, Alfredo, no le hace mucha gracia, porque dice que tanto el padre como el hijo son unos reaccionarios, que la que tenía que ser zurda es Lisa Simpson, que es la que tiene un pensamiento progresista y es la que mola.
Resulta, querido Diario, que hay más chicos zurdos que chicas zurdas, y por eso dice mi papá que tengo que sentirme orgullosa de ser una de las escogidas, de las predestinadas. ¿Y sabes lo que quiere mi papá que sea yo de mayor? Diplomática, eso dice, porque los diplomáticos, según él, deben manejar mucho la «mano izquierda», y eso que llevo yo por adelantado al ser zurda.
Mi mamá le dice que tiene cosas de bombero y que de mayor seré lo que tenga que ser, y mejor manejando las dos manos que una sola. Mi mamá es que es muy práctica y eso de las derechas y las izquierdas como que le da hipo. No risa, sino hipo, al menos eso dice ella. Ah, se me olvidaba: Mi mamá se llama Julia (como Julia Roberts, la zurda).
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