V. BORDA
Jueves, 19 de noviembre 2009, 12:32
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El Pevafersa Valladolid superó sin demasiados agobios al Alcobendas en un partido que tuvo cinco minutos iniciales peligrosos y los 55 siguientes de solvencia local, gracias a un buen trabajo defensivo que llevó a dominar el partido sin mayores contratiempos. Una placidez que permitió a Pastor dar minutos a todos sus jugadores. El cansancio que origina el binomio Asobal-Champions, con dos partidos disputados habitualmente por semana, comienza a notarse en los jugadores. De ahí que el técnico quisiese dar ayer oportunidades, pues necesitará a todos sus hombres para disputar el maratón de partidos que les viene por delante.
El inicio, sin embargo, no fue tan plácido. Un 0-4 de salida (m. 5), con un Krivokapic terriblemente fallón en ataque, que llevó cierta preocupación a la grada y al banquillo local. El pivote visitante Tremps campaba a sus anchas en los seis metros. Fue el autor de tres de los cuatro goles iniciales de los pupilos de Rafa Guijosa. Llamada a capítulo por parte de Juan Carlos Pastor. Cambio defensivo y el Pevafersa comenzó a recuperar la diferencia hasta igualar a cuatro goles en el minutos 10. El conato de incendio estaba controlado.
Tres dianas consecutivas de un siempre soberbio Raúl Entrerríos llevó a la primera ventaja cómoda para los vallisoletanos (9-6, m. 16). Y es que era el arranque de un parcial que generó una renta de ocho goles (14-6, m. 23).
Las rotaciones y alguna pérdida de balón, que provocó los contragolpes de los extremos madrileños, dieron vida al partido. Esta vez, los visitantes fueron los encargados de endosar un 0-4 de parcial y colocarse a cuatro tantos de los hombres de Pastor (14-10). Esa renta de cuatro goles es con la que iba a llegar al final del primer tiempo (16-12).
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En el comienzo de la segunda mitad, los dos ataques comenzaron romos. Svensson tuvo sus mejores minutos y propició que la defensa local se fuese asentando. Un gol de Gurbindo en cinco minutos dice muy a las claras lo que pasaba en la pista.
Máxima renta
El Pevafersa mejoró en ataque con el paso de los minutos y eso provocó que la diferencia en el marcador fuese creciendo. La máxima renta del partido llegaba en el minuto 47. Los locales marchaban diez tantos arriba (24-14). Y es que el Alcobendas sólo había sido capaz de marcar tres goles en este tramo del segundo periodo. Se había estrellado contra el muro defensivo. Con una primera línea escasa de centímetros, se veía incapaz de penetrar en el soberbio 6-0 de los locales. El partido quedaba visto para sentencia.
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El Alcobendas pudo maquillar el resultado en el último tramo del encuentro. Quizá también ayudado por un Pevafersa Valladolid que desaceleró.
Los madrileños llegaron a rebajar la diferencia hasta los seis goles (25-19, m. 55), pero fue un espejismo. Los locales mantuvieron el tipo para finalizar el choque sin agobios. El 30-22 del final indica lo vivido sobre la pista. El Pevafersa solventaba una papeleta cómoda. Tal y como están las fuerzas, lo mejor que podía haber sucedido.
«Buen partido»
Juan Carlos Pastor, técnico del Pevafersa Valladolid, destacó al final del choque que había sido «un buen partido, salvo el lapsus inicial. Poco a poco hemos ido entrando en el partido. Pero nos han vuelto a coger por dar minutos a todos los jugadores. Estoy contento por el trabajo del equipo y también porque hemos estado muy bien en defensa en la segunda parte, pues sus tres primeros goles han llegado de rechaces».
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