
SONIA QUINTANA
Jueves, 15 de octubre 2009, 03:16
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Han pasado más de cuatro años desde que la Asociación vallisoletana de Heráldica y Genealogía Raíces propusiera al Ayuntamiento levantar una estatua dedicada a Santa Teresa de Jesús, en el barrio del Cuatro de Marzo, junto al lugar que ocupó el primer convento de la abulense en la capital, Hoy, 15 de octubre, con ocasión de la festividad de Santa Teresa, la propuesta se ha hecho realidad y la que es considerada la más grande mística de la Iglesia, cuenta ya con una estatua, gracias, sobre todo, al tesón de la asociación Raíces, presidida por Vicente Presencio Revilla, colaborador de EL NORTE DE CASTILLA.
Bajo la pasarela del Museo de la Ciencia y observada desde la otra orilla por las estatuas de Albert Einstein y Pío del Río Hortega, Santa Teresa ha quedado inmortalizada en Valladolid, «casi de rodillas y acompañada del Espíritu Santo, que le lleva la pluma», explica la autora de la obra, Carmen Tablada. «Cuando me lo propusieron no quería hacerlo porque me parecía una gran responsabilidad; pero mi madre era de Arévalo y parece que me lo estaba pidiendo ella desde el cielo. Con la fe que la tenía mi madre, me fue imposible negarme», confiesa Tablada, quien ahora se siente muy orgullosa con el resultado.
En bronce, con 1,70 metros de altura, la talla representa a la santa mirando al cielo. Situada de espaldas al río, «lo más importante es su rostro. La quería ver con ese amor a Dios tan profundo que sentía; por lo que me costó bastante que saliese como yo quería», señala la artista ovetense, afincada en Valladolid desde su niñez.
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