Platerías recupera su esplendor a falta de la rehabilitación de dos edificios

Nació de las cenizas del gran incendio que asoló Valladolid en 1561 y está considerada como un ejemplo del urbanismo renacentista. La calle Platerías, dibujada por el 'trazador mayor' de Felipe II, Francisco de Salamanca, abandona por fin su gafe. Después de quince años de obras y andamios se despoja de una decrepitud que se acentuó en la década de los ochenta, cuando se la dejó morir de abandono. Ahora luce tipo tras una profunda operación que aún no ha concluido. La rehabilitación de dos edificios -Ochavo, 1 y Platerías, 18- culminará el renacer de esta vía con nombre gremial. El Ayuntamiento vigila de cerca ambos expedientes para dar carpetazo cuanto antes a tres lustros de incomodidades, que han sufrido con especial intensidad los comerciantes allí instalados. Los andamios pueden volver, advierten los técnicos municipales, pero para quedarse por poco tiempo.

Los expertos de Casco Histórico del Ayuntamiento tienen claro que en el mal de Platerías han influido factores de dos tipos. Por un lado, la «dejación generalizada» de los propietarios de estos inmuebles, que desde la década de los ochenta fueron comprobando que sus posesiones se quedaban obsoletas e insalubres, sin hacer nada para remediarlo. Al primer éxodo de los comerciantes se unió el abandono de los edificios residenciales, donde los únicos que aguantaron fueron los inquilinos de renta antigua. La segunda razón es de tipo técnico y la marca el paso por el subsuelo de las bóvedas del Esgueva. Su principal consecuencia ha sido una inestabilidad del caserío que ha provocado un rápido deterioro de esta traza urbana, declarada Bien de Interés Cultural y por lo tanto protegida. De hecho, es la parte central de la vía la que más ha sufrido esta circunstancia. Los expedientes de ruina abiertos por el Ayuntamiento en su momento a los números 9, 11, 13, 15 (acera izquierda) y 8, 10 y 12 coinciden con el paso del ramal soterrado. En sus constantes inspecciones los expertos de la Concejalía de Urbanismo comprobaron como muchas de las estructuras de madera de los inmuebles desaparecían como consecuencia de la humedad y los xilófagos.

Es en 1998 cuando el Ayuntamiento de Valladolid inicia la recuperación del casco histórico a través de la declaración de un Área de Rehabilitación Integral, proyecto financiado por el Ministerio de Fomento, la Junta y el propio Consistorio. Hasta la finalización de este plan, en el 2004, se han invertido 15,6 millones de euros para recuperar medio millar de viviendas de las zonas de Platerías, Catedral y plaza de El Salvador. Del montante total, 12,9 millones se han destinado a residencial y comercio y 2,6 a obras de reurbanización (incluida peatonalización) y reforma de las redes subterráneas. El estudio socioeconómico previo para afrontar este plan en el corazón de la ciudad reflejaba la existencia de una población muy envejecida (el 40% mayor de 65 años), con pensiones y sueldos escasos (el 71,40% tenía ingresos inferiores a 3,5 veces el salario mínimo) y con una proporción de alquiler del 59,5% caracterizado, además, por las rentas bajas (el 48% de menos de 20.000 pesetas al mes).

La recuperación de Platerías ha sido un calvario. La necesidad de contar con las autorizaciones de Patrimonio de la Junta sobre cualquier intervención que le pudiese afectar sumada a la complejidad constructiva han dilatado más de lo deseable la rehabilitación de los inmuebles de esta vía, presidida por la Iglesia de la Vera Cruz. En los últimos quince años el Ayuntamiento ha incoado decenas de expedientes para requerir acción a los propietarios. Tampoco los juzgados se han librado de los pleitos entre dueños e inquilinos de renta antigua.

Los comerciantes de Platerías han sido las principales víctimas de estas circunstancias. El cierre de la vía en abril del 2004 y más tarde el túnel colocado en el número 14 ante el riesgo de derrumbe fueron dos de los episodios urbanísticos más complicados para los que a diario tenían que trabajar en sus negocios. Aquellos amenazantes andamiajes y apuntalamientos dejaron la calle huérfana de peatones.

En junio del 2005 la rehabilitación toma un nuevo impulso. Las licencias para los números más tocados -1, 3, 8, 10, 12 y 14- anuncian el inminente inicio de las obras, cuya parte más complicada ha sido, según los técnicos de Urbanismo, la cimentación. «Lo habitual es encontrar la base entre dos y cinco metros por debajo de la cota de calle, hay zonas en Platerías donde ha habido que llegar hasta los doce metros», aclaran los expertos.

La Sección de Casco Histórico de la Concejalía de Urbanismo mantiene dos expedientes en la carpeta de pendiente. El del edificio de plaza del Ochavo 1, lugar de nacimiento del patrón de Valladolid, y el del inmueble de Platerías, 18, un bloque del siglo XIX. En el primer caso, no se han iniciado las obras de reestructuración y reforma interior de esta construcción que ocupa el 30% de la acera de los impares. Los expertos consideran que los trabajos se centrarán de fachadas para dentro, aunque no descartan la necesidad de dar un repaso al exterior para repintar. En todo caso, la colocación de andamios sería temporal.

En el 18 las reformas pendientes se centran en elementos de exteriores como acabados de mortero, pintura y carpinterías. A la espera de estas dos intervenciones, Platerías presenta ahora un aspecto despejado, alterado sólo por la colocación de unos miradores en la acera de los pares y los trabajos para la instalación de unos contenedores soterrados en la plaza del Ochavo.