Una mujer reclama a Sacyl más horas para visitar a su hijo en la UCI del Río Hortega

Pasar largas temporadas hospitalizado siempre es duro y más cuando el paciente es un niño de tan sólo 7 años. Es el caso del hijo de Virginia Martínez, una madre de 33 años cuyo pequeño padece una enfermedad respiratoria que le obliga a permanecer ingresado durante muchos días cada poco tiempo en la denominada «unidad de críticos» del servicio de Pediatría.

Y todo iba bien durante sus pasos por la antigua residencia. Allí su progenitora podía acompañarle durante buena parte del día. «El problema surgió cuando inauguraron el nuevo Río Hortega y tuvimos que ingresarle allí por primera vez en marzo», lamenta Virginia antes de relatar cómo desde entonces «mi hijo tiene que pasar cada día 22 horas solo en la unidad sin que podamos acompañarle».

La madre del paciente explica que la situación viene dada por los restrictivos horarios de una unidad similar a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en la que las visitas sólo están permitidas entre las 12.30 y las 13.30 y las 16.30 y las 17.30, es decir, «dos horas escasas que incluyen un encuentro con el médico en una sala aparte para que nos informe de la situación, lo que reduce más la visita».

Virginia reconoce que «la norma es así» pero matiza que «la sala del antiguo hospital era más grande y siempre nos permitían estar muchas más horas -hasta nueve-». Ahora ya no es así y el horario, similar al del resto de unidades de otros centros sanitarios, se aplica a rajatabla. «Sé que es muy restrictivo para evitar el riesgo de posibles contagios y que los niños estén tranquilos», aclara la afectada, «pero no puedo entender que a niños de tan corta edad les tengan tantísimas horas solos sin sus padres para hacerles compañía».

Derechos de los pacientes

La progenitora, enfermera de profesión, cree que lo «más lógico es que dejen estar al menos a una persona con el paciente siempre que se pueda, al menos durante el día, porque si hay problemas o ingresan a algún niño en estado grave cualquiera entendería que hay que salirse para no molestar».

Así se lo ha propuesto al jefe de Pediatría y a la supervisora de Enfermería. «Ellos están de acuerdo, pero me dicen que la decisión es de la Dirección y tienen que acatarla», resume la madre del niño, quien matiza que no está «pidiendo favores particulares sino una regulación para impedir que los pacientes de estas edades estén tanto tiempo solos en el hospital».

Virginia insiste en que puede entender que «la falta de sitio haga imposible que estén allí los familiares cuando hay algún caso grave, pero creo que también habría que buscar soluciones para que prime el derecho de los pacientes».

Su hijo, que estos días se encuentra ingresado, ha pasado más de trescientos días de su vida así.